La muerte del ALCA: Golpe mortal contra el imperio Yanqui

Hemos presenciado en cámara lenta la muerte definitiva del proyecto económico colonial más importante del imperio norteamericano en los últimos tiempos. Una descomunal y anunciada derrota sufrió el gobierno de Bush en la IV Cumbre de las Américas.

10 años o un poco más, desde que el presidente Bill Clinton creara ese mamotreto imperial que se llamó Consenso de Washington o Cumbre de las Américas, instrumento a través del cual el imperialismo comenzó a instrumentar su más estratégica e importante política colonial para dominar política, social, cultural y económicamente a todos y cada uno de los países –con excepción de Cuba, naturalmente– de América Latina y el Caribe, y tragarse sus economías. Después de la caída de la URSS Norteamérica no había sufrido un revés de las magnitudes como el sufrido en Mar del Plata, Aergentina.

En aquella primera Cumbre de las Américas se sentaron las bases para crear el ALCA o tratado de libre comercio; comenzó con el Nafta, alianza entre Canadá, USA y México para un mercado común que ha perjudicado notablemente a la nación azteca, gobernada por un presidente derechista y totalmente sometido a los criterios y políticas de los gobernantes norteamericanos, perjudicando los intereses del pueblo y sectores oprimidos mexicanos.

En la Tercera Cumbre de las Américas, celebrada en Canadá, el presidente norteamericano George Bush planteó de manera formal el proyecto ALCA y puso el 1° de enero de 2005 como fecha definitiva para su nacimiento. Afuera de la sede del evento, en Québec, la ciudad canadiense donde se desarrollaba la Cumbre, el movimiento anti neo liberal y anti globalización estremecía la ciudad de habla francesa y expresaba de múltiples formas su descontento contra las políticas anti populares y neo liberales primer mundistas que se le imponían a los dóciles gobiernos latinoamericanos y caribeños. En aquel concierto de cipayismo se alzó la voz digna de Venezuela y su pueblo en la persona del presidente Chávez que cuestionó la creación del ALCA por su carácter rapaz y su intención de tragarse las economías de nuestros países. Con una sorprendente visión futurista, Chávez puso en duda que para enero del 2005 estuviese creado el mercado común latinoamericano o ALCA. El gobierno venezolano combatiría frontalmente al proyecto ALCA de todas las formas y maneras, sobre todo con sus políticas nacionalistas, populares y revolucionarias.

Del año 2000 a 2005 muchos acontecimientos políticos trascendentales ocurrieron en el mundo y particularmente en América Latina, que afectaron de manera decisiva la concreción del ALCA. En Argentina, país exprimido por el neo liberalismo y totalmente arruinado gracias al entreguismo de Menen, de De la Rúa, el pueblo derrocó, en gloriosa insurrección, a los gobiernos neo liberales y llegó al poder un presidente anti neoliberal, Néstor Kirchner.

En el gigante Brasil, la octava economía del mundo y con un acentuado signo anti neoliberal de sus sectores empresariales, sociales y revolucionarios, llegó al poder un socialista, Lula, para enfrentar el ALCA como acaba de quedar demostrado.

El pueblo boliviano derrocó a un presidente totalmente plegado al imperialismo yanqui y el camino hacia el poder del campesino aimará Evo Morales, socialista y profundamente auti neoliberal, a quien sectores de la oligarquía santacruceña tratan de frenar con políticas secesioncitas y con las suspensión de las elecciones de diciembre; la mano del gobierno norteamericano es inocultable. Morales encabezó en Argentina una multitudinaria marcha contra el ALCA y de repudio al gobierno fascista de Bush.

Ecuador no puede ser más volátil, el pueblo tiene en su haber un handicap de derrocamiento de gobiernos neoliberales, incluso aquellos que se vistieron de populistas y terminaron lamiéndole los zapatos a Bush, como lo hizo Lucio Gutiérrez.

La izquierda llegó al poder el Uruguay y el presidente Tabaré Vázquez cerró juego contra el ALCA.

Con ese cuadro del lustro 2000/2005, con un incremento del antimperialismo y de un impresionante auge de masas enfrentadas al neo liberalismo y las políticas de libre mercado, los intentos norteamericanos y de las oligarquías aliadas de sedimentar las bases del ALCA, sufrieron fracasos tras fracasos y tuvo el imperio del norte que apelar a formalizar tratados bilaterales con aquellas naciones cuyas oligarquías siempre les han garantizado incondicionalidad. Pero en cada país, los pueblos han reaccionado contra los mini ALCA, porque saben que las economías locales serán tragadas por la voracidad de la gigantesca economía norteamericana que seguirá cerrando sus mercados a los productos latinoamericanos, continuará subsidiando su producción e inundará de mercancías las naciones “aliadas”.

La alianza de 5 naciones del Sur: Brasil, Argentina, Venezuela, Uruguay y Paraguay (casi la mitad del sub continente), frontalmente opuestas a la creación del ALCA impidieron la maniobra norteamericana de imponer por mampuesto, a través de Panamá, entre gallos y media noche, la aprobación del ALCA que no figuraba en la agenda de la IV Cumbre.

Presiones indebidas e inmorales, maniobras, descalificaciones (caso del presidente Toledo, de Perú, tergiversando deliberadamente las palabras del presidente Chávez). Todo el arsenal de bajezas e inmoralidades propias del estilo político norteamericano se aplicó en las maratónicas deliberaciones de la cumbre de presidentes americanos; la apelación recurrente a “la mayoría” para imponerse a “la minoría”, el patoterismo brutal y vulgar de los norteamericanos, que fue denunciado por el presidente Kirchner.

Esa tratativa yanqui de imponer casi por la fuerza la aprobación forzada del ALCA, para legitimar finalmente las políticas coloniales norteamericanas del siglo XXI, estaba prelada de las enormes movilizaciones, la agitación y el grandioso acto de masas en el estadium de Mar del Plata cuyo orador principal fue el presidente Hugo Chávez. El líder venezolano dijo en alta voz lo que todo el mundo sabía: “el ALCA está muerto”, sólo sus epígonos tratan de mantener vivo un cadáver, como la leyenda del Mío Cid. Los pueblos latinoamericanos, desde aquella famosa insurrección del pueblo venezolano el 27 de febrero de 1989, enfrentaron, derrotaron y enterraron el neo liberalismo y su máscara, el ALCA.

Y vendrán nuevos capítulos en las luchas y el ascenso de los pueblos. Evo Morales va a llegar a la presidencia más temprano que tarde. Ecuador girará, inexorablemente hacia el campo progresista y anti neoliberal con un gobierno progresista. El sandinismo en un año estará de nuevo en el poder en Nicaragua. La sórdida y entreguista era de Fox, en México, está al concluir y un gobierno progresista, donde el zapatismo anti neo liberal tendrá significativa influencia. Esos importantes hechos políticos fortalecerán aún más las derrotas del neo liberalismo y el ALCA no será más que una mala propuesta que no cuajó.

El destino, el futuro de las patrias americanas lo marca el naciente ALBA, la alternativa bolivariana para los pueblos y allí no tiene cabida el decadente imperialismo.

George Bush acaba de sufrir su más humillante y estruendosa derrota. Las cimientes del imperio se han estremecido, las del modelo fascista, también.

(caracola@cantv.net)

Trincheras de Ideas


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Humberto Gómez García

Director de la revista Caracola. Pertenece al Movimiento de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC). revistacaracola.com.ve

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