Justamente anoche, después de escuchar la alocución de Jorge Rodríguez, presidente del C.N.E., en la cual con argumentos impecables e irrebatibles defendió la utilización de las máquinas capta huellas para terminar, inexplicablemente, anunciando que las mismas no serían utilizadas en las elecciones del domingo 4 de diciembre escribí un artículo que fue publicado en este medio, titulado “Párame eso ahí, Jorge”. Dicho artículo recogía mi frustración ante la decisión de ese organismo que preside Jorge Rodríguez de desechar unas máquinas cuyo costo, supongo, debe ser considerable, sólo por satisfacer el capricho de unos desadaptados cuyo único propósito es joder el parque.
Sin atribuirme facultades proféticas, ya que cualquier persona con tres dedos de frente podría haber llegado a la misma conclusión que yo señalé, que a pesar de esa innecesaria concesión a esa “miasma”, como la calificó el Presidente esta noche, que pretende asumir la representación de la oposición, buscaría cualquier pretexto antes del miércoles (como efectivamente ocurrió) o harían otras exigencias imposibles de ser satisfechas para no concurrir a las elecciones.
¿Qué vas a hacer ahora, Jorge?. Ya te bajaste los pantalones para que te dieran unas buenas nalgadas y sin embargo, parece que eso no satisfizo a los que te dieron los azotes, quienes después de no poder abusar más del organismo que representas decidieron botar tierrita y decir “no juego más”, igual que los carajitos. ¿Valió la pena inclinar la cerviz ante quienes, sin darle ningún calificativo, no tienen el menor interés en participar en el proceso electoral porque no tienen la más mínima probabilidad de figurar?
¡Cuando aprenderemos a ponernos los pantalones y no a bajárnoslos ante las presiones de la ¡Y que oposición! que ni siquiera es capaz de reunir un mínimo de “pueblo” que apoye sus candidatos y tiene que retirarse para no quedar en ridículo!.
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