No hay que tener titulo, grado y pos grado para caracterizar la estrecha relación de la guerra económica, las guarimbas y la injerencia del imperio a través de sus operadores políticos del continente en nuestro País.
De mas esta mencionar que los revolucionarios libramos una dura batalla sin tregua contra nuestro enemigo fundamental en dos frentes: la pobreza en lo social y el imperio en lo politico, dentro y fuera del campo revolucionario.
Como consecuencia directa de la guerra económica se hicieron visible "los raspa cupos", la especulación y el acaparamiento de Todo: porque cuando nos preocupamos por los alimentos, obviamos que lo mismo ocurre con los medicamentos, materiales de construcción, repuestos automotrices, ropa, calzado y electrodomésticos que, en nuestro País son mas económicos que en países vecinos y cuyo fin es el deterioro del ingreso de los Venezolanos para sacarle provecho al capital político que les genera culpar a Maduro.
Lo grave del asunto es que detrás de está situación se mueven grupos de poder económico que tienen operadores ó beneficiarios, en el barrio. El gobierno Bolivariano estableció un margen de ganancias para proteger al usuario con la ley de precios justos, pero mientras no se aplique la sanción penal contra pequeños y grandes especuladores y acaparadores, estos continuarán con su lógica capitalista de "acumulación de capital económico de una minoría, sobre el infortunio de las mayorías".
Los problemas derivados de lo antes mencionado, nos deberían ocupar en tiempo y espacio ya que su omisión seria como estar sentados en un barril de pólvora con la mecha corta y prendida.
Es una tarea urgente la eficacia, una necesidad la organización del pueblo para trabajar en la dirección que nos dejo nuestro líder supremo, Hugo Chávez. Debemos recordar que siempre nos decía: "si queremos vivir en paz, preparate para la guerra".