Siempre había dicho que Acción Democrática parecía el único partido serio de la oposición, principalmente porque es una organización que no le tiene alergia a la gente humilde. Cuando uno pasea por los barrios o por los pueblitos, AD es el único partido opositor que tiene alguna presencia en esos sectores.
Por eso y por la tradición electoral que han mantenido durante 64 años es que uno no puede entender que los herederos de Ruiz Pineda, Alberto Carnevalli o Antonio Pinto Salinas cometan un error que parece de principiantes.
DIVISIÓN DE FACTO
Desde que Chávez apareció en la escena política, Acción Democrática ha sufrido incontables divisiones. Es verdad que AD se ha dividido varias veces a lo largo de su historia, solo que, en otros momentos, las fracturas de la organización se producían por razones de fondo, principalmente ideológicas.
Recordemos, solo por pasearnos por el pasado, las divisiones que dieron origen al MIR o al MEP. Estas eran divisiones de altura, con sentido. Lo de ahora no. Ahora cualquier dirigentucho que se pelea con el Secretario General de turno o al que no le alcahuetean una candidatura en un momento determinado, se va y se lleva su grupito de aplaudidores. Acción Democrática se ha ido desmembrando porque no ha encontrado dirigentes que puedan retomar el proyecto que otrora hiciera tanta sintonía con el pueblo venezolano.
Pero ahora, con esta decisión anti histórica que ha anunciado la dirigencia caraqueña, una nueva división es inevitable, puesto que en el interior del país, muchos de los dirigentes regionales que no fueron consultados para retirarse de los comicios, han planteado, de frente y por la calle del medio, que ellos no se van a retirar. La ley establece que un candidato solo puede ser retirado por su propia voluntad, aunque haya sido postulado por diversos partidos. Así que se presenta la dramática situación del desacato a la línea partidista, por lo que la división es de facto.
REPITIENDO LOS ERRORES DE LA ANTIGUA IZQUIERDA Lo de Acción Democrática es triste porque están repitiendo los errores que en otros momentos cometiera la izquierda que tanto persiguieron. Con la caída de Pérez Jiménez, mientras AD se ocupaba de los sindicatos, de los gremios, de los profesionales y técnicos y de las comunidades, la izquierda decidió tomar el camino de la guerrilla, en la persecución de una utopía vanguardista que no contó con la voluntad del pueblo que, luego de sufrir una atroz dictadura, tenía sed de elecciones y de democracia.
AD repite hoy el error de sus adversarios de entonces. En la reciente encuesta de Latinbarómetro sobre el tema de la democracia, Venezuela rompe absolutamente con la tendencia del resto de los países de América Latina.
Los números reflejan que nuestro pueblo no solo es amante de la democracia, sino que participa activamente en ella y considera que en nuestro país existe el más alto nivel de ejercicio democrático del continente.
Por eso es que ni sus propios militantes entienden el discurso extraño de Henry Ramos, a nombre de la dirección del partido, cuando dicen que no van a las elecciones. La pregunta de rigor es: ¿y entonces qué?. Es decir, bueno, está bien, no van a las elecciones, pero ¿cuál es el plan B?, ¿se van a las montañas?, ¿darán un golpe?, ¿se exilian?, o sea, ¿qué carrizo van a hacer?, ¿se conformarán simplemente con ver la historia por televisión, protagonizada por otros actores?. Lo triste es que esto no fue explicado por la dirigencia adeca. Es decir, que sus electores, ahorita mismo, no saben qué hacer, porque no hay plan B.
REGALANDO LA OPOSICIÓN A LA ULTRADERECHA Otra consecuencia de esta torpeza política podría verse expresada en el endoso del capital político de Acción Democrática, en un cheque en blanco y con fecha de cobro indefinida, a la derecha neofascista de la oposición, que ahora podría erigirse como opción electoral para aquellos a los que no les gusta Chávez, pero que consideran que las elecciones son la única manera democrática de salir de él.
Con esta actitud que ha tomado la dirigencia caraqueña de AD, sus seguidores se quedan mirando al cielo, como pajarito en grama, y lo único que ven en el horizonte oposicionista son unos ambiciosos, que los miran por encima del hombro, pero que por lo menos se lanzaron al terreno para restarle espacios a los bolivarianos. El adeco de pueblo sabe que nunca será bien aceptado por aquellos que se consideran una “raza superior” que tienen el “destino manifiesto” de “liberarlos del tirano”, pero en ausencia de sus dirigentes naturales, puede ser que termine pensando que peor es nada.
PÉRDIDA DE LA CREDIBILIDAD
Otro problema que genera la decisión tomada por los líderes adecos es que quedan en entre dicho ante la opinión pública. Demostraron que la verdadera razón para el retiro de sus candidaturas no eran las capta huellas, ni ninguna otra de las excusas que habían presentado ante el CNE, pues este órgano cedió en todas sus exigencias, ante la presencia y el visto bueno de los observadores internacionales.
Esta decisión atolondrada simplemente evidencia que no quieren contarse, que saben que la derrota sería catastrófica y que en el fondo, nunca tuvieron la intención de participar. Aunque nunca imaginé que iba a decir esto, debo reconocer que ha sido más seria la posición del secesionista Ledezma, quien desde el principio llamó a la abstención y, al menos, ha sido coherente.
Esta pérdida de la credibilidad no solo les afecta a nivel nacional, sino también a nivel internacional, puesto que los observadores extranjeros fueron testigos de que las exigencias que hicieron las organizaciones fueron aceptadas por el CNE y ahora no se explican su actitud.
CACHICAMO TRABAJANDO PA´ LAPA
Otra situación dolorosa es que AD hizo el trabajo sucio que le encomendaron a la empleada del imperio. La niña de las rodillas genuflexas recibe financiamiento para cumplir con la misión de acabar con la democracia en Venezuela. El imperio sabe que por la vía electoral no podrán sacar a Chávez, pues el pueblo lo respalda ampliamente. Es por ello que se han planteado la estrategia de mellar en la credibilidad de nuestro sistema a como dé lugar, a fin de hacer creer que no es cierto que el pueblo respalde al Presidente más votado de la historia venezolana.
El plan del imperio es que todo el mundo se eche para atrás, para poder cantarle a Chávez la posición adelantada. El viejo truco que ya emplearon con Fujimori y Aristide. Dolorosamente AD le hizo el trabajo a la Malinche, bailando en retirada la danza de Salomé, solo que esta vez, la cabeza que porta la bandeja de plata, no es la de Chávez, sino la de ellos mismos.
EL CORAJE DEL SUICIDA
No se deja de reconocer que hay que tener coraje para anunciar una decisión como esta, especialmente por parte de un partido que tiene 64 años llamando a votar y que es el único que podía llegar a conformar una fracción medio decente, dentro de la derrota contundente que los bolivarianos le propinarán este domingo a la oposición. Sin embargo, es el coraje del suicida. Se necesita mucho coraje para lanzarse de un piso 14 o para meterse un tiro, pero en el fondo, este coraje esconde una triste cobardía: la claudicación de la lucha. “Me rindo, no puedo más, adiós mundo cruel”.
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