Los quinta columna

Con este nombre se conoce a un minoritario sector que está entre nosotros, que parece ser uno de nosotros, que habla parecido a nosotros, aparentando ser un revolucionario más, pero cuando investigamos con seriedad, veremos que en realidad trabaja a favor de nuestros enemigos. Mientras esto hace, continúa como un loro repitiendo: ¡socialismo, patria, revolución¡ Hábilmente los quinta columna siguen entregando lo que nos pertenece a nuestros contrarios, a quienes odian las ideas socialistas. El hábitat preferido de estos despreciables seres es el aparato burocrático del estado, ahí podemos encontrarlos en abundancia, es fácil distinguirlos, en actitud siempre solícita, dispuestos a complacer el mínimo capricho de su jefe inmediato, a darle siempre la razón a su querido jefecito, a alimentarle el ego permanentemente, alabando en todo momento lo inteligente, acertado y revolucionario que es. Convenciendo al jefe de lo grande que es como dirigente, consiguiendo que éste se haga cada vez mas soberbio y sordo a cualquier denuncia, critica o mala noticia, lo que sin duda contribuye a que la labor del saboteador sea más eficaz. Y así van erosionando sin pausa y sin descanso la posibilidad de que logremos construir nuestro proyecto de sociedad socialista. En la medida que consiguen que la dirección revolucionaria y el alto gobierno ni revise ni rectifique van logrando que la revolución Bolivariana, el sueño de Chávez, sea cada vez más, eso, un sueño, el recuerdo de unas metas libertarias que se trazó un rebelde que nació en Sabaneta y fue asesinado por quienes solo viven para satisfacer sus egoístas deseos: incrementar su capital privado.

Hoy, luego de conocer el informe que transmite la compañía gringa Merrill Lynch sobre la salida del gobierno del ilustre compatriota Jorge Giordani, la situación se hace más clara.

Si las expectativas que se hacen los capitalistas son buenas esto quiere decir que son muy malas noticias para el pueblo trabajador. Los auténticos traidores envanecidos y soberbios seguirán arrullados por las loas interminables que les ofrenda la renovada quinta columna, ocupada y envalentonada ahora en condenar el testimonio de Giordani. De manera simultánea otros acontecimientos ocurren, aquí en Barinas, por fin luego de varios meses preso es llevado ante una juez de la localidad el dirigente popular chavista Carlos Paredes, el dictamen no causó sorpresa, es decir le seguirán juicio y continuará preso, para él no hay la misma medida cautelar que beneficia a los guarimberos que en flagrancia detuvo la Guardia Nacional.

Es conveniente recordar que la mayoría de los integrantes de la dirección de este poder judicial provienen de la escogencia que su oportunidad hiciera el tristemente célebre Luís Miquelena. Eso explica el porqué muchos de nuestros políticos responden con una demanda judicial a quien alerta sobre la comisión de un delito, o haga una crítica oportuna que impida su comisión. Lo que normalmente debería ser contestado mediante la discusión abierta y pública se mercantiliza, echando mano a un abogado se responde, y termina juzgado no el delincuente si no quien denuncia. Tal es el caso del juicio que le instaura un millonario importador de ganado al ejemplar dirigente agropecuario Octavio Parra. Para quienes tampoco hay justicia es para los casi trescientos trabajadores del Central Azucarero Ezequiel Zamora que fueron despedidos esta semana, ni repuesta para los productores campesinos del Hato Santa Rita, Caujatico y Caroní que mediante un dictamen del TSJ se pretende desalojar para devolver la propiedad de estos campos agropecuarios a dos conocidos terratenientes de nuestra entidad.

Por ahora, los quinta columna y quienes con sus prácticas diarias traicionan a Chávez se creen victoriosos, y tratan de convencerse entre ellos de que es posible volver al pasado y que un 27 o un 4 de febrero es imposible que se repita.

Vano propósito, en un territorio que alberga un pueblo que es sabio y paciente, tal como lo decía Alí Primera, y a lo que debemos recordar que posee igualmente la característica de un cuero de ganado que se pone a secar, cuando se pisa por un lado por el otro se levanta.

aliriodejesus@gmail.com


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