La emancipación económica, política y social del pueblo venezolano es el gran objetivo al cual todo movimiento político debe ser subordinado, COMO MEDIO. La burguesía dueños de la tierra, los medios de producción y el capital se servirán siempre de sus privilegios políticos para defender y perpetuar sus monopolios económicos. Bien lejos de impulsar la emancipación del pueblo trabajador, continuarán oponiendo los mayores obstáculos posibles a su alcance. La conquista del poder político es, en consecuencia, el primer deber de todo revolucionario…
Estamos en presencia de una reacción sin freno por parte de la burguesía y los boliburgueses que ahogan violentamente todo esfuerzo de emancipación de parte del pueblo, y que pretenden mantener por la fuerza bruta la distinción de las clases y la dominación política de las clases poseedoras. De otra parte, en contra de ese poder colectivo de los boliburgueses y la burguesía, el pueblo no puede reaccionar como clase más que constituyendo su propia asociación política, distinta, opuesta a todas las antiguas “sectas socialistas” formadas por las clases poseedoras.
El pueblo nunca podrá emanciparse de la opresión secular capitalista si no sustituye a esos cuerpos, absorbentes y desmoralizadores, sino, con la libre agrupación de todos los grupos fundados en la solidaridad y la igualdad. En efecto, en varios lugares se ha intentado organizar el trabajo para mejorar la condición del pueblo, pero la mejora pronto ha sido absorbida por la clase privilegiada que intenta, continuamente, sin freno y sin límite, explotar a los trabajadores.
Sin embargo, la ventaja de esta organización es tal que, hasta en el estado de cosas actual, no se podría renunciar a ella. Ella hace fraternizar cada vez más el pueblo en la comunidad de intereses, le acostumbra, le da vida, le prepara para la lucha suprema. Aún más, la organización libre y espontánea del trabajo es la que debe sustituir al organismo privilegiado y autoritario de los que, una vez establecida la garantía permanente del mantenimiento del organismo económico contra el organismo politiquero.
La conquista de poder y el lujo han ido formándose en la mafia de los boliburgueses, rojo-rojitos, rechazan toda política de transacción y de concesiones y consideran como reaccionario todo movimiento que no tenga por propósito inmediato y directo el triunfo de sus privilegios. Es un deber de necesidad urgente alzarse cada vez que así lo justifique la ocasión. La acción política es necesaria tanto desde el punto de vista de la agitación y de la afirmación integral de los principios socialistas como desde el punto de vista de la realización de las reformas de interés inmediato.
No se llame radical quien no vea las cosas en su fondo. Ni revolucionario quien no ayude a la seguridad y al bienestar de sus camaradas.
La vida es complicadísima, y por lo mismo, se halla erizada de dificultades. Y así como hay los grandes contrastes en la política, los hay en esta sociedad burguesa. Junto a cada líder que anuncia el porvenir, se levanta el magistrado que tiene el ministerio de conservar lo presente y que persigue al líder. Junto a cada pensador nuevo, hay una “secta” que se declara infalible.
“Los animales feroces no se van sino después de una peligrosísima cacería. ¡Cuántos líderes caen, cuantos se malogran, cuantos se mueren y desaparecen como sombras en éstas largas correrías para limpiar el mundo de monstruos!”
¡Gringos Go Home! ¡Libertad para los antiterroristas cubanos Héroes de la Humanidad!
¡Chávez Vive, la Lucha sigue!
¡Patria Socialista o Muerte!
¡Venceremos!