No era un asiduo usuario del “La Hojilla”. Esto ya lo he dicho en otras oportunidades. Ciertamente ha transcurridos más de un año de su suspensión y la pregunta obligatoria es: ¿Qué tenemos hoy?
Hubo, dígamelos así, un accidente, que nunca fue explicado en sus detalles, pero ese silencio o ese esfuerzo por tapar la salida de Mario Silva de VTV, clarificaban más es el asunto, que si hubiésemos tenido la oportunidad de oír por el mismo canal (VTV) muchos micros tratando de justificar esta salida. Ahí no hubiésemos entendido nada. Ese “accidente” se juntó con algunas ganas que a lo interno le tenían, porque el “accidente” que Mario tuvo, a veces muy sutilmente aparecía en el programa y eso tal vez molestaba a “chavistas” de guayaberas rojas. O sea rojo rojito.
Leí luego, que Mario Silva no tenía razones para arrepentirse de nada y eso incluye al “accidente”. El “accidente” no era de una caída o tropezón que el conductor del programa de La Hojilla había sufrido. El “accidente era (y es más bien) del proceso. En una democracia protagónica y con un superávit de intelectuales “críticos”, hubo una escasez muy curiosa de intelectuales críticos hablando de este tema. La única voz que pude oír de la muy pocas que se manifestaron, fue a Vladimir Acosta, que reconociendo, alguna diferencia con la estructura del programa, pero entendía de su necesidad de mantenerse activo.
Se dijo que La Hojilla y Mario Silva era un clon de Chávez o para decirlo de otra manera, era el mejor “Aló Presidente” que Chávez realizaba, disfrazado de Mario Silva y me disculpa Mario si con esto soy ligero y fácil en el razonamiento.
Luego Vino los papeles de mandinga a sustituirlo y uno pocos días después de su llegada para sustituir a Mario Silva; Mandinga tuvo que recoger sus corotos e irse. No hubo necesidad de una explicación de la gerencia del Canal. Todo estaba clarito; la crítica oportuna o no oportuna igualmente incomoda, porque todo, según otro lado de la revolución, va casi que ¡Machete! Somos aparentemente críticos en los documentos oficiales, pero en la letra chiquita de esos documentos parece que está escrito: Absténgase de hacer críticas.
Pudiera darme pena no saber las razones de la salida de Vanessa Davies de “Contragolpe”. Es así, no he leído una opinión muy bien argumentada sobre el caso, pero ingenuo no soy. Si mal no recuerdo, Vanessa Davies era parte del Directorio del PSUV y su foto se ve o se veía en la página web del PSUV, pero si ella cree que lo es, desde hace mucho tiempo fue sacada de ahí, mucho antes de salir de contragolpe.
Vino Jorge Giordani y a destiempo, nos da noticia del “accidente” que tuvo el conductor de la Hojilla. Mario Silva con un “accidente” fue oportuno y serrando su último programa, dijo que no tenía ninguna razón para estar arrepentido. Ahora, le toco a Héctor Navarro por solidarizarse con Giordani.
Todo esto ha pasado en un poco más de un año. Con “accidente” y todo, queda en el aire (y esto es lo peor) el silencio de de este superávit de intelectuales que tenemos. Tienen inteligencia para ver las cosas peores de la oposición, pero les falta para entender las nuestras. Menos mal que tenemos Aporrea, que viene siendo como el muro de los lamentos.
Eso es lo bueno de Aporrea. Ahí caben los gobierneros que le da piquiña la crítica, están los críticos, los menos críticos y hasta lo medios sensatos.