De esta manera se convierte la guerra en paz y la esclavitud en libertad, la dictadura en democracia y lo nefario en lo beneficioso, al estilo Goering y Goebbels.
La actual maquinaria propagandística de los EE.UU., cuya punta de lanza forman el New York Times y sus afiliados internacionales como el Daily Journal (Caracas), funciona exactamente conforme a estos mecanismos fascistas con el objetivo de desinformar al público a nivel mundial y a generar una atmósfera internacional que aceptaría una futura invasión militar en Venezuela, al igual que ocurrió con la aceptación casi unánime a escala mundial del cuento del 9/11 y de Bin Laden con su Al-Qaeda quienes supuestamente volaron las Torres Gemelas, cuando en realidad aquello fue otro Reichstagsbrand o Pearl Harbor planificado hace mucho tiempo atrás en el ‘Proyecto para un Nuevo Siglo Americano’ por los think tank de la administración Bush.
Esto es exactamente cómo se produjo y se propagó el mito de Chávez, el ‘dictador’, el ‘tirano’ y cómo los millones de personas víctimas del control mental internacional corporativo caen en la trampa y son devoradas por el actual holocausto mental global, emprendido por el complejo militar industrial estadounidense y sus voceros CNN, Fox News, The New York Times, etc.
Por lo tanto, la clave aquí es invertir todas las ‘verdades’ que los medios masivos escupen para poder ver la esencia del asunto. Es precisamente Bush quien actúa de manera anti-democrática y tiránica, y cuando éste acusa a los demás de ser dictadores y tiranos, habla de nada más que de sí mismo. En sintonía con la verdadera propaganda fascista, Bush repite su basura ideológica manipuladora mil veces y sus mentiras aparecen en los medios masivos internacionales como la pura ‘verdad’ cristalina.
Lo siguiente es un ejemplo estereotipo de lo antes explicado, también de la bancarrota periodística y la alienación humana total:
Según Bush, insinuando al presidente venezolano Hugo Chávez, la democracia en América Latina está en peligro, un cercenamiento que estaría “jugando al miedo, instigando vecino contra vecino, y culpando a los demás por sus propios fracasos ante su pueblo”.
¿No es esto exactamente lo qué la administración Bush (y sus antecesores) ha venido haciendo desde que llegó al poder?
¿No fue la administración Bush la que puso en peligro la democracia a escala internacional, en las propias Naciones Unidas y en casa con sus Leyes Patrióticas? Ahora, atacando a Venezuela, con la ayuda de Panamá y Méjico a través de la política imperialista de divide et impera los EE. UU. quiere atomizar a América Latina, quiere imponer su ALCA por la fuerza dictatorial brutal.
¿No fue precisamente la administración Bush que jugó al miedo, instigando vecino contra vecino y culpando a los demás (los ‘terroristas’) por sus propios fracasos ante su pueblo?
¿No fueron las ‘recetas democráticas’ de la administración Bush que tenían consecuencias verdaderamente catastróficas para aquellos que sufrieron su aplicación, sea en el aspecto militar o económico?
Aquí tenemos otra prueba amarga más de la ‘vocación democrática’ de Bush, de sus mentiras políticas y de lo que el ALCA norteamericano tiene en mente para América Latina, para Brasil y Lula, cuando, refiriéndose a este último, comenta:
“El presidente brasileño Lula tiene que ser convencido al igual que los pueblos de América, que un acuerdo comercial en nuestro hemisferio es ventajoso para el empleo y es favorable para la calidad de vida”.
Aquellos de nosotros en Sudamérica, que quieren obtener una impresión exacta de lo que se supone ser una futura ‘buena calidad de vida’, deberíamos analizar bien los casos de Afganistán, Irak, Kabul, Bagdad y Fallujah, las celdas de tortura estadounidenses, las muertes de sus millones de víctimas políticas desde 1775 hasta hoy, su mortal abrazo atómico de Hiroshima y Nagasaki, la masacre cometida en Indonesia contra un millón de ‘comunistas’, las Torres Gemelas, el Plan Colombia aquí a la vuelta de la esquina, el financiamiento y la dirección del golpe militar de abril del 2002 contra el Presidente Chávez, y mucho más.
Así que, ¡queda por comprobar, si el Cuarto Imperio de Bush realmente se destaca como tan ‘favorable para la calidad de vida’ como su ‘demócrata’ que lo está proponiendo!
ORIGINAL EN ÍNGLÉS: Bush's Fourth Empire: 'good for the quality of life' for the Americas!
http://www.vheadline.com/readnews.asp?id=46778
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