¿Socialismo incapaz o el capitalista que llevamos por dentro?

Sin despreciar el valioso aporte de las luchas revolucionarias realizadas antes de iniciarse la revolución bolivariana y haciendo afirmaciones ciertamente reduccionistas y generalizadas para simplificar la extensión de mi escrito, la revolución bolívariana se ha estado construyendo desde arriba hacia abajo gracias al sobrenatural impulso que le dio nuestro gran líder Hugo Chávez en un esfuerzo que seguramente le restó muchos años de vida ya que el entendía la premura con que debía actuar para poder cristalizar el sueño de Bolívar de construir la mayor suma de felicidad posible al pueblo y consolidar la unión latinoamericana independiente y soberana. El presidente Chávez se encargó de adelantar el entramado económico, legal, jurídico y político y las relaciones internacionales que sembraron las bases de esta revolución incluso mucho antes de que el pueblo pudiera entender su verdadera necesidad, ni su lugar en esta lucha de clases y estar preparado para asumirla con la dignidad y la conciencia requerida para anteponer los intereses colectivos a los individuales y/o grupales.

De esta manera encontramos millones de seguidores de Chávez que afirman de corazón ser como él y no traicionar su legado pero aun no están preparados para asumir los nuevos valores que impone la ética socialista y en su mayoría, aun sin caer en cuenta, responden a los viejos valores capitalistas que estimulan el individualismo y la supervivencia del más apto, es así como encontramos militantes comprometidos que son capaces de pagar el precio de la corrupción para obtener un bien o un servicio difícil de conseguir o de sobornar a un funcionario para evitar una sanción, que se rebuscan un dinerito estafando a sus propios camaradas y amigos por que la cosa está dura, que al asumir cargos de dirección reciben favores como pago de su intermediación, que son capaces de dividir a un colectivo por sus apetencias de cargos o simplemente porque no es capaz de aceptar la voluntad de las mayorías y los no tan inocentes oportunistas que al poder hacerse de un dinero extra se corrompen, roban, callan, gestionan poniendo de excusa que si él no lo hace otro lo va a hacer, por suerte estos últimos son la minoría aunque los efectos dañinos que causan les otorga altísima relevancia.

Gracias a esta debilidad de muchos de los revolucionarios encontramos tierras y empresas entregadas al control obrero y campesino improductivas, empresas del estado sometidas a la corrupción de algunos de sus dirigentes, entidades gubernamentales que no cumplen sus funciones adecuadamente favoreciendo al capital, la usura desde la bodeguita hasta el gran importador o productor, violaciones a las leyes sin responsables. Sin negar que también encontramos resultados exitosos de control obrero y campesino y funcionarios públicos capaces de resistir al encanto del dinero fácil y la buena vida mal entendida como vida de ricos y es a estos ejemplos a los que tenemos que apostar exaltándolos y multiplicándolos.

Es responsabilidad del gobierno promover y estimular los funcionarios, entidades, empresas, colectivos de propiedad social, que han demostrado colocar los interese del colectivo muy por encima de los personales y que han actuado en consecuencia con los valores socialistas, así como es su responsabilidad castigar ejemplarmente a los que han actuado en sentido contrario. No basta con una destitución de alguien responsable de dilapidar los dineros y bienes públicos, deben ser duramente castigados y sometidos al escarnio público para que mañana no esté jodiendo en otra institución o colectivo social, no es suficiente que el funcionario civil o militar que es responsable de dejar pasar nuestros alimentos subsidiados de contrabando hacia Colombia se le cambie de destacamento u oficina, si durante su guardia pasó el contrabando debe ser dado de baja y humillado así no se encuentren pruebas de corrupción (igual en el caso de CADIVI y la sobrefacturación o facturación falsa), a todo funcionario que no pueda justificar con sus ingresos su modo de vida, aun cuando no se tengan pruebas de su culpabilidad, se le debe cerrar toda posibilidad de acceso a cargos políticos o de la administración pública. En esto el gobierno de Maduro tiene una gran deuda que debe ayudar a saldar efectivamente con la ley habilitante.

Pero esta revolución solo podrá dejar la transición al socialismo y cruzar el camino del no retorno cuando logremos colectivo capaces de empoderarse de todas las herramientas para poder realizar la revolución desde abajo hacia arriba, desde las bases, apropiándose de los fundamentos legales revolucionarios y creando nuevos instrumentos a partir de la práctica revolucionaria, dejando de pedirle al gobierno que baje recursos para tal o cual cosa, sino, exigirlos desde las bases organizadas con conciencia de clase y con posibilidades reales de éxito en las tareas comprometidas. Solo así será efectivo el control obrero y campesino de los medios de producción, la contraloría social de las empresas e instituciones del estado sin poner en peligro la estabilidad de la revolución.

Todos, pueblo y gobierno revolucionario, estamos obligados ante la historia de Venezuela, America Latina y del mundo a realizar todo tipo de sacrificios que sea necesario por construir la patria socialista para bien de las futuras generaciones, no desperdiciemos la oportunidad de ser parte de los precursores de una nueva racionalidad que permita la vida en armonía, el buen vivir y la paz, el gobierno haciendo todo lo necesario para mantenerse en el poder, impulsar la formación de nuevos valores, amalgamar una institucionalidad que ejerza el poder delegado por el pueblo para el pueblo y libre de los antivalores del capitalismo como la corrupción y el individualismo y el pueblo revolucionario construyendo la nueva ética revolucionaria desde la organización y lucha en las bases del pueblo trabajador entendiendo que el socialismo no es una forma de gobierno sino la transformación de la sociedad, de sus formas de relacionarse, de la construcción de un individuo distinto, conciente de ser un sujeto eminentemente social por lo que todo su esfuerzo debe dedicarse al todo, al colectivo como única posibilidad de realizarse individualmente.

 

 

 

 



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Noel Peralta Barreto


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