Esta expresión surge entre dientes en las relaciones familiares venezolanas, cuando el nono, abuelo de la familia, quiere seguir imponiendo sus reglas a los adultos y jóvenes de la casa, sin tomar en cuenta que hay un nuevo liderazgo dentro del hogar. Es cuando el viejo se pone necio y brabucón porque el mundo ya no gira alrededor de él. Generalmente lo que se hace y para que no sienta que se le está faltando el respeto es rodearlo de nietos para que lo entretengan.
El caso del ex ministro Giordani tiene algún parecido con la descripción del caso anterior; no se dio cuenta que sus mejores años ya pasaron y que era necesario una retirada honorable antes que ponerse babieco y gruñón haciendo de pendejo en una casa donde su hijo mayor Chávez ya no estaba para apoyarlo. No darse cuenta de este hecho lo lleva, como a Luis Miquilena, a perder la posibilidad que la revolución bolivariana lo haga acreedor de un pedestal en una plaza pública por sus acciones heroicas en favor del proceso.
La historia está llena de hechos que muestran que detrás de un gran líder siempre lo sucede en el poder un funcionario sin mucho brillo y éste es el caso, reconocido por él mismo, de Nicolás Maduro Moro. La modestia de éste hombre, que cuando se siente asediado por sus enemigos, amenaza con llegar hasta las últimas consecuencias y luego se frena, es el caso típico del hombre que siempre se sintió bien y seguro actuando en un segundo plano y ahora, cuando le toca asumir esa inmensa responsabilidad no buscada, de sustituir a Chávez, entonces los seguidores del líder fallecido se sienten defraudados y se creen con derecho a dirigirlo.
Lo que no contaban y parece que algunos, entre los que se cuentan Nelson Merentes, es que Chávez vino para hacer historia y cambiar las cosas para que no fueran igual que antes y dejó preparado un outsider que con una cara de pendejo bien administrada se está metiendo en el bolsillo a la burguesía venezolana y está metiendo en cintura a los sindicaleros que se han ocupado de arruinar a éste país con sus prácticas gansteriles.
Gente como Giordani, que durante 15 años se constituyeron en el poder tras del trono y frenaban al huracán Chávez, deben darse cuenta que hay que dar paso a los nuevos liderazgos entrenados por El Comandante. Es tal, que hasta una cartilla les dejó elaborado para que no se desviaran en sus acciones de gobierno, cual es el caso del Plan de la Patria.