La fecha para la realización del Congreso del PSUV está hoy más cerca que en enero. Para esos momentos, alguna información teníamos sobre tan importante y necesario evento. Desde un tiempo para acá y bajo el calor de las guarimbas, el Congreso del PSUV entró como en una etapa de enfriamiento y supongo que por este prolongado silencio, no pocos en las alturas del Poder del gobierno y del PSUV puedan estar pensando incorrectamente en la suspensión, creyendo que las circunstancias no recomiendan la realización de este encuentro político para tratar asuntos medulares. Suponen quizás que es suficientes, continuar actuando bajo la orientación de una pocas personas que se han olvidado de la existencias de documentos fundamentales para el desarrollo de una política.
No espero que sea así y que la organización del Congreso esté en pleno desarrollo, pero estando ya culminando el mes de marzo y existiendo un silencio un poco ruidoso, uno tiene razones para concluir que esto está en pico de zamuro.
Nada más impráctico y fuera de toda lógica, si esa idea de suspensión del congreso tuviera cabida en la Dirección Nacional y el Gobierno. No son pocas las amenazas que se cierne sobre el proceso revolucionario y no son pocos los errores que desde la dirección política y desde el gobierno se ha cometido para no promover un congreso que ofrezca la oportunidad de abrir un profundo debate sobre temas y políticas que están asomando un retorno.
Un primer eje temático para un profundo y descarnado debate está en el PSUV que tenemos. Un PSUV exactamente idéntico al MVR y ello incluye a los mismo Jefes político. Un “cambio” de partidos que nos dimos para que todo, exactamente todo continuara igual. Este debate sobre el PSUV tan exageradamente ineficiente políticamente. incluye la deuda que se tiene desde hace casi tres años con la llamada cinco líneas estratégicas que fie un intento fallido como de enterar este PSUV y crear otro.
Un segundo y no menos importante eje temático para este Congreso, tiene concreción en una política económica totalmente herrada, que en el discurso suele verse y oírse como radical, pero en esencia, viene dando significativos aportes al capital. Esto hace obligatorio una mirada crítica o muy crítica a la propuesta socialista que tenemos, que aún siendo una propuesta con el sello del siglo XXI, se observan muy claros elementos del socialismo real y de una práctica que tiene mucho de un estado de beneficencia capitalista.
Debe destacarse en este congreso otro elemento que tiene un curso verdaderamente descontrolado. No debe pasar inadvertido en este congreso, la situación del poder Municipal y estadal que están siendo gobernando por “revolucionarios” y ahí confrontamos grande deudas y fallas con las políticas que supuestamente deberían estar asumiendo en estas instancias. Las alcaldías y también las gobernaciones no han dejado de ser un mecanismo para que camaradas cambien individual radicalmente de vida.
No debe quedar en el camino este asunto del Poder Popular y de una inmensa cantidad de recursos asignados a los Consejos Comunales que se ha “distraído”. Hay que ir al fondo en esta situación porque en esto la corrupción es galopante y ello no niega, que existan Consejos Comunales luchadores por sus comunidades.
Finalmente un Congreso del PSUV en estos momentos tan cruciales para el proyecto, debe igualmente debatir todo este proceso de desestabilización que ha cobrado vidas y donde también son visibles fallas y ciertas debilidades. No son suficientes las cadenas, es muy evidente una pésima política comunicacional y ello hoy se hace visible en las consignas que impuso la oposición con estas guarimbas.