Para que los movimientos de los trabajadores a escala global sean radicales tienen que agarrar cualquier problema histórico por sus raíces, con firmeza, contundencia y principios emancipatorios bien claros. Esto significa nada menos que agarrar el fascismo global por sus raíces transgenéticas y erradicarlo dándole en su ‘alma’, es decir, atacando todas las condiciones económicas, políticas, sociales, militares y alienantes que lo han sostenido. El mero hecho de que el capitalismo existe en el planeta y fue fabricado por el propio hombre, lo hace palpable. Por lo tanto, para su aniquilación total sólo hace falta el poder creativo de los trabajadores organizados, es decir, la "superación" (o trascendencia) del mismo capitalismo y esto no sólo vale en el caso de Libia o Venezuela, sino para todos los rincones de nuestro planeta.
Independientemente de sus diferentes apariencias en el pasado y el presente, basta con sólo ver la existencia de las variedades del fascismo nacional, a veces incluso llamado "socialismo nacional", como lo hemos visto en países como Alemania, Italia, Portugal, España, Grecia y como lo estamos presenciando a estas alturas de la globalización con las recientes invasiones fascistas del “imperio” estadounidense y sus “aliados” de la OTAN, para verificar científicamente, que lo que se está librando a nivel planetario es en realidad una dramática lucha de clases gigantesca. Durante los últimos dos siglos siempre estuvo presente esa ley dialéctica, donde todos los regímenes violentos y represivos, incluyendo el fascismo, fueron precedidos por enormes luchas de clase de los trabajadores, las cuales habían sido reprimidas con una inimaginable brutalidad. A pesar del hecho de que todas esas batallas proletarias al fin y al cabo fracasaron, no se puede negar que por lo menos cambiaron la correlación entre las fuerzas de clase contendientes; cada rebelión proletaria produjo un pánico infinito en la burguesía y en todas partes la correspondiente respuesta política fue la puesta en marcha de un terrorismo fascista por orden del Estado.
La gran pregunta es: ¿Por qué decenas de revueltas y revoluciones proletarias prometedoras en todo el mundo fracasaron o se estancaron y el fascismo capitalista imperialista siempre logró tumbarlas?
La respuesta es muy simple y bastante clara: la mayoría de esas “revoluciones” fueron heroicas, pero no RADICALES, no eran radicalmente ANTI-CAPITALISTAS, en pocas palabras, no eran movimientos emancipatorios modernos en el sentido marxista. Ciertamente, se ha dicho y criticado mucho en relación con este trágico estado de cosas que hoy se ha convertido en un enorme problema global incluso para la existencia humana y su posible desaparición del planeta Tierra.
A continuación vamos a analizar algunos de los errores cometidos por los dirigentes libios frente al globofascismo en África, errores que pronto o tarde se convertirán literalmente en la soga alrededor de sus cuellos. Claro, el trágico caso de Libia sólo es un ejemplo más de lo que podría ser el destino de toda “sociedad fracasada”, de todo país considerado miembro del “eje del mal” al cual se le aplica el “dominio de espectro completo” y el “humanismo militar” en nombre de la “democracia” estadounidense que tanto se preocupa por el bienestar de los habitantes de nuestro planeta.
Por el momento, le ha tocado a Libia y Bahrein, pero otros países como Siria y Pakistán ya están en la ‘lista de espera’. Tristemente es precisamente Sudáfrica, cuyos 50 millones de habitantes han sufrido décadas de apartheid y del peor fascismo, que ahora se ha convertido en un país aliado confiable del imperialismo norteamericano en África. Sin embargo, todavía no es tarde para aprender de la catástrofe de Libia.
Ahora, ¿qué fue lo que el Coronel Gadafi y su gobierno subestimaron en relación con el fascismo global?
El presidente Muammar Gadafi de Libia ahora tiene que aprender “por las malas” de lo que se trata el capitalismo, la globalización, el fascismo, el socialismo y la Emancipación.
* Uno no debe traicionar sus propios sueños diurnos revolucionarios juveniles declarándolos "pecados juveniles". Actualmente, el coronel Gadafi es el líder más antiguo que gobierna en el mundo árabe y africano; gobierna en Libia desde los 27 años, cuando él y sus compañeros de lucha se deshicieron de la represión del Rey Idris I en un golpe de estado incruento. Ahora Gadafi vive y muere una lección importante: no importa lo que sea el caso, como un emancipador uno siempre tiene que dar su propia vida en defensa no sólo de su pueblo sino también de sus camaradas de armas.
Fue en los años sesenta del siglo 20 cuando Gadafi lanzó su Revolución Verde, en sintonía con toda una onda de revoluciones coloniales en África. Esto ocurrió durante la época de la liberación nacional africana, del desarrollo del nacionalismo africano al Pan-africanismo y al socialismo africano.
* A pesar de los heroicos esfuerzos de Kwame Nkrumah, el entonces presidente de Ghana en los campos práxico, teórico y militar, las tres fuerzas mencionadas antes se atascaron en la retórica ideológica y en el llamado anti-imperialismo, que fue separado del verdadero anti-capitalismo, de su negación dialéctica, del socialismo científico y filosófico, del marxismo emancipatorio.
* Al igual que en todas las revoluciones en el resto de África, también en Libia era el anti-imperialismo, que en realidad es nada más que el pro-capitalismo, el que fue y sigue devorando los frutos emancipatorios sociales de aquellas sangrientas luchas de clase. De hecho, cum grano salis, hoy todos los Estados africanos, con excepción de unos cinco incluyendo a Libia, que se niegan a aceptar el Africom de la OTAN, están ya plenamente encaminados en la globalización, en la Segunda Conquista, en la repartición final del África y en el fascismo mundial.
* Entre los graves errores del gobierno de Libia figuran los siguientes: si estás nadando en un océano de petróleo y agua dulce, debes saber que no importa lo que trates de hacer para escapar, al final siempre vendrá por tí la sangrienta bota militar del hermano mayor orweliano, en este caso de la OTAN; así que más vale que te prepares a tiempo para la venidera lucha de clases gigantesca;
* Presidente Gadafi, nunca tendrás la más mínima posibilidad de victoria si colaboras con el imperialismo corporativo, si firmas acuerdos secretos entre “caballeros” con tu todopoderoso enemigo de clase, si recorres a toda Europa en busca de falsas amistades y con la finalidad de organizar “conversaciones de paz” y "diálogos" sin sentido. Esos "amigos" sólo esperan el momento adecuado para clavarte a tí y a tu familia en la cruz del 'terrorismo', del tráfico de drogas y luego te acusan de masacrar a tu pueblo.
* El orden mundial capitalista sólo permite el cambio desde dentro, es una cárcel, un sistema cerrado. Adentro podemos llevar a cabo revoluciones de arco iris y de todos los colores. Pero nunca debemos olvidar que la REVOLUCION es el brazo invencible de las elites de poder y su garantía de que nunca podrá realizarse el anti-capitalismo, por eso tenemos que inventar otras ideas mejores que la ideología o la revolución.
* Camarada Gadafi, errar es humano, por lo tanto, en nombre de las valiosas contribuciones que has hecho en beneficio de la emancipación africana, por favor recuerde que uno no puede matar a la culebra con su propio veneno, hay otras maneras muy eficaces de lograr esto. Además, si uno no se adelanta por lo menos un segundo y un milímetro a sus enemigos de clase, entonces la probabilidad de supervivencia es infinitesimal.
En resumen, vivimos en la era del fascismo mundial, del globofascismo. En todas partes podemos ver, experimentar y sentir sus garras y sus colmillos. Cualquiera tiene la libertad de criticar al sistema, pero que no se le ocurra a nadie cambiarlo de verdad. Así es como la libertad se convierte en esclavitud y la paz en guerra, como lo predijo George Orwell en su famosa novela “1984”. En todas partes existen las relaciones amigo-enemigo, está el anti-marxismo y el anti-comunismo. Es más, los chivos expiatorios, los regímenes anti-proletarios, la injusticia, la eliminación del habeas corpus, el imperio de la ley, etc. pavimentan el camino hacia el holocausto mental y corporal total, totalitario y autoritario, hacia la barbarie.
El capitalismo tiene una cabeza de Jano; bajo condiciones "normales" y pacíficas, con cierta estabilidad económica, con un nivel de las luchas obreras relativamente bajo, en tiempos de auge y bonanza, se llama DEMOCRACIA. Por otro lado, en tiempos de severas crisis económicas, grandes depresiones, agitaciones políticas, disturbios sociales y violentas luchas de clase, el capitalismo se vuelve salvaje, muestra su verdadera mueca fascista, su rostro bélico. Sus funciones son la destrucción del movimiento obrero y de los sindicatos de trabajadores, de las organizaciones izquierdistas, de los marxistas. Por otra parte, el fascismo como movimiento masivo toma el control ideológico de los trabajadores, acondicionándolos mediante una agresiva propaganda política, con sus consignas, su racismo, sus relaciones "amigo-enemigo" y su estrategia del "chivo expiatorio". El fascismo también promueve el principio del "Führer", del gran líder mesiánico y la idea de un “pueblo elegido”, además de la creencia en un Herrenvolk, una raza superior y otras maquinaciones de la psicología de las masas.
Las funciones principales del fascismo son la defensa y preservación de las relaciones económicas burgués-capitalistas y la propiedad privada de los medios de producción. Su gran campaña es salvar el sistema dominante global a toda costa. El fascismo trata de salvar el sistema imperialista de un colapso total.
Sólo cuando sabemos esto podemos empezar a erradicar el fascismo y con él, el capitalismo para siempre, pero el tiempo y el espacio se acaban - nuestras posibilidades de supervivencia ya mínimas se están reduciendo a la velocidad de las ondas escalares.
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