Prácticamente desde su creación, Estados Unidos se ha comportado como una nación de invasores, siguiendo fielmente la conducta de los colonos ingleses durante la conquista del territorio de Norteamérica y la expansión asumida posteriormente, por la naciente “raza” de nuevos invasores y colonizadores del mundo, quienes tomaron y tomaron territorios hasta extenderse de océano a océano, tomaron Florida y 2 millones de kilómetros cuadrados de México, además de quitarle a España sus posesiones en Filipinas, frustrar y mediatizar la independencia de Cuba y transformar a Puerto Rico en un Estado “libre” asociado, que les permite su dominación total sin las responsabilidades que significaría que llegara a ser un estado de la unión.
Las naciones americanas, por su cercanía y por ser consideradas el patio trasero del coloso norteño, han sido víctimas preferenciales de la agresión estadounidense, que en sus inicios utilizó el artificio de la defensa de la “libertad” como excusa de invasiones y hostigamientos. De allí la conocida afirmación de Bolívar al respecto en carta a Patricio Campbell en 1829. Esta excusa estuvo presente hasta el nacimiento de la Unión Soviética, cuando el anticomunismo pasó a constituir la principal causa invocada para sus desmanes en el globo terráqueo. De allí, su presencia militar en Corea y más tarde en Indochina, el derrocamiento de Arbenz en Guatemala, de Allende en Chile, la invasión a Granada, el minado de los puertos en Nicaragua y el bloqueo comercial a Cuba.
Luego del derrumbe del socialismo, el narcotráfico pasó a ser la supuesta causa de sus invasiones militares y del irrespeto a la soberanía de nuestros pueblos. Fue la excusa para invadir a Panamá, asesinar a miles de panameños pobres en el Chorrillo y secuestrar a su Presidente, quien con anterioridad había sido un aliado de confianza. Es la excusa hoy para su presencia militar en Colombia y sus intervenciones en Bolivia. Esta excusa, sin embargo, tiene una utilización geográficamente limitada y es contradictoria con el hecho de constituir ellos el primer mercado de la droga en el mundo. No se entiende cómo exigen combatir el cultivo de drogas como la coca y no actúan con la misma fortaleza en evitar el consumo dentro de su propio territorio. Sin dejar de utilizarlo donde les es propicio, acuden ahora al terrorismo internacional como excusa mundial, para agredir y someter a cualquier país sobre la tierra. Las recientes invasiones a Afganistán y a Irak son el producto de esta supuesta lucha, que realmente no es tal como veremos inmediatamente.
Michael Meacher, ministro británico del medioambiente entre 1997 y 2003, afirmó en “The Guardian”, uno de los dos más importantes diarios de Gran Bretaña, que la guerra de EEUU contra el terrorismo era una falacia y que los ataques de septiembre 11 le dieron un pretexto ideal para usar la fuerza en asegurar su dominio global. Meacher es un estudioso de las relaciones entre los servicios de seguridad de EEUU y grupos "musulmanes" terroristas, que pudieran estar relacionados con las explosiones ocurridas en Londres. Él ha señalado que EEUU utilizó a paquistaníes de Gran Bretaña, para ser entrenados por el grupo terrorista Harkat-ul-Ansar de Pakistán y luego utilizados para la realización de acciones que debilitaran el control del gobierno serbio en Yugoslavia.
El grupo terrorista señalado participó incluso en la invasión efectuada por Estados Unidos a Afganistán, para el derrocamiento del gobierno del Talibán y la búsqueda y detención de Bin Laden, supuesto responsable del ataque terrorista efectuado contra las torres gemelas y quien se encontraba en Afganistán según los informes de inteligencia. Para el logro de este objetivo, el gobierno de Bill Clinton efectuó una solicitud al gobierno pakistaní de Bhutto, quien apoya, protege y mantiene a distintos grupos terroristas islámicos en su territorio. No en balde, Pakistán ha sido designado como el principal aliado estadounidense en la región.
Inglaterra, por su parte, no se queda atrás en sus relaciones de trabajo con grupos terroristas internacionales. John Loftus, exfiscal federal de EEUU, ha dicho que la inteligencia británica había empleado al grupo al-Muhajiroum en Londres, para reclutar militantes islámicos con pasaporte británico, para ser utilizados en la guerra contra los serbios en Yugoslavia. Como se ve, los países imperialistas crean, entrenan, favorecen y utilizan grupos terroristas en función de sus intereses geopolíticos. Hoy son la excusa de las invasiones y ocupaciones militares en distintas partes del mundo; recordemos que el Talibán afgano fue un aliado estadounidense en su lucha contra la presencia soviética en Afganistán. Hasta hay una película de “Rambo” que los trata como héroes de la resistencia.