Ya hace más de un año que los venezolanos hemos tenido que calarnos con la paciencia de la gota a una pusilánime y asesina oposición que creyó que Chávez era el único obstáculo a vencer, y que al morir tenían expedito el camino a los privilegios perdidos hace más de una década. Los certeros golpes dados por las fuerzas del orden público como vertiente represiva de la estrategia exitosa implementada por Maduro para conjurar el golpe suave -nada suave por cierto-de los títeres del Departamento de Estado de Estados Unidos, tiene exhausto al golpismo que, de no ser por el efecto vivificador del olor de los billetes verdes, hace rato le habrían tirado la toalla.
Estrategia exitosa decimos y no a posteriori cuando los resultados están a la vista, no. Siempre confiamos en lo acertado del plan: por un lado llamar a la paz y por la otra implementar una acción simultánea y envolvente para desmantelar la guarimba asesina. Pero…¿por qué tanta confianza en dicha estrategia?No caeremos en la trampa de la adulación de afirmar que Maduro es el más grande estratega conocido, que en cuestiones de guerra Clausewitz se quedó chiquito. O en la tozudez voluntarista de atribuirle validez por el solo hecho de ser estrategia chavista. Sencillamente esa estrategia, más parecida a la del erizo que a la del zorro como es obvio, estaba condenada al éxito porque ya estaba probada en anteriores batallas de similares condiciones. Pensándolo bien, sí, en ese sentido es una “estrategia chavista” y la defenderemos hasta el final.
Porque si algo Chávez dejo indeleble en nuestra conciencia fue el de ser paciente, pero no a ser paciente conformista como nos mantenían en la cuarta, más bien de no desesperarse ante las dificultades mientras actuamos, esa fue la lección de vida y de lucha que nos legó, no menos importante que el resto de su legado. Por lo demás es la única estrategia que nuestros países puedan llevar adelante frente a un imperio que busca a cualquier precio garantizarse los recursos energéticos que solo Venezuela y los demás países de Latinoamérica podría satisfacer en el cada vez más cercano escenario bélico para el reacomodo global como respuesta a su declive imperial.
Pero si hemos de soportar a los enemigos declarados, con mayor resignación debemos soportar a los quinta columna, o francotiradores, o tirapiedras, o menos: piedra en el zapato por el fastidio que significan sus artículos que persiguen incidir en la confianza de los chavistas en su dirigencia revolucionaria,de tener que lidiar hasta el cansancio con el insulto a la inteligencia con que nos agrede diariamente por este portal, intentando hacernos creer que no sirve nada de cuanto el gobierno nacional haga por seguir adelante con la construcción del proyecto chavista. Por qué trata de convencernos que estamos al borde del precipicio. Qué pudo haberle pasado a este señor que de ser el panegirista más enconado con el que contó Chávez a lo largo de su mandato, sufrió tal transmutación que ahora se erige como el más exacerbado crítico de presidente Maduro. ¿Llegaría acaso por sus delirios personalistas a creerse el sucesor de Chávez? Difícil de creer, pero cosas se han visto.
Qué mueve el empeño de Toby es un secreto insondable que solo él podrá dilucidar, pero los demás estamos obligados a deducirlo para poder entenderlo. Una pista nos la puede dar lo que moviliza a aquellos que en los hechos concretos buscan lo mismo que el señor Valderrama. A la oposición declarada, lo sabemos, son dos cosas muy específicas, que no es lo mismo pero es igual: Dinero y poder, las palancas fundamentales del dominio de clase. Siendo sinceros, debemos admitir que aun no perteneciendo a la burguesía, habiendo nacido y siendo formados en este sistema, por mucho que ponderemos y moralicemos nadie se sustrae del hechizo que estos factores ejercen. Por supuesto es una cuestión de escala, no es lo mismo el poder de un Rumsfeld que el de cualquier matón de pueblo, o el dinero de un Slim con el que se obtiene como recompensa a los buenos oficios de chupatintas, pero que en perspectiva “hacia abajo” siempre será un estimulante privilegio. Cogollo es cogollo dicen. ¿Qué se extravió en el camino?
Es indignante como este caballero pretende democratizar su desánimo y su tristeza, contagiarnos su caligüeva. Habría de informarle que solo puede faltarle pasión a quienes aran en el mar, a los que como él ven desinflarselas críticas y aseveraciones irresponsables y cobardes que hacenante la abrumadora realidad de un pueblo (que no “masa” como despreciativamente nos llama) que contra todos los pronósticos y deseos de sus enemigos sale adelante con dignidad a enterrar a sus muertos ocasionados por esos mismos irresponsables que de lado y lado buscan la confrontación y el quiebre del chavismo. La estrategia es la paz y a ella nos debemos hasta que no tengamos alternativa, pero no nos dejaremos azuzar para caer en la provocación y darle al enemigo la justificación que busca para invadirnos. No propiciaremos la guerra. Por ahora.
Saludos a todos
Juan Torres Rodríguez
jutor2000@gmail.com