Comentar el juego después de haberse celebrado es tarea sencilla; lo difícil es prever que ocurrirá en el desarrollo del mismo y sus consecuencias. Por ello, me apresto a expresar, en el poco espacio que dispongo, mi opinión sobre lo que está ocurriendo y está por ocurrir en nuestro país, luego de la decisión de los partidos de la cuarta y sus vástagos de "darle una patada a la mesa" y dar finalizado el juego electoral.
Cualquier análisis serio de la situación, tiene que partir de un hecho sin precedentes (por lo menos en el país): Súmate le impuso su tesis a los partidos.
¿Cómo es que una sifrinita sin formación ni carrera política, logra imponer a partidos políticos con más de 50 años de tradición su tesis, de que deben retirarse de un proceso electoral?
La respuesta hay que buscarla en aquella decisión del gobierno de los Estados Unidos de recibir en la Casa Blanca, con honores de jefe de estado, a una desconocida en el mundo político, intelectual, empresarial, científico, deportivo y cualquier otro que a usted se le ocurra.
Ya habíamos dicho, en otra oportunidad, que Bush había enviado un mensaje claro con esa entrevista, a la oposición venezolana: el que esté con nosotros debe plegarse a la línea de Súmate.
Todo lo ocurrido desde aquella entrevista hasta ahora, no fue más que filigrama, había que desconocer al arbitro y al proceso electoral, para atacar por mampuesto al presidente Chávez, y al final los partidos no tuvieron otra que seguir las instrucciones de quien a lo largo de la historia los ha gobernado.
Conocido el porqué; interesante es que dediquemos unas líneas a expresar nuestra opinión del para qué.
Para Acción Democrática y Copei estas elecciones representaban una muerte anunciada, pues desde 1993 están montados en un tobogán cuya caída parece no tener fin. Una salida fuera del juego democrático es lo único que podría retornarles algunas cuotas de poder. Por ello se embarcan en el juego.
Ese es no es el caso de Primero Justicia. Este partido de extrema derecha venía creciendo electoralmente a expensas de AD, Copei y lo que alguna vez se llamó Proyecto Venezuela.
Para ellos, retirarse del juego representa un riesgo y un alto costo político; pero
carecían de opciones ante la amenaza de los dueños de medios de impedirles el acceso a ellos, sino se embarcaban en la aventura. Para un partido político cuyo contacto con las masas se hace a través de los medios, la amenaza era demasiado grande.
El caso de Un Nuevo Tiempo es diferente. Su único líder además de guabinoso, carece de la inteligencia necesaria para comprender lo que está pasando. Por otro lado, quienes le acompañan en la dirección de su partido, son militantes de AD y Copei y por instrucciones "de Caracas" presionaron a Manuelito.
Ahora, toda esta estrategia y presión no se realiza para irse a casa a ver el juego por televisión.
Recordemos que el 10 de diciembre de 2001 la oposición venezolana llamó a una huelga general que duró dos días, pero que contó con la participación de PDVSA. Aquello huelga no fue un fue un fracaso como algunos expresaron; fue un ensayo que luego nos condujo a un golpe de estado, al sainete de Altamira, a un sabotaje petrolero, a una guarimba, a actos terroristas y hasta el asesinato de un fiscal.
Hoy la oposición intenta una nueva escalada. Chávez después de derrotarlos en todos los terrenos y superar los daños económicos que la oposición le causó al país durante 2002 y 2003, se apresta a entrar al año de su reelección con excelentes resultados económicos, que han influido en su acción social. No puede darse el lujo el gobierno norteamericano de que Chávez tenga un 2006 exitoso. Necesita hacer mella en la confianza que el país ha generado en los inversionistas, necesita causarle daño a la economía, necesita paralizar los programas sociales y necesita inestabilidad política. Sólo así (creen ellos) podrían convencer al país de que la mejor opción es salir de Chávez.
Es en conclusión este sabotaje electoral es la punta de lanza de toda una campaña de desestabilización, que seguro estoy, también derrotaremos.
El problema con los "expertos gringos" es que ellos creen que todo el mundo piensa como sus ciudadanos, y que de los resultados de un debate, de una declaración y hasta de una aventura amorosa puede depender el futuro de un gobierno. Les cuesta creer que este pueblo que ha tomado conciencia política, que sabe el momento histórico que vive, que se sabe depositario de los sueños de millones de latinoamericanos y que está abrazado a la esperanza que su líder, sabia y pacientemente ha sabido sembrar.
Se volvieron a equivocar, pues en política no se ceden los espacios conquistados. Un largo y triste camino le queda por recorrer a una oposición que producto de su torpeza y entreguismo, habrá de vivir varios años con sólo dos gobernadores, muy pocos alcaldes y sin diputados.