Las recientes declaraciones del Presidente NICOLAS MADURO, sobre planes para afectar el proceso de paz que viene adelantando su gobierno, tienen mucho asidero.
Aquí la violencia es un negocio, cuyos tentáculos tocan a distintos campos de nuestra sociedad.
Por una parte esta la violencia desatada por la Oligarquía contra la predica socialista de este proceso político, por el solo hecho que atenta contra sus privilegios y favorecen a grandes sectores de la población que siempre ha carecido de todo.
La violencia proveniente de la práctica política de esos sectores que desde el comienzo del gobierno del comandante Chávez, la utilizaron como arma política para finalmente darle un golpe de Estado en el año 2002.
Violencia que se expresa en la desigualdad histórica, que ha marcado por años a gruesos sectores de nuestra población, quienes fueron apartados por las clases pudientes de todos los beneficios, que ha generado nuestra riqueza petrolera.
Violencia que ha sido utilizada por terratenientes para despojar de sus tierras a miles de campesinos, incluso usada para desaparecerlos físicamente, mediante la contratación de sicarios que la imponen y ejecutan en nuestros campos.
La implementación de la violencia como medio para imponer el miedo y el terror en nuestras comunidades, para ejercer libremente el comercio de la droga por parte de organizaciones delictivas de cuello blanco, que ha sido uno de los factores que más daño ha causado a nuestra juventud.
Este cuadro de descomposición social en el que se han levantado desde hace tiempo importantes sectores de nuestra juventud, ha dado nacimiento a las llamadas pandillas de delincuentes, que cargados de resentimientos por muchas causas, entre ellas, el abandono de los padres a sus responsabilidades, permitiendo que sus hijos sean arrastrados hacia practicas reñidas con la moral y las buenas costumbres nunca proporcionadas, permitiendo que sean presa fácil de los que aprovechan las carencias de principios y valores y de sus propias necesidades materiales, para hacerlos incursionar por los caminos de la delincuencia, procurando encontrar lo que la misma sociedad y el estado poderoso le ha negado.
Conducta delincuencial que comenzó por allá por los años 80 robándole un par de zapato de marca a otro joven, y que progresivamente lo fue introduciendo en ese mundo tenebroso del delito.
Hoy 40 años después buena parte de la sociedad pudiente de nuestro país, la misma que con su indiferencia frente a la miseria que crecía ante sus ojos y que por tenerlo todo, que por gozar de todos los privilegios que les ofrecía la riqueza petrolera, nunca se detuvo a observar que con su actitud, estaba construyendo su propio frankestein, el cual como el monstruo de la película ha venido a devorar a sus propios creadores.
O sea que el fenómeno Frankestein se ha hecho presente en el seno de esta sociedad, con el atenuante que este viene inoculado con otros procedimientos más sofisticados, que se han incorporado a las prácticas de los nuevos delincuentes.
Ya no es el robo de un par de zapatos, un arrebaton, la maquina, eso no da cache como decían en el argot hamponil, ahora lo que da prestigio es robar una moto de alta cilindrada, una camioneta 4x4, el secuestro, el crimen por encargo ( El Sicariato) el trafico de x toneladas de drogas.
Este nuevo esquema del delito que se viene aplicando en Venezuela, es el que tiene aterrado a la población, porque viene acompañado de saña, alevosía y una conducta sanguinaria nunca vista.
Conducta que sin duda está influenciada por prácticas aplicadas en otras latitudes y que han sido traídas a nuestro país.
Pero el asunto es que este fenómeno no se circunscribe solo a los sectores juveniles que han hecho de la violencia su forma de vida, es que también viven de la violencia los medios de comunicación privados, a quienes no les conviene que prospere este esfuerzo que está haciendo el gobierno por alcanzar la paz, porque se le acaba el negocio de la muerte, ya que no tendrán insumo para alimentar sus estadísticas ni sus primeras páginas de sus periódicos o noticieros.
Pero otros que están contra la paz, son los comerciantes inescrupulosos, que también viven del clima de la violencia, toda vez que ellos mismos mandan a sembrar terror en el pueblo sobre supuestos desabastecimientos, para que la gente caiga en desesperación y les baje los estantes en un santiamén, cosa que no pasaría, si en el país se instala un clima de paz.
Otros a quienes tampoco les conviene la paz es a los policías choros y malandros, toda vez que si los chamos delincuentes, se apaciguan, entonces no los pueden matraquear, extorsionar o sembrar drogas.
Por lo tanto tiene razón el Presidente NICOLAS MADURO. Cuando hizo esa advertencia de que este proceso tiene sus enemigos, y no es para menos, son demasiado grandes los intereses que están en juego
De allí que estar muy pendiente con ciertos eventos y procedimientos donde estén involucrados jóvenes delincuentes que han sido contactados por el gobierno y con quienes se han hecho algunos acuerdos, con el propósito de bajarle la temperatura a la violencia, sobre todo con aquellos que se han incorporado al MOVIMIENTO POR LA PAZ Y LA VIDA, por que se han colocado en el ojo del huracán , lo están observando sus propios compinches que todavía no han aceptado el llamado a la pacificación, los magnates de la droga que tienen allí a sus potenciales colaboradores y los policías que han creado su modus operandi para beneficiarse de la violencia.
Acaba de producirse un hecho en la población de Ocumare del Tuy, con la muerte de tres presuntos delincuentes a manos de presuntos funcionarios de un cuerpo policial. Según la versión recogida los mismos habían aceptado participar en la política de pacificación y estaban incorporados al MOVIMIENMTO POR LA PAZ Y LA VIDA. Muertes que levantaron roncha en el ánimo de los integrantes de dicho movimiento, cuya respuesta no se hizo esperar, y la población de Ocumare vivió un día de tensión y preocupación.
Ahora bien, a quien le puede interesar el recrudecimiento del clima de violencia en esa población, donde el gobierno a través del Vice-Ministerio de Justicia a cargo de JOSE VICENTE RANGEL AVALOS, viene haciendo un verdadero esfuerzo por alcanzar ciertos niveles de pacificación entre los grupos delictivos, que se ha traducido en un apreciable porcentaje de reducción del delito contra la persona.
Además muchas comunidades han observado la labor que vienen desarrollando los jóvenes del MOVIMIENTO POR LA PAZ Y LA VIDA con sus cuadrillas de trabajadores reparando escuelas, recuperando espacios, caminerias, campos deportivos, desmalezamiento de vías, jornadas de cambios de bombillos ahorradores, recolección de basura, con el apoyo del ALCALDE JULIO CESAR MARCANO.
Creo que vale la pena investigar ese procedimiento, porque sin eximir de responsabilidad en los actos que hayan o no cometidos los fallecidos, el mismo se presta a muchas conjeturas, que deben ser aclaradas, se habla de exterminio y ajusticiamiento, hechos que de comprobarse no contribuyen en nada a mejorar o fortalecer el ambiente que necesita este proceso de paz, que como se aprecia esta acechado por aquellos que han hecho de la violencia un negocio.