Nos dejó estupefactos la respuesta que hoy le dio el gobernador del Táchira, el señor Vielma Mora, a la pregunta que le hizo Vladimir Villegas en su programa de hoy (viernes 21) en “Vladmir a la 1” por Globovisíon, pregunta que el entrevistador tomó de los mensajes que le llegan a su tablet y que decía, casi textualmente, esto: ¿Vladimir, pregúntale al Gobernador Vielma si se vino expresamente a Caracas a traer las pruebas que permitieron llevar a la cárcel a Alcalde Daniel Ceballos de San Cristóbal?, a lo que éste, muy presuroso y mostrando gran nerviosismo, dijo, -palabras más, palabras menos-, lo siguiente: “a la dama que hizo la pregunta debo responderle que soy incapaz de hacerle daño a nadie y que jamás le abriría expedientes a nadie… para agregar, seguidamente, que él ni siquiera utiliza epítetos injuriosos para referirse a cualquier venezolano de la oposición, de manera que nadie puede acusarme de ser una persona intolerante, cuando lo que demuestro en cada minuto de mi vida, inclusive hasta en los momentos más difíciles, es la gran capacidad que tengo para la conciliación…”.
Está claro que Vielma, con esa respuesta, admite que el expediente que sustanció el Tribunal Primero de Control del Estado Táchira y que le permitió a su juez titular ordenar la aprehensión de Ceballos, no es otra cosa que una asquerosa y condenable jugada para hacerle “daño” al burgomaestre andino… y eso, en nuestra opinión, es sumamente grave. Porque por una parte eso sería como aceptarle a voceros recalcitrantes de la oposición, la especie de que en nuestro país (y en cualquier parte) los expedientes que instruyen los tribunales se elaboran para hacer daño, cuando lo que sucede es lo contrario: se hacen para resarcir daños… para hacer justicia.
Que Vielma se haya equivocado al expresar tan deplorable respuesta (?), es posible. Que los nervios pudieron haberle llevado a decir semejante torpeza (?), también, pero es que allí mismo, en esa respuesta también expresa, de manera clarísima, su inmensa molestia con los “epítetos” y “calificativos” que suele usar el Presidente Maduro para referirse a quienes desde la oposición han venido liderando esa violencia criminal y que no son otros que los mismos sujetos que estuvieron a la cabeza del golpe de Estado del 2002, así como en los actos guarimbéricos que esa derecha neofascista ha planificado y ejecutado desde entonces y hasta el presente, incluyendo la traída de los ciento cincuenta paramilitares en mayo del 2004, descubiertos en la finca Daktari y que tenían como objetivo inundar de sangre las calles de Caracas y asesinar al Presidente Hugo Chávez… ¿ O es que el Señor Vielma ya olvidó todo eso... ?
¿A qué juega este personaje?
Pareciera no estar a la altura de la alta posición que ostenta, sobre todo frente a los muy graves problemas de violencia terrorista que se viven en tan importante región fronteriza de la Patria, nada menos que vecina a un país donde el paramilitarismo sigue tan campante y al que ahora no se le conoce como Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), sino las Bacrim (Bandas criminales), Las Águilas Negras, Los Urabeños, Los Rastrojos, etcétera, etcétera, y que para nadie es un secreto que están en nuestra región andina haciendo de las suyas desde hace muchos años y que, además, es muy poco lo que se ha hecho para combatirlas y echarlas del país…
