No tengo dudas de las enormes dificultades que atravesamos en la actual coyuntura política y los peligros y amenazas a los cuales está sometido el proceso bolivariano. EEUU ha dejado muy claro en reiteradas ocasiones, su decisión de intervenir directamente en los asuntos internos de Venezuela, ya no se trata solo de operaciones encubiertas que involucran a sus diversas agencias de inteligencia y su aparataje de mercenarios a sueldo, directamente lo declaran altos funcionarios de la administración de Obama y más recientemente, el Senado y la Cámara de Representantes que aprobó sanciones económicas contra funcionarios de Venezuela y 15 millones de dólares para seguir financiando las acciones desestabilizadoras de paramilitares, terroristas y mercenarios en nuestro país.
Ante esta amenaza real, pública y notoria no sólo es urgente la convocatoria del Concejo de Estado y del Gran Polo Patriótico Simón Bolívar, sino que es fundamental realizar un cambio profundo en el gobierno. Entramos en el 6to mes del año y el gabinete económico no ha sido capaz de poner leche en las estanterías, son demasiados errores acumulados para mantenerlos al frente del gobierno, pues corremos un altísimo riesgo de seguir sumando fracasos; es hora de realizar cambios y necesariamente incorporar a los profesionales más calificados que representen la diversidad revolucionaria por la cual ha votado reiteradamente el pueblo chavista, siendo precisamente esa diversidad la que le dio el triunfo al ex presidente Hugo Chávez, a su hijo Nicolás Maduro y a los gobernadores y alcaldes chavistas, que salvo contadas excepciones, sus gobiernos sólo representan al Psuv y no a la diversidad de profesionales, cultores, intelectuales, trabajadores y movimientos sociales que conformamos el GPPSB.
En Venezuela se da una práctica que no sucede en ninguna parte del mundo, la alianza que gana las elecciones no es representada a la hora de conformar el gobierno, práctica profundamente sectaria que después de 15 años de gobierno bolivariano muestra serios signos de agotamiento, siendo ahora necesario ampliar la base social de resistencia y de gestión del gobierno en la actual crisis que padecemos y la que, según los análisis indican, se agudizará dramáticamente en los meses venideros.
Ningún representante de la despedazada Mesa se ha atrevido a condenar a los grupos violentos, mucho menos a condenar las declaraciones y acciones intervencionistas de USA contra Venezuela, porque en el fondo también apuestan a la desestabilización, al estallido social y a la intervención imperial sin importarles los millones de muertos que llenarán de luto al pueblo venezolano. Con sólo mirar lo que EEUU dejó a su paso por Libia, Irak, Egipto y más recientemente Ucrania, solo por su petróleo y gas, nos debe alcanzar para saber lo que vendrá.
Es imperativo un gobierno del Gran Polo Patriótico Simón Bolívar que fortalezca la unidad de los revolucionarios, que permita adecentar la gestión publica, aumentar la contraloría social, revertir los errores en políticas económicas, romper con el estancamiento de la producción en PDVSA y la gran mayoría de las empresas públicas y prepararnos para la radicalización de las acciones de desestabilización de la derecha venezolana.