Nuestra historia revolucionaria esta llena de entrega, heroísmo, de grandes acontecimientos, pero también de eventos adversos que han frustrado los sueños libertarios y donde la deshonestidad y la traición han sido una constante infame.
Combinar perfectamente, armónicamente la razón con la emoción es la actuación diaria de un revolucionario, porque un revolucionario a decir del Che “esta movido por grandes sentimientos de amor” pero también debe ser un científico social, una persona que interpreta el escenario, que mida las fuerzas en disputa y que actué apegado a la lógica teniendo como eje trasversal de su praxis, el colectivo, el pueblo trabajador organizado. Generador del verdadero poder transformador.
Cuando se produce un desequilibrio entre la razón y la emoción, perdemos las perspectivas, el corazoncito comienza ha imponerse en nuestras decisiones, la objetividad se pierde, los cientos de diablos de la cultura burguesa, de la ética individualista se sueltan y no importa si somos letrados o no; no importa si somos heroicos soldados o imberbes combatientes, por igual se apoderan de nuestras acciones, y aun esgrimiendo sublimes postulados es simplemente una bandera que esconde la incoherencia, la deshonestidad, y aunque no sea una evidente traición no podrá haber sorpresa si mas tarde esta sucede; como lo dijo Fidel “comienza la impotencia, la frustración, el engaño y el sometimiento, la marcha atrás miserable y ridícula, el espectáculo triste del hombre desandando el camino recorrido para no volver a comenzarlo jamás.”
En esto días he visto como algunos cuadros de la revolución, reviven la vieja izquierda que habíamos creído superada, la izquierda atomizada, incongruente y de cenáculo. Reaparecen con nuevos argumentos pero con el mismo guión que Ali mostró en la canción del bachaco fundillúo:
“Que si al grupo de ustedes / quien lo dirige es calvo / que si el grupo de ustedes es bastante flojito / y si quieres ponte bravo / al carajo Breznev me resteo con Mao / y allá un grupo de seis se apoya en un megáfono / y atiza la candela / Esos son radicales de la Universidad para adentro / mientras los que menos hablan comenzaron el Metro”
Yo diría mientras los que menos hablan están preparando un embargo MADE IN USA a los bienes de la patria, como una estocada a la Revolución Bolivariana.
Reitero que aun cuando no pueda calificarlos de traidores y puedan existir verdades en sus planteamientos, si creo que hay un acto de deshonestidad, y detrás de las medias verdades, entre líneas se escapa el ego, la aspiración frustrada, se destila un halo visceral y eso me da pie a expresar ciertas dudas;
Hablan de lealtad al comandante Chávez, ¿Seria realmente lealtad o sentido de sobre vivencia histórica?
Se cuestiona el liderazgo del Presidente, a mi me da por creer que nunca se calaron a Nicolás Maduro y guardaron silencio hipócrita cuando nuestro comandante pidió su apoyo.
Se habla de humildad y me hace rememorar esa izquierda que gastaba tiempo condenando el prejuicio intelectualoide, el prejuicio burgués pero muchos se creían los “eruditos de la revolución” “los depositarios del saber”; apoyar un chofer parece que les dolió, les golpeó el amor propio
Se habla de no existir planificación pero soy testigo donde resido, en el estado Monagas, el ministro Rafael Ramírez en el marco de la Ofensiva Económica junto a un voluntariado de profesionales de la industria petrolera y otras instituciones están día a día reorientando ejes agro industriales en correspondencia con el Plan de la Patria y corrigiendo así fallas de planificación.
Expreso una vez mas, que no rechazaría de plano las criticas pero jamás las convierto en armas y se las pongo en las manos a la reacción, aun teniendo mayor razón que estos camaradas que hoy hablan de irreverencia y ayer estuvieron donde se toman las grandes decisiones, aun teniendo mas arrecheras contenidas, porque he sido un militante de a pie, que no tuvo ni siquiera la oportunidad de estar a 20 metros del Comandante Eterno, que como muchos hemos sido testigos y victimas de injusticias cometidas, de imposiciones que burlaban la voluntad del colectivo y las orientaciones presidenciales y sin embargo seguimos con tesón, firmes en la lucha, porque estamos claros en lo estratégicos y sabemos que los cambios se producen con la organización de la conciencia popular, ejerciendo el poder, asumiendo el protagonismo y no con un nombramiento o asignación gubernamental.
Y porque además estamos claros de lo que hasta hoy hemos conseguido con la revolución y no estamos dispuestos a perderlo.
Abrebrecha y después hablamos