Creo, sólo lo creo sin prueba contundente, que los camaradas Roque Valero y Winston Vallenilla son mucho más conocidos y famosos, actualmente dentro de Venezuela y más allá de sus fronteras, debido a los cacerolazos y coñazos que reciben por su posición chavista y no por sus actuaciones en teleculebras venezolanas o por sus canciones o animaciones. A los camaradas Roque y Vallenilla les encanta o les gusta comer en restaurantes ubicados en urbanizaciones donde no tiene acceso el perraje de bolsillos rotos y vacíos. Nadie tiene derecho a criticar eso, porque eso deberían hacerlo todos quienes tengan recursos económicos para cancelar las facturas por comidas. Si yo, lo confieso, tuviese dinero, todos los días comiera en restaurantes diferentes y evitaría que mi familia le dedicara tiempo a labores de la cocina. Siempre me ha producido una mala espina, por ejemplo, ese comerciante que de lunes a domingo le atiende a sus negocios y diariamente por la mañana, la tarde y la noche va a comer a su casa exigiéndole a la esposa sea su cocinera. Si eso no se llama pichirrés, en verdad, desconozco su nombre científico.
Sigo creyendo que los artistas son seres especiales y que, en su mayoría sean de izquierda o de derecha, terminan sus opiniones políticas siendo un poco o bastante fuera de foco. No estoy diciendo que las de Roque o las de Vallenilla sean incluidas en esa generalidad. Pienso que si algún artista era contundente en sus opiniones y, además, muy preciso en sus aciertos era sin duda alguna el camarada Alí Primera. También muchos políticos se equivocan cuando emiten juicios sobre los artistas.
Lo cierto es que los escuálidos del Este tienen jodidos a los camaradas Roque Valero y a Winston Vallenilla. No los pueden ver ni en pintura porque inmediatamente desatan contra ellos toda la furia acumulada de odio personales. Pareciera que los anduviesen cazando y restaurante donde se metan a comer en el acto se presentan escuálidos bien arrechos y les suenan cacerolas a los oídos y les caen a coñazos limpios para que se dejen de esa guevonada de ser chavista y andar haciéndole propaganda al Gobierno que preside el camarada Maduro.
Bueno, el odio visceral contra los camaradas Roque Valero y Winston Vallenilla ha escalado tanto en cimas que cuesta creer que en tiempo de carnaval, disfrazados de negritas o de caperucitas, puedan sentarse tranquilos en un restaurante del Este y degustarse una exquisita comida sin que les toquen cacerolas cerca de sus oídos o les metan algunos coñazos para cobrarles su condición de artistas chavistas.
La Oposición y, especialmente, María Corina Machado, Leopoldo López y Daniel Ceballos, han creado una cultura violenta de etnias y no de clases. Las guarimbas lo han demostrado de forma irrebatible. Así como maltratan, vejan, humillan, se burlan de una persona humilde y lo matan igual lo hacen con una persona de sectores medios o altos de la sociedad. No se detienen en el sexo, en el color, en la edad porque los guía un odio irracional y visceral que es quien les controla todos los movimientos de sus sentimientos antisocialistas, antichavistas y anticubanos. Cuentan a su disposición con grandes medios de comunicación como es el caso de CNN, que les estimula las fantasías sexuales u hormonales con sus mentiras y grotescas desfiguraciones de las realidades del mundo. Está harto demostrado que los guarimberos no detienen sus andanzas perversas y criminales ni aun cuando hayan niños inocentes de por medio. ¡Qué monstruosidad!
En verdad, no soy nadie para hacerle recomendaciones a los camaradas Roque Valero y Winston Vallenilla. Si yo tuviera el dinero que ellos tienen, gozaría un bolón y parte de otra comiendo en los mejores restaurantes de este país aunque me apliquen cacerolazos sin que lleguen a darme coñazos porque ya eso implica el tener que hacer valer mi derecho a la defensa y a 70 años de edad, con las manos vacías y los músculos y los huesos ya deteriorados, cómo puede defenderse uno de un ataque de guarimberos perversos y criminales. Y no sé, en el caso de Caracas, al parecer los mejores restaurantes están ubicados -precisamente- en el Este y no el Oeste. Según la publicidad en televisión parece ser así. No sé qué dirán los camaradas Roque Valero y Winston Vallenilla.
Los opositores y, en cierto sentido, es lo que más han gritado a los cuatro vientos los más destacados miembros de la extrema derecha venezolana (María Corina Machado, Leopoldo López y Daniel Ceballos) de que en Venezuela no existe libertad de expresión, no se respeta el derecho a libre pensamiento, que la democracia debe ser plural y no comunista por ser ésta incompatible con los buenos sentimientos e instintos del ser humano. Toda una perogrullada cuando les conviene pero nada dicen de los ataques violentos, injustificables, inhumanos que realizan sus partidarios cada vez que encuentran a los camaradas Roque Valero y Winston Vallenilla en cualquier restaurante del Este. Eso qué es: ¿democracia, libertad de expresión, entendimiento de pluralismo ideológico?.
Ahora, una preguntica: ¿si la Oposición y, especialmente, la extrema derecha, quiere derrocar al Gobierno que preside el camarada Maduro, por qué no decretan la lucha armada como vuestra forma principal de lucha política en este momento de la historia venezolana? Les confieso: están en su derecho si creen que por otras vías y, fundamentalmente, legales y constitucionales no lo pueden hacer. Echenle pichón para ver cuánto duran alzados en armas.
Bueno, para finalizar: dejen de echarle tantas vainas a los camaradas Roque Valero y Winston Vallenilla. Dejen que coman tranquilos en el restaurante que sea de sus preferencias así como ustedes, los guarimberos, lo hacen a su gusto con el dinero que poseen. Es todo. Claro, ni por el carajo acepto una invitación ni de Roque ni de Winston para ir a comer en un restaurante del Este. En el Oeste sí le echo bola, salga sapo salga rana.
Camaradas Roque y Vallenilla: se le podrá perdonar o disculpar a algunos que salten la talanquera del Proceso Bolivariano a la Oposición, pero a ustedes dos no. Si lo hicieren no podrán volver a comer ni siquiera en los restaurantes del Oeste. Les recomiendo el baño con cariaquito morado.