La contradicción principal
nunca está en
el seno del pueblo
Mao Tse Tung.
Es en momentos políticos complejos, donde siempre se presentan debates y contradicciones, no solamente entre los sectores sociales, o entre sus dirigencias políticas; pero la clara compresión del objetivo estratégico es lo que permite entender la necesidad de la unidad.
Venezuela hoy se estremece ante las evidencias de intolerancias, violencias, de discursos absurdos que buscan imponerle a la mayoría los deseos de una minoría que perdió sus privilegios hace años en este país, después de la irrupción de los Bolivarianos en el poder y que definitivamente no pueden restituirlos. En ese sentido estamos en la obligación de comprender en su correcto sentido este cuadro político que vivimos, necesitamos la unidad de los venezolanos, de los revolucionarios, la unidad en todos los equipos de dirección para afrontar este momento donde enfrentamos una guerra económica persistente que encabezan los sectores de clase burgués.
Dicho en otras palabras: Los sectores que están amarrados a su contenido de clase, los más ricos, los propietarios de los medios de producción, los dueños de las antiguas riquezas, los antiguos privilegiados; que no quieren entender que en Venezuela ahora todos tenemos el mismo peso porque con un sistema donde todo se resuelve por la vía de la democracia y del voto directo, los venezolanos tenemos la misma importancia a la hora de votar.
Requerimos unidad porque ante cualquier espacio donde irrumpa la violencia, requiere la firmeza de un pueblo que la denuncie y que evite que se generen pasos subsiguientes de caos o de desmembramiento de la sociedad. Necesitamos unidad para garantizar en el pueblo la identificación con los valores y el modelo socialista, de allí que; ante este momento donde son cotidianos los llamados de la derecha de romper con el dialogo, las evidencias de una oposición que está montando un golpe de estado o que ha estado encabezando el mismo, así como los mensajes que promueven sobre una supuesta intervención extranjera en el país; ante esto la respuesta del pueblo es: La confianza en un gobierno que siempre ha privilegiado a los sectores mayoritarios.
Un gobierno que no ha negado el esfuerzo que hay que hacer en lo económico, pero esto nunca significará dejar de proteger al trabajador, que en el proceso social del trabajo es el que tiene el principal peso porque es el que produce el beneficio, es decir, contamos con un gobierno que aunque puede reconocer las complicaciones en lo económico nunca ha dado un paso atrás en la necesidad de distribuir equitativamente los ingresos de la renta petrolera y hoy Venezuela, es uno de los países del mundo donde la desigualdad se ha aminorado al máximo.
Asimismo, son momentos donde debemos unirnos en el ataque a todo lo que sea pobreza, desatención o silencio, por eso es necesario que en el marco del escenario de debate que vive el país y en el marco del gran debate que esta dando el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en su tercer Congreso, es importante que nosotros prioricemos el llamado a la unidad, un llamado que no implica la no existencia de puntos de vista no encontrados, que no implica que haya contradicciones en el seno del pueblo sobre las medidas tácticas y sobre los escenarios de resolución de problemas políticos pero nunca pueden confundir al pueblo sobre cuál es su enemigo de clase. El enemigo de clase hoy en Venezuela se identifica por promover la violencia, la desigualdad, el modelo de usura y especulación, el modelo del no dialogo y la vía de la resolución de los problemas por la violencia.
Nosotros los revolucionarios en todos los escenarios debemos promover la unidad, esa unidad que se exprese en la conformación de los comandos anti golpes a nivel de todos los espacios para que la gente en lo cotidiano construya Socialismo, entendiendo que eso debilita las acciones violentas, que permita la expresión en todos los lugares de la inteligencia social, que el pueblo este observando e indagando los movimientos extraños de estos actores que están promoviendo la violencia en el país.
Esta unidad significa que vayamos al debate leal y fresco dentro de las Ubch, donde lo que se está debatiendo no es quien pueda ser delegado a la plenaria del congreso, la Revolución nos une en torno a un programa y a una ideología, la unidad nos impone en centrar la vista y garantizar que siga avanzando la Revolución Bolivariana en Venezuela, que significa a la vez igualdad, derecho, atención, libertad y privilegios para las mayorías; ¿Cuál es el privilegio? El vivir bien, aquí no hay ningún privilegio absurdo.
Sirva el llamado a la unidad para comprender que ninguna diferencia entre cuadros de la Revolución estará por encima de la diferencia que tenemos con el sector social o el sector de clases que nos quiere oprimir, si tenemos en nuestra Patria un contendor, sin duda es ese sector de derecha que llama a la violencia y al desorden. Los cuadros de la Revolución debemos afrontar los debates con creatividad, con búsqueda de un punto en común y de la alternativa para fortalecer el Socialismo en nuestras tierras.
El llamado a la unidad no es solamente un llamado en la calle acompañando al gobierno en su acción, no solamente unidad en torno a la promoción del dialogo y los escenarios por la paz y la vida; sino la unidad en el espacio de debate en el marco del III Congreso del PSUV. No puede haber ningún escenario de debate donde se ponga por encima el interés legítimo de cualquiera que desee ser delegado a la plenaria del congreso, por encima está la necesidad de que el partido salga unificado en la comprensión de su plataforma política.
Lo que une a los revolucionarios no es la simpatía en torno a un cuadro o a un líder, lo que une a los revolucionarios de manera eterna es el estar de acuerdo en cuanto a su programa político y su ideología, ese fue el gran legado del Comandante Chávez, quien expresó grandes valores como ser humano, comunicador, estratega, como venezolano llano que supo demostrar sin ningún tipo de cortapisa lo que sentía, con eso identificó al pueblo, pero sin duda alguna su gran legado fue la construcción de un cuerpo doctrinario, de un método y una ética de trabajo, nuestra obligación a ese producto y a ese legado de Chávez que fue y sigue siendo su doctrina, su praxis, su análisis y su método, no hay otra alternativa sino unirnos en torno a eso, todo lo que signifique separarnos a ese proyecto por motivos secundarios o aspiraciones, no ayuda.
Por ende, la consigna debe ser Todos los revolucionarios unidos en esta ofensiva política para construir Socialismo y derrotar las opciones golpistas.