"Convoco a los partidos y organizaciones que componen el Gran Polo Patriótico a continuar con la construcción de una fuerza social para crear un gran bloque histórico, como lo propuso el comandante supremo, Hugo Chávez"
Presidente Nicolás Maduro Moros
Es cierto lo que dice el camarada Maduro, la unidad no se decreta, se construye en un largo camino. El Gran Polo Patriótico ha sido un espacio de alianza política exitosa. Midamos su impacto sobre la base de hechos concretos: el GPP aportó casi 2 millones de votos para la victoria del comandante supremo Hugo Chávez el 7 de Octubre de 2012; garantizó a la victoria de 18 de los 20 candidatos a gobernadores del GPP el 16 de Diciembre de 2012; sumó 1 millón 300 mil votos para asegurar el triunfo del camarada Nicolás Maduro el 14 de Abril de 2013. Asimismo, consiguió una buena cantidad de votos y aportó gran esfuerzo humano en la victoria electoral de alcaldes y concejales de diciembre de 2013; de manera que podemos hablar de éxito y de un aporte neto que debe ser evaluado positivamente, pero asumiendo que cumplió una etapa al finalizar las contiendas electorales.
Todos estos éxitos no deben ser soslayados, ya que servirán de punto de partida para pensar en una instancia política que facilite los nuevos caminos de la unidad. Lograr nuevos espacios con decisiones colectivas es una necesidad estratégica, tal como lo visualizó siempre el comandante Chávez, quien se esforzó desde los primeros días de su accionar político-público en construir distintas redes de relaciones que trabajaran en función de la unidad. El MVR fue un ejemplo de ello, fue la suma de muchísimas voluntades individuales, grupales, sectoriales, tendencias y corrientes que contribuyeron a construir una gran voluntad política colectiva.
En esta misma dirección, en 2011, planteó la necesidad de un Gran Polo de fuerzas que incluyera a los partidos, pero que fuera más allá de ellos, incorporando también en términos de igualdad a las organizaciones de base, las organizaciones sociales y comunitarias, los movimientos, colectivos y demás formas de organización revolucionaria.
Creemos que ese es el camino: la unidad debe ir más allá de los partidos. La verdadera unidad es la unidad del pueblo y pasa por fortalecer y relanzar aquellos espacios y experiencias donde se construyen sus anhelos, deseos, luchas. Nosotros creemos que esa unidad va más allá de los pactos y alianzas partidistas y coyunturales, y tiene en La Comuna la organización primaria del nuevo Estado. Un Estado que surge de abajo hacia arriba, desde los Consejos Obreros y Campesinos, desde un proyecto y una política democrática y colectivamente asumida por los productores primarios, directos, en función de inéditas formas de poder y participación. En ese camino andamos.
De allí la importancia del debate, que como apuntara Lenin, debe ser como el viento fresco de las discusiones francas. Ese debate necesario siempre acompañó a Chávez y sentimos que es parte de la propuesta de Maduro. Chávez siempre habló de dos condiciones para el mismo: irreverencia en la crítica y lealtad en el combate. Para que se dé un buen debate, debe haber un escenario que permita que la discusión no sea parte del show mediático.
Los grandes medios de comunicación que todo lo banalizan, no pueden ser el escenario de la diatriba sobre la base de lo que llamara Gramsci, la pequeña política. Los revolucionarios no podemos permitir que nuestras diferencias sean estimuladas artificialmente, bajo el filtro y la óptica de aquellos que pretenden boicotear los diferentes procesos de construcción unitaria. Nosotros preferimos sustraernos de ese escenario y perseverar en la vía de encontrar caminos comunes, cordiales, igualitarios, de respeto y reconocimiento mutuo, con el fin de acortar la distancia de lo que nos separa, e insistir en fortalecer lo mucho que nos une.
Hoy estamos proponiendo que el GPP debe ser repensado y reinventado a la luz de los intereses y de las prácticas concretas del pueblo organizado. Por eso suscribimos lo dicho por el presidente Nicolás Maduro, “Iniciar la búsqueda del necesario proceso de unidad revolucionaria, para la creación del gran bloque histórico”.