En días recientes el camarada presidente Maduro se refirió a la injerencia del presidente paramilitar colombiano Juan Manuel Santos en los asuntos internos de Venezuela Maduro denunciaba la cobarde actitud del “paraco” colombiano debido a que su actitud evidenciaba su total identificación con los sectores fascistas venezolanos. Uno entiende que debido a algunas consideraciones de carácter internacional es necesario mantener cierto grado de hipocresía en torno a nuestra relación con el gobierno “paraco” colombiano. Seguramente nuestro gobierno maneja una estrategia para tratar de mantener las mejores relaciones con éste gobierno de derecha. Ahora bien, la situación venezolana hoy es crítica; de eso en Aporrea se ha escrito con bastante prolijidad por camaradas con mucha capacidad de análisis. A pesar de ello, a mi modo de ver se hace necesario abrir un debate en torno al tema Colombia en estos momentos. El tema colombiano nos marca profundamente por varios elementos; en primer término, nuestras raíces históricas comunes; en segundo lugar, por nuestra frontera común extensa y dinámica y en tercer lugar y, ligado a los anteriores por la relación intrínseca de la economía de ambos países.
Por razones históricas nos une una relación de hermandad con el pueblo colombiano, esa relación de hermandad nos obliga de igual manera diferenciar nuestra relación con ese pueblo hermano y con su gobierno traidor. Mencionar a Santander es recordar la posición traidora de la oligarquía colombiana que tiene su continuidad histórica con el gobierno del “paraco” de Santos. Oligarquía que como clase social es nuestra enemiga histórica y por tanto estamos obligados a combatirla so pena de traicionar nuestros intereses de clase. El tema de la frontera en el caso de estos dos países hermanos es otro que debe debatirse.
Estamos claro que una cosa es hablar de límites y otra de frontera. El primero se refiere a un término más geográfico que humano; en el segundo caso, es al contrario, más humano que otra cosa. La frontera colombo-venezolana es una de las más movidas y conflictivas de la región. Como elemento humano es necesario profundizar las consideraciones político-sociales sobre todo en estos momentos tan cruciales. Derivada de las consideraciones históricas y fronterizas estas dos naciones mantienen una economía que se interrelacionan de manera diaria y contradictoria. Este último elemento, en estos momentos es necesario abordarlo para en consecuencia tomar algunas decisiones. No soy ni me parezco a un analista económico.
A pesar de ello, me atrevo a sugerir algunas ideas para dar ese debate sobre el PROBLEMA COLOMBIA. En vida del presidente Chávez, a pesar de las buenas intenciones de éste las relaciones con el gobierno colombiano fueron bastantes tensas; en algunos momentos tirantes. En los actuales momentos nuestra economía, a decir de los propios voceros gubernamentales, vienen sufriendo serias amenazas debido al problema del contrabando; el gobierno habla de cifras y estiman que entre un treinta y cuarenta por ciento de los alimentos se “fugan” hacia Colombia. En ese mismo orden de ideas y esto es ya una apreciación mía en Venezuela se encuentran alrededor de un veinte por ciento de población colombiana. De ese número la mayoría se encuentra de manera ilegal. Estas consideraciones no tienen un carácter chauvinista ni nada por el estilo.
Como comunista convicto y confeso que soy, por convicción soy internacionalista. Lo que quiero significar es que debido a esta falta de control por parte del estado venezolano la migración colombiana afecta de manera sensible las políticas sociales y económicas. Así las cosas sugiero para el debate analizar el cierre temporal de la frontera con Colombia esto en función de lograr dos objetivos en lo inmediato: primero, tener un mayor control de la extracción de alimentos y gasolina hacia Colombia y en segundo lugar, para que el Gobierno colombiano por un lado atienda las necesidades de su pueblo y por el otro lado, para que las organizaciones de izquierda en Colombia intensifiquen su grado de organización en las luchas reivindicativas del pueblo colombiano.