Ante la reciente crisis diplomática entre los gobiernos foxista y
bolivariano, que ha culminado con la expulsión del embajador Vladimir
Villegas de nuestro país, queremos dirigirle un mensaje al pueblo de
Venezuela.
Quien busca la ruptura de relaciones con Venezuela y ha provocado la
actual crisis no es el pueblo de México. Se trata de la cúpula del
Partido Acción Nacional, partido del gobierno actual, ligada a la
mafia cubano-norteamericano de Miami y que ha dado cobijo a la
contrarrevolución venezolana, llegando al extremo de declarar que
harán "lo que sea necesario para debilitar a Chávez". Los acompañan la
mayoría de los medios de comunicación mexicanos que han desatado una
campaña de difamación y desinformación sobre el proceso bolivariano,
socios de los medios venezolanos que llegaron al extremo de
instrumentar un golpe de Estado contra el gobierno revolucionario de
Venezuela, en su afán por detener el proceso que recorta sus
privilegios. Se suman los partidos políticos de México que (como
hicieron AD y COPEI en sus años mozos) han saqueado al país en nombre
de una falsa democracia que sólo sirve y representa a la oligarquía.
Todos ellos encabezados por el gobierno lacayo y servil a los
intereses imperialistas de Vicente Fox, quien ha sido acertadamente
caracterizado por el comandante Chávez como "el cachorro del imperio".
La crisis diplomática refiere en primer lugar a la discusión sobre la
integración de América Latina a través de dos propuestas antagónicas y
enfrentadas. Fox defiende la propuesta neoliberal del ALCA, una
integración sujeta a los mandatos del imperialismo yanqui, adecuada a
sus intereses y que sólo a éste beneficiaría. Aún cuando los efectos
de lo que ellos llaman libre comercio han sido devastadores para el
pueblo de México a través del Tratado de Libre Comercio de América del
Norte (TLC), Fox se empeña en defender los intereses del gobierno de
Estados Unidos y las empresas transnacionales que han llevado a la
ruina completa al campo mexicano y creado enormes cinturones de
miseria en las ciudades de nuestro país.
Del otro lado, el gobierno bolivariano ha abanderado una iniciativa
que rescata la dignidad y la soberanía de nuestros pueblos: la
Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), proyecto que ya se
ha puesto en marcha y se muestra como una integración donde lo que
impera es la solidaridad entre las naciones por encima de la ganancia.
Chávez defiende públicamente los intereses de los pueblos por encima
de los intereses del capital, de ese modo Chávez representa también al
pueblo de México en su lucha contra el servilismo de su gobierno y la
voracidad del imperialismo. Fox representa a Washington, de ningún
modo a los mexicanos; y camina a contracorriente del sentir y las
acciones de los pueblos de América Latina, que buscan alternativas al
modelo que se impuso a sangre y fuego desde el norte para saquear a la
región.
Pero la provocación lanzada por el gobierno foxista no se reduce a esa
discrepancia. La más importante razón de Fox para confrontarse con
Venezuela responde a su propósito de servir a Estados Unidos. El
imperialismo ha buscado por todos los medios detener a la revolución
bolivariana, sin éxito. Ha presionado a muchos países del continente
para aislar internacionalmente a Venezuela, sin haberlo conseguido. El
gobierno de Fox ha decidido prestarse al juego, participando
activamente en la contrarrevolución en Venezuela, tratando de darle
aire a la constantemente derrotada oligarquía venezolana, buscando
aislar al proceso bolivariano para allanar el camino de una agresión
armada desde Estados Unidos. Una vez más, el imperialismo fracasará en
sus intentos contra el pueblo de Venezuela, pues quien se evidencia y
resulta aislado es el servil gobierno foxista.
Lo que irrita a Fox con respecto a Venezuela es que ha demostrado que
es posible avanzar en el camino de la igualdad y la justicia social
por una vía independiente a la marcada por el imperialismo, que va en
sentido contrario. Venezuela le recuerda a Fox su estruendoso fracaso
al frente de un gobierno que se ha regido por las leyes del mercado,
manejando al país con visión empresarial, como si continuara
trabajando como gerente de la Coca Cola.
Fox llegó a la presidencia apoyado con capital extranjero y sólo con
el voto de 25% de los mexicanos, si contra él fuera un referéndum
revocatorio, seguro lo perdería. Chávez es el presidente que más veces
se ha sometido a las urnas y no sólo ha salido victorioso, sino que a
cada nueva elección se fortalece.
En México el gobierno impulsa la privatización de la educación y busca
que acomode a las necesidades de los grandes empresarios, sin
importarle los rezagos educativos de grandes sectores de la población
que no tienen acceso a ningún tipo de instrucción. En Venezuela se ha
plantado la bandera de cero analfabetismo y se buscan día a día
distintas formas de llevar educación a todos los venezolanos.
Los excedentes de la venta del petróleo en México se van directo al
pago de la deuda externa y al financiamiento de los bancos en manos
extranjeras, siguiendo las órdenes del Banco Mundial, mientras en
Venezuela las ganancias por el petróleo sirven para impulsar las
misiones que van generando organización y mejorando el nivel de vida
del pueblo venezolano.
El gobierno foxista ofrece a Estados Unidos barata mano de obra
mexicana, promoviendo la migración más humillante por la vía de
abandonar por completo el desarrollo del país. En Venezuela se lucha
por llevar adelante una reforma agraria que ponga la tierra en manos
de quien la trabaja, además de instrumentar programas diversos de
desarrollo endógeno.
70 millones de mexicanos pasan hambre o no tienen acceso a servicios
básicos de salud en el gobierno foxista, mientras el gobierno
bolivariano destina parte de la renta petrolera a alimentos
subsidiados y a brindar servicios sanitarios gratuitos.
Fox convoca a los mexicanos a romper con el hermano pueblo de
Venezuela y con los logros de la revolución bolivariana, por supuesto
que su llamado no tiene eco entre los mexicanos.
Parece que Bush ha encontrado en Fox un fiel aliado en su lucha contra
la revolución bolivariana. Hoy más que nunca, la revolución
bolivariana tiene de los mexicanos la solidaridad incondicional en su
lucha contra el imperialismo, una lucha que es de toda la humanidad y
que desde México continuaremos dando.