Que nadie se equivoque, en Venezuela hay un estado de derecho y un gobierno revolucionario dispuesto a hacerlo valer a toda costa. Las pruebas han sido más que evidentes y los resultados dignos de todo elogio, así después de mes y medio de barricadas, asesinatos y caos propinados por los enconados infelices sifrinos de siempre, el gobierno revolucionario hace valer el estado de derecho y desmonta un golpe de estado en progreso cuyo figuras se desmoronan ante la ley y la justicia.
En ese sentido, y a pesar de ser un lugar común, nuevamente le hemos visto los dientes al fascismo y sus revoluciones de colores, otra vez estamos en presencia de un nuevo intento por asaltar el poder del estado, el mismo impulso golpista que arranco en el 99 y tuvo su aparición estelar en el 2002 con el derrocamiento por 47 horas del Líder Supremo. La única diferencia es que hoy son menos los militares apátridas que mancillan el uniforme de la FANB. Aunque hay que destacar que Capriles ya lo había anunciado en la campaña presidencial del 2012, cuando dijo que su ministro de la defensa iba a ser un general activo, cosa que no es de extrañar, pues hasta en las mejores familias hay una oveja descarriada, en este caso unos cipayos vende patria capaces de vender a sus madres solo por dinero y poder, afortunadamente son una microscópica minoría.
Por ello, honor a quien honor merece, y gracias al liderazgo del Presidente Maduro, su equipo de gobierno y el pueblo uniformado y civil que le acompañamos, estamos venciendo. Hay que destacar que aunque no tenemos a nuestro Chávez al frente, comprobamos en los hechos que el comandante no se equivocó al conformar el equipo que continuaría con su legado. Él nos legó un pueblo organizado, una FANB unidas, 20 gobernaciones, 99 diputados y un gobierno para librar las batallas que allá que dar. Consciente de su inevitable partida, el Comandante Eterno fortaleció los lazos cívicos militares y diseño el mapa estratégico para continuar la marcha (Plan de la Patria).
En ese marco nos dejó a Maduro, a quien de entrada propios y extraños evaluaron con cautela, pero que para bien del país y la unidad revolucionaria a descollado con notable éxito en lo económico, político y social. Nos dejó a un hombre humilde de la clase obrero, o mejor dicho un obrero con conciencia y clase, quien a su vez colectivizo el mando y ha continuado con estilo propio profundizando la construcción del socialismo.
Estamos venciendo y con la humildad característica del Jefe de Estado así se lo ha hecho saber a los apátridas nacidos y los que están por nacer. Chávez vive, la patria sigue. Independencia y patria socialista, viviremos y venceremos. Viva Nicolás Maduro y la unidad revolucionaria.
angeltortolero@gmail.com
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