La guarimba intelectualosa o cómo descubrir que Antonio Aponte era Ronald Denis

No hay forma. Por mucho que intente seguir el discurso de Roland Denis me topo con esa abigarrada manera de escribir que me hace preguntar por qué mi madre no me puso desde pequeño a estudiar filosofía. Ahora entendería y, quizás me animaría como Jorge Álvarez (que sí parece que sabe de filosofía y logró entenderle), mandar p´al carajo a Maduro. Pero mi madre –la pobre- era casi analfabeta y no creo que se haya enterado de que tal cosa existía, aunque sospecho que no por carecer de “letras” era más ignorante que otros, por muchos artículos y libros que hayan publicado.

Otra cosa es Toby. Un intelectual de alto vuelo, claro como el que más, siempre directo y sobre todo didáctico, eso…didáctico. No sin razón crece día a día el número de granos que le apoyan. Pero que nadie se llame a engaños: aunque su discurso a veces también se extravía por laberíntica teología, no por ello deja de ser guía luminosa para los verdaderos revolucionarios que, con el “ceño fruncido y el índice enhiesto” se mantienen vigilantes ante el mínimo intento de revertir el comunismo por parte de los traidores del proceso, que pretenden retrotraernos a aquellos ya casi olvidados días tenebrosos del capitalismo salvaje de la cuarta.

Sería un error sacar como conclusión, por lo dicho hasta ahora, que Denis no sea también un intelectual. En lo absoluto. Son diferentes en el estilo no más y aunque parezca que no tienen nada en común, lo importante es que comparten una causa y la valentía de ambos los han llevado a demostrar que no les importa correr los riesgos que implica la denuncia de este oprobioso régimen entreguista kerenskiano-madurista. Pero esa similitud de posición política, esa idéntica conclusión que extraen del análisis, ese fervoroso deseo manifiesto de lograr aglutinar todas las fuerzas de izquierda en un gran frente antimadurista, me hace inferir –en genial ejercicio de lógica- que quizás Antonio Aponte no era el alter ego de Toby como yo lo imaginaba, si no más bien el de Roland. ¡Genial! ¿No les parece?

Es más, creo que las coincidencias van más allá. Si los deseos son los mismos (aunque no empreñen, dicen), se comparten objetivos y la acción es simultánea, ¿no les parece que la cruzada emprendida por estos dos representantes de la Intelligentsia autóctona en contra del gobierno tienen su correlato con las acciones de aquellos otros intelectuales que forzados por las circunstancias, no les quedó otro camino que darle fuego a las obras de García Márquez o de Simón Rodríguez luego de rendir homenaje a tan ilustres latinoamericanos en sentidos y pacíficos actos culturales en Caracas, Mérida y otras ciudades del país?

P.D. Si algún aporreador me puede facilitar un “Hegel para dummies” se lo agradecería.


jutor2000@gmail.com


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Juan Torres Rodríguez


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