“Nada es tan conforme con las doctrinas populares como el consultar a la nación en masa, sobre los puntos capitales en que se fundan los Estados, las leyes fundamentales y el magistrado supremo. Todos los particulares están sujetos al error o a la seducción, pero no así el pueblo que posee en grado eminente la conciencia de su bien, y la medida de su independencia. De este modo su juicio es puro, su voluntad fuerte, y por consiguiente nadie puede corromperlo ni menos intimidarlo. Tengo pruebas irrefragables del tino del pueblo en las grandes soluciones, y por eso es que siempre he preferido sus opiniones a la de los sabios”
Simón Bolívar 27 de abril de 1826
Ante las múltiples opiniones, distorsiones y descalificaciones, malas interpretaciones y demás hierbas del camino, hemos decidido presentar una síntesis de nuestras propuestas y motivaciones.
1.- Es necesario destrancar el juego y los escenarios gobernados por la lógica de la polarización, en donde (2) dos interlocutores que representan el modelo rentista, interactúan eternamente por oposición solapándose y complementándose, haciendo depender la existencia de uno con la existencia del otro.
2.- El modelo rentista de confrontación polarizada tritura cualquier opinión contraria desde extremos que se tocan y su modelo de diálogo no es otra cosa que una escenografía que le permite a ambos ganar tiempo y recomponerse.
3.- La crisis político económica y social que vive Venezuela, es quizá la más grave de toda nuestra historia republicana. Dicha crisis, es la crisis del modelo rentista y de su expresión política el bipartidismo polarizado y de la lógica de la representación que de ahí se desprende.
4.- Salir del laberinto significa romper con la lógica de una polarización artificialmente sostenida y defendida a muerte, que invisibiliza a las fuerzas reales del poder constituyente y que le es efectiva a los intereses de ambas cúpulas, aparentemente en conflicto.
5.- Hoy como nunca suenan tambores de guerra y aires de intervención extranjera, apuntalados por la soberbia y prepotencia de los grupos de poder, que por conveniencia nunca se pondrán de acuerdo en torno a una salida de la crisis. No ceden ni escuchan el clamor del pueblo, manteniendo un cómodo status quo.
6.- Ante estas circunstancias, el pueblo venezolano debe organizarse para frenar los intentos injerencistas e intervencionistas en la misma medida en que se abre paso desmontando el juego perverso de la polarización.
7.- Esto significa que el pueblo venezolano debe visibilizarse desde sus banderas de lucha, desde la construcción de un programa que conduzca a transformaciones profundas de la sociedad venezolana, teniendo como punto de partida irrenunciable, la defensa de nuestra autodeterminación, soberanía y la lucha contra cualquier intervención extranjera.
8.- Como pueblo venezolano debemos exigir a personalidades y organismos internacionales, que su preocupación por Venezuela debe estar ajustada al derecho internacional, al reconocimiento de nuestra independencia, soberanía y autodeterminación.
9.- El aporte de estos entes y organismos, países hermanos e individualidades debe ceñirse al acompañamiento y a la facilitación, sin tomar partido en ningún momento por alguno de los polos de la confrontación y sin perder de vista que la democracia participativa y protagónica consagrada en la constitución (todavía vigente) autoriza al pueblo a representarse así mismo. Sería un error de miopía imperdonable que la comunidad internacional desconozca que hay un pueblo dispuesto a luchar por su soberanía y prefieran mediar entre dos cúpulas de poder que sólo se representan a ellas mismas y que han perdido toda legitimidad.
10.- En este sentido, como pueblo, debemos alzar nuestra voz, abrirnos paso ante los obstáculos que nos imponen las cúpulas del status quo y la comunidad internacional, para exigir ser escuchados, frenar el intervencionismo y crear una ruta que parta de la democracia participativa y protagónica. Iremos a donde nadie haya ido y como florentino, si nos toca, discutiremos hasta con el mismísimo diablo. No basta asistir ante aquellas personalidades y organismos que nos traten de manera complaciente y cómoda, todo lo contrario, es necesario romper el cerco llevando nuestra verdad a los lugares más hostiles y donde somos más hostigados e incomprendidos, pues es ahí, donde se entretejen las estrategias intervencionistas y es donde podríamos neutralizar esos ataques.
11.- Proponemos que el movimiento de los que luchan, trabajadores, campesinos, estudiantes, universitarios, indígenas, pescadores, maestros, LGBTT, mujeres, jóvenes, iglesias, comunas, Fuerza Armada, se auto-representen más allá de las cúpulas y entren al diálogo como factores protagónicos en la construcción de una ruta, con autonomía y sin condicionamiento por ninguno de los elementos de la polarización.
12.- Sólo el pueblo venezolano es capaz de reorientar el diálogo y garantizar el éxito de un acuerdo nacional.
13.- Proponemos los siguientes pasos en una hoja de ruta hacia un gran diálogo nacional:
a.- Debe haber un reconocimiento mutuo de los espacios institucionales. Que la Asamblea Nacional (AN) reconozca la legitimidad de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).
b.- Que a su vez la ANC de forma directa o a través del TSJ propicie la repetición de las elecciones en el estado Amazonas, a fin de que la AN salga de la situación de desacato.
c.- Que entre ambas instituciones AN y ANC se cree una comisión legislativa con carácter paritario -tal cual se hizo con el proceso constituyente del año 1999- con representación del movimiento popular organizado como garante y con el acompañamiento de la comunidad internacional.
d.- De esa comisión legislativa con participación del movimiento popular y el acompañamiento internacional debe salir un acuerdo que tiene que ser ampliamente difundido, compartido y sometido a referéndum popular aprobatorio, para que tenga rango de ley y goce de total legitimidad.
e.- Ese acuerdo debe contemplar la re-nstitucionalización del país, la relegitimación de los poderes y la revisión abierta y democráticamente debatida de la propuesta del nuevo texto constitucional, antes de ser sometida a la debida consulta popular.
14.- Sabemos que llevar acabo esta propuesta ante el país sin colocarla al servicio de ninguna de las cúpulas de la polarización va a conseguir no sólo detractores que se opongan de buena fe, sino también de la movilización de toda suerte de recursos, dirigidos a banalizar y descalificar esta propuesta con el fin de impedir la recolocación del debate fuera de los dominios e intereses del perverso juego gobierno-oposición. Sin embargo, daremos la batalla sabiendo que levantar una propuesta de esta naturaleza implica riesgos en un contexto como el actual. Por eso le decimos a nuestros hermanos de lucha que debemos actuar ahora y sin dilaciones y que más allá de las dudas razonables hoy nos toca avanzar y continuar sin pedir permiso: Está en juego la Patria.
15. – Por todo lo anteriormente expuesto, un grupo de venezolanos profundamente preocupados por la dura situación que hoy atraviesa nuestra Patria, hemos decidido volver a los orígenes del chavismo. Porque Chávez no le pertenece a nadie, “Chávez es un pueblo” y como parte de ese pueblo desde él nos fundamos y siempre nos preguntamos: ¿Cómo lo haría Chávez en una situación como la que vivimos en estos momentos? La respuesta que encontramos es, “apelando a la potencia constituyente del pueblo”. Los medios nos han llamado “Chavismo Originario” por este empeño de buscar en la raíz, nosotros decimos también que originario remite, evoca, el artículo 5 de La CRBV, quien desde su declaración de principios fundamentales, remite la soberanía al pueblo de manera intransferible, “quien la ejerce directamente”.
Como nos diría Chávez:
“Me la juego con la conciencia del pueblo que ha dado demostraciones de fortaleza, que no se va a dejar manejar por nadie…yo hago esta reflexión porque el pensamiento de Bolívar claro y luminoso apunta al deber ser….”
Caracas 28 de octubre de 2018
Por el Chavismo Originario
Juan Barreto