El testimonio de Giordani ha sido leído por más de un millón de personas. Solamente en Aporrea se aproxima a las 200 mil consultas. Eso significa que era imposible que pasara desapercibida la opinión de quien por 14 años dirigió la planificación del país. En efecto ha recibido muchas críticas porque para testimoniar, en su caso de alto funcionario público, se requiere que la cabeza se enfríe y no se haga en medio de la crisis interior que debe sentirse al abandonar tan alta posición, que le dio credibilidad y respeto en el equipo de gobierno, y que ahora, con poco esfuerzo creativo y mas retaliativo, se le tilda de desleal.
El ex Ministro Giordani escribe en su texto tangencialmente de la agricultura, aunque es una de las actividades fundamentales para la transformación del país. Sin embargo, JJ Montilla, un militante excepcional de la agricultura en varias oportunidades se refirió a la preocupación suya y de Giordani en sus tiempos comunes, porque en el equipo de gobierno enfriaban, para no decir congelaban, muchas decisiones que tenían que ver con el sector.
Parecía que ambos coincidían en que infiltrados en el gobierno veían con mayor facilidad recurrir a las importaciones masivas de alimentos que a organizar en el largo plazo un nuevo modelo agrícola nacional. El largo plazo has transcurrido y esos rechazos iniciales a conformar un gran proyecto agrícola se ven ahora y se verán más luego, cuando las grandes corporaciones que manejan los excedentes del mercado de alimentos, nos nieguen o nos condicionen la entrega de comodities agrícolas.
También le escuché a Giordani, en una conferencia previa a las elecciones presidenciales del 2012, realizada en la UBV, disertar sobre la importancia del enfoque de los ejes territoriales para el desarrollo del país, y sobre del aparente olvido circunstancial en que estaban como consecuencia de la fuerte dinámica política nacional que diluía este esfuerzo en asuntos de coyuntura.
De manera que Giordani estuvo al tanto de los problemas de la agricultura y lo poco que reflejó en el documento testimonial fue su apreciación sobre la necesidad de profundizar en la lucha contra el latifundio, pero también su desacuerdo con la alta inversión para sufragar importaciones de diversos bienes de consumo, entre otros alimentos, posiblemente por la posibilidad que teníamos de producirlos en el país. Es por eso que en otro párrafo cuela la idea de haber advertido al entonces Vice-presidente Maduro de la necesidad de tomar medidas sobre problemas estructurales de la socio-economía nacional, entre otros la agricultura y el incremento de la inflación, que como sabemos siempre se ha comportado con mayor fuerza en los alimentos que en otros bienes básicos. Ya en funciones como presidente, Maduro recibió cuenta y asumió el estudio de temas cruciales entre otros la producción agroalimentaria, según recuerdo de sus alocuciones inmediatas, al asumir el poder.
Sin embargo, Giordani señala que algunas recomendaciones fueron diferidas a pesar de la urgencia de estas.
No se trata ahora de a quién creer, ¿Presidente Maduro o su ex Ministro Giordani? se trata de la evidencia estadística de la producción e importación de alimentos en el país., del costo creciente de la canasta alimentaria normativa que es la que más presiona al ajuste del salario mínimo, y que ha servido para que la oposición levante sus banderas de guerra.
En estas guerra económica, la oposición se respalda con la baja producción agrícola de rubros estratégicos, con las largas colas para alcanzar los productos de la canasta alimentaria familiar, con los precios desmedidos de las hortalizas, con los ojos vendados frente a una relación pueblo contra pueblo que se da en el acaparamiento por minoristas y revendedores, y también porque se tilda al gobierno de hacerse de la vista gorda a las mafias incrustadas en organismos que facilitan la fuga de alimentos del país.
La oposición agrede con fuerza y omite cifras importantes del sistema agroalimentario nacional, entre otras, que el acceso a los alimentos de las familias de menores ingresos ha mejorado considerablemente y por los momentos, pareciera que la agricultura y la agroalimentación ha recibido un tratamiento que pareciera va camino a romper con lo meramente coyuntural.
El Presidente Maduro ha removido dos ministros de la alimentación en su corta gestión, las razones sobran, lo que evidencia que escuchó y actuó en su tiempo político. Ese tipo de omisiones en el testimonial de Giordani, son las que han debido decantarse, y no hacer un ejercicio de exculpación, sino un ejercicio de lecciones aprendidas y nuevas estrategias para seguir con la revolución.
En la agricultura debe darse una gran discusión sobre un proyecto de mediano y largo plazo, eso es mil veces cierto. Los encantamientos verbales, los ejercicios teóricos, las esperanzas abiertas como si fueran ríos caudalosos, pero sin hacer lo debido, no es la vía transformadora, es por eso que Giordani, en algún momento de sus testimonio señala que a la agricultura y otras actividades fundamentales hay que colocarle indicadores de resultados o de éxito, porque de no ser así (estas palabras no son de Giordani, son mías) la agricultura se convierte en un saco roto por donde se pierden valiosas inversiones que no pueden explicar con consistencia los pobres resultados, por ejemplo la inversión incontrolada de la Misión Agro Venezuela.