Súmate, la transnacional de oposición financiada por la derecha reaccionaria estadounidense, no solo ha cometido la desfachatez de llamar a la abstención en las elecciones del 4-D, sino que ha exhortado a los simpatizantes de la oposición a que desconozcan las instituciones democráticas y se sumen al golpismo. Así se desprende de las recientes declaraciones de su máxima representante, Maria Corina Machado, quien en lugar de convocar a la población a acudir masivamente a votar, en sintonía con el mensaje que han enviado los principales partidos políticos de oposición y como le corresponde a una organización que se define a sí misma como "defensora del voto", ha invitado a "todos" los venezolanos, "sin distingo de credo o religión", a congregarse en las iglesias católicas, "lugar de refugio y encuentro de los humildes y perseguidos", desde donde espera liderar una "cruzada" por la "desobediencia civil" que termine de abrirle las puertas a una invasión extranjera.
Resulta realmente sorprendente que la transnacional Súmate insista en su llamado al golpismo a pesar de la presencia abrumadora de observadores internacionales de la Unión Europea y la OEA, los reiterados mensajes de AD, Copei y Primero Justicia para que la población ejerza su derecho al voto, la nefasta experiencia que ha tenido el golpismo en forzar el derrocamiento del presidente Chávez por la vía violenta, y el abrumador rechazo de los venezolano al contubernio de sus directivos con la administración Bush, elocuentemente ilustrado por la periodista antichavista Milagros Socorro en su articulo "Ay Maria Corina, que fastidio." (El Nacional, 2 de Junio de 2005) No obstante, el golpismo se ha convertido en el trademark de esta transnacional neoconservadora.
Súmate surge como respuesta inmediata al fracaso del golpe de Estado del 11-A, apoyado por la propia Maria Corina Machado, quien embriagada por el grito frenético de quienes aplaudían la disolución de cada uno de los poderes públicos, dejó constancia de su carácter golpista estampando su firma en el "Decreto Carmona." A pesar de su innegable apoyo al golpe, sabotaje petrolero y actividades políticas ilegales y conspirativas contra el gobierno del presidente Chávez, Súmate pretende venderse como una ONG "neutral" de la "sociedad civil". Sin embargo, su íntima relación con la Casa Blanca, grandes empresas y partidos políticos puntofijistas y neoliberales, la revelan como una agrupación partidista reaccionaria identificada plenamente con intereses extranjeros y empresariales. Como una forma de ocultar su naturaleza partidista ante la comunidad internacional, Súmate se relanzó en marzo de 2005 como un "movimiento cívico", aunque Machado no tuvo empacho al reafirmar su relación política
con la oposición cuando manifestó que "transformada en Movimiento Ciudadano Nacional, la organización ensaya nuevas variantes para reactivar la pelea por elecciones sin trampas ni trucos; intentando, además, inyectar ánimos a la desmoralizada oposición civil…" (El Universal, 13 de marzo de 2005) Recientemente, Súmate recibió estrictas y precisas ordenes desde Washington para volver a cambiar su naturaleza política y convertirse en una "organización en defensa de la democracia, en los temas de la separación y autonomía de poderes, el estado de derecho, la libertad de expresión, el respeto por los Derechos Humanos" (Ultimas Noticias, 22 de Septiembre de 2005), con el objeto de justificar ante la opinión publica internacional los cuantiosos recursos que recibe desde el exterior.
Con su llamado a la abstención "activa" desde las iglesias católicas, "sin distingo de credo y religión" - despropósito que ilustra la farsa de su pretendido "civilismo" - Súmate juega al fracaso de la oposición democrática en los venideros comicios electorales para capitalizar el descontento y frustración del antichavismo, sumar adeptos a su causa extremista y fortalecer la "guarimba nacional" que esperan montar con el apoyo militar estadounidense en las elecciones presidenciales de 2006. Seria realmente lamentable y catastrófico para la oposición democrática, si le permite a Súmate, medios privados y aventureros extremistas que le imponga nuevamente la agenda golpista que la ha llevado de fracaso en fracaso. Es por ello que el país pacífico, democrático y patriota, independientemente de su preferencia política, deberá acudir masivamente a las urnas electorales, no solo para expresar democráticamente su opinión mediante el voto, sino también para enfrentar las pretensiones
golpistas de la transnacional Súmate y su junta directiva en Washington.
(*) Internacionalista