Uu Uu Uu… Lobo domesticado

Es un sitio común el decir que estamos en un momento estelar. Hay momentos de momentos de allí que se hable también del momento histórico. Dejando de lado las elegancias de los términos ocupémonos por ahora de lo esencial de los mismos. El proceso de transformación que se viene produciendo en el país desde la asunción del poder por parte del Gobierno del Presidente Chávez, transformación que hoy está estancada o en  franco retroceso, nunca como antes vive su momento estelar. Estelar porque el sistema capitalista ha mostrado una vez más que todavía tiene recursos de donde aferrarse para salir de su crisis. También vive su momento histórico porque ahora más que nunca  le es dado fortalecerse o perecer.

Con estupor las personas sensatas se dan cuenta de cómo los imperialismos retrógrados acuden una vez más a la estrategia de la guerra para tratar de solventar su crisis estructural. Ante la hecatombe financiera  la estrategia es aceitar su maquinaria armamentista como eslabón fundamental   para paliar los efectos nocivos de la aplicación de medidas económicas que apuntan, como siempre, en dos sentidos: seguir manteniendo sus ganancias y reducir los beneficios sociales de la población. No es una estrategia nueva. Lo novedoso quizá sea el hecho de que cada día más son las empresas transnacionales las que deciden dónde, cómo y cuándo se producen la guerra. Y es que el concepto de guerra en pleno siglo XXI no es ni un atisbo de lo que fue en el siglo XIX; por ejemplo, ahora la guerra no sólo se trata de anexarse territorio o recursos directamente por parte de las potencias; en estos momentos la guerra se hace desde el aire sin pisar tierra porque la tierra la “controlan” los títeres apátridas que han vendido su alma por unos cuantos decadentes dólares norteamericanos y/o devaluados euros.

Sí, la anexión se controla desde las altas finanzas en dónde,  antes de iniciarse la guerra, se ha repartido los recursos del país o del territorio que se ha decidido intervenir. La anexión se hace desde la televisión o desde las novedosas redes sociales; es decir la anexión en el siglo XXI no es de territorios sino de las mentes.

En este momento estelar las transformaciones políticas, sociales, económicas y culturales en Venezuela deben radicalizarse. De no hacerlo anótenlo que estamos liquidados. Coquetear con el capitalismo nunca ha sido bueno ya en su momento lo dijo el comandante inmortal “Che” Guevara: “Al imperialismo ni un tantico así”. Radicalizar lo político significa no dejar espacio  para la duda, esto implica que los corruptos no pueden estar ni en el partido de gobierno ni en el gobierno, que los delincuentes no pueden estar ni en el partido ni en el gobierno por más poder económico o de fuego que tengan. La unidad no puede ser alrededor de quienes desde su práctica desdicen de la revolución por más llamado que hagan a la unidad; la unidad no puede ser con quienes roban y estafan al Estado por más que ocupen cargos de dirección dentro del partido o del gobierno. La radicalización en lo social significa que nuestros dirigentes sindicales y campesinos transciendan sus demandas reivindicativas hacia las políticas para ello deben estudiar, formarse política e ideológicamente para poder proponer la senda del socialismo. La radicalización económica pasa por producir en las tierras que ya son propiedad del Estado, ser eficientes en las empresas del Estado. Producir en verdad. Radicalización en lo cultural es reivindicar de verdad el papel de los medios comunitarios y/ o alternativos y no seguir dándoles cuantiosas sumas de dinero a los medios  que son los enemigos de la revolución pero que tienen amigos en el gobierno y en el partido.

Se trata entonces de agarrar el toro por los cachos y dejarse de” guabineos”. No siempre es lo mismo gobernar que hacer la revolución, sí este proceso no se radicaliza se domestica. Y de verdad esto sería bien triste. Si la revolución se domestica ya no entonaran  los del  partido de gobierno la hermosa letra del Himno del PSUV: “el PSUV unido con pasión, Retoma el sueño del libertador,  y lo encarna. Alza si vista, va construyendo la patria socialista; si este proceso se domestica no quedará otra que tararear aquella canción del salsero Tommy Olivencia: “Uu Uu Uu… lobo domesticado, un lobo enamorado, tu mascota fiel”.  

isidrocamacho@hotmail.com



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Isidro Camacho

Isidro Osvalinoc Camacho Manzano Docente Universitario, Profesor a dedicación exclusiva UNELLEZ-VPDS Barinas.

 osvalinoc@gmail.com

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