¡A correr piojo que llegó un peine! Por mucho que los medios de comunicación digan que son estudiantes y que ahora son adolescentes los que están manifestando, ya todo el mundo sabe y los califica como terroristas, coño, y no es por conciliación de clase, pero tienen razón. Esa vaina de salir a quemar 18 universidades, con bibliotecas y comedores incluidos, y un pre-escolar allí en Chacao en la sede del Ministerio de la Vivienda, con 89 carajitos adentro, tú me perdonas Miguel -Bobolongo- Otero, pero esa vaina es terrorismo. No hay otro nombre, no me vengas con tus cuentos ni esperes que yo te crea: es te-rro-ris-mo.
Hasta el mismo Ramos Espoleta- Allup lo dijo en su twitter: Esos estudiantes que tienen más de 10 años estudiando son unos vagos profesionales, así más o menos lo dijo, pero ocurre que lo que están haciendo es joder y joder y así la gente se aleja de nosotros, que por lo visto no vamos a llegar al poder más nunca, porque cada día metemos la pata hasta donde dice no pise la grama. Hay bolsiclones por allí que hablan de Ucrania, que allá se pudo, dice un pendejo por allí, si guebón, a mi me gustaría verte con tus hijos perseguido por una turba de gente que tú no sabes si son tus vecinos o una cuerda de soldados que entraron al país como Pedro Carmona por su casa. Ante esa vaina hay que pensarlo muy bien, ya sabemos que aquí pasa una vaina y los invasores no van a preguntar si tú participaste o no participaste en las guarimbas o si tú estudiaste en la Metropolitana o en la Bolivariana, déjense de pendejadas, así, que vamos a hablar claro, aquí hay terrorismo porque por lo visto ya saben que no van a tumbar a Maduro y ahora andan arrechos tumbando paradas de metros, Metro buses y quemando a los choferes y otro montón de vainas que no son políticamente correctas.
En los años 60, cuando la guerrilla quería tomar el poder a punta de violencia, se encontraron con Rómulo Betancourt que mandó a parar, y les dijo con su vocecita de poeta arrepentido: La violencia es el arma de los que no tienen la razón, y con eso los jodió, y suavecito y con mantequilla fue metiéndonos su democracia multisápida y periclitada. Ahora menos mal que los chavistas siguen allí tranquilitos y que no se les ha ocurrido salir a parar este terrorismo nuestro, porque si se les ocurre, ay Embajada Radonski, ay Embajada, las embajadas nos van a quedar chiquitas cuando salgamos corriendo.
El papá de Margot estaba leyendo El Nacional y se puso de pie y gritó: Y este bolsa sigue creyendo que la gente es pendeja Y salió disparado para el cuarto, le metió un coñazo a la puerta tan duro que Margot se fue al suelo y desde allá me canta:-
- La múcura está en el suelo, mamá no puedo con ella.