Esa era la síntesis del razonamiento de Carmen, una mujer de unos 60 años, que ayer tranzó conmigo una discusión sobre la “renuncia” de algunos sectores opositores a las elecciones parlamentarias del domingo 4 de diciembre, mientras viajábamos en el metro desde el centro de Caracas hasta la estación Palo Verde en el extremo este de la capital.
Carmen venía de trabajar a eso de las seis de la tarde. Ella es la “gerente de mantenimiento” (como ella se define) de la casa de la familia Gómez que vive en Bella Vista, apenas terminó el curso de alfabetización de la Misión Robinson y a pesar de ser una nueva lectora, no vacila en afirmar: ¡Hasta yo podría ser presidenta con una oposición como ésta!
Y no deja de tener razón doña Carmen. Una mirada “a vuelo de pájaro” a los ataques contra la revolución bolivariana, revela que los oposicionistas siempre parecen huir hacia delante y terminan facilitando el avance de la revolución:
1.- Sacaron a TODOS los militares pro yanquis con los que contaban (adecos y copeyanos) y dejaron abierta la posibilidad para que la revolución adelantara cambios fundamentales en la Fuerza Armada Nacional, tras el Golpe de Estado de 2003.
2.- Dejaron vacías todas las oficinas de Petróleos de Venezuela durante el paro petrolero de 2002 y así la revolución ocupó la industria petrolera y la re-nacionalizó, lo que permitió dirigir los recursos provenientes de la renta del crudo, a programas sociales como la alfabetización entre otros.
3.- Ahora abandonan la Asamblea Nacional y abren paso para que la revolución ocupe, con una mayoría abrumadora, el parlamento nacional, lo que facilitaría la profundización del proceso de cambios estructurales que experimenta Venezuela.
¿Pero qué pasa?
En estas elecciones parlamentarias, ese retiro de de algunos partidos opositores no es una mera inconformidad. El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, ha dicho que este argumento opositor, este retiro injustificado de algunos partidos de oposición (Acción Democrática AD, Copei, Primero Justicia) demuestra, una vez más, que no se dirigen a sí mismos y que por consecuencia, funcionan como “peones del imperio de Estados Unidos”.
Lo que está operando es una avanzada contra la revolución bolivariana, no es su objetivo las parlamentarias, es el proceso bolivariano, es el comandante Chávez.
Se pretende desencadenar una maniobra abstencionista que se enmarca estrictamente en una jugada dirigida por Estados Unidos, ayudada por la oposición radical del país, para arremeter nuevamente contra Venezuela, en la búsqueda de sabotear el proceso democrático. Es que para Estados Unidos, es mucho lo que significa Venezuela en materia energética y demás recursos naturales.
En cadena nacional de radio y Tv, Chávez reafirmó nuevamente el desafío que le hiciera al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en un acto de masas en el año 2004. Para el comandante, la apuesta sigue en pie: “Señor Bush, le vuelvo a hacer la apuesta (...) le apuesto un dólar a ver quién dura más: Si usted en la Casa Blanca o yo aquí en Miraflores”.
Advertencia
Ahora bien, la institucionalidad venezolana está activada para mantener el orden interno ante la arremetida imperialista. La primera voz de la nación, Hugo Chávez, fue claro:
“Yo les pido que midan hasta donde van a llegar. Porque les repito y les recuerdo, para que no se olviden: el Chávez aquel (de abril de 2002) quedó en la historia (…) cada vez que nos lancen un golpe, como esta nueva emboscada electoral, el Gobierno Bolivariano y el pueblo, responderán con un contragolpe”.
Todo está listo y los bolivarianos hemos apostado sin reticencias a la reafirmación de la institucionalidad democrática. Este domingo el pueblo revolucionario saldrá se movilizará para votar y defender la democracia y la soberanía nacional.
Todos Alertas… que apenas comienza la conspiración.
navarroernestoj@gmail.com
