Indelicado debate: de deslealtades, alacranes a quinta columnas

Jorge Giordani, quizás sin proponérselo, con lo que no le estamos descalificando y menos pensándolo inocente para no haber ponderado adecuadamente los efectos de su toma de posición pública, desató una tormenta que aún no ha dejado de lanzar sus ramazones, pese las declaraciones apaciguadoras y en cierto modo autocríticas del presidente Maduro cuando llamó a “pasar la página”.

Entre quienes critican al primero, como Eleazar Díaz Rangel, hablan de su imprudencia y le reclaman no haber utilizado los mecanismos internos, habiendo sido figura importante del gobierno. Argumentación invalidada por Héctor Navarro al señalar los intentos fallidos del ex ministro de planificación de hablar con el presidente y hasta con la directiva nacional del Psuv, lo que pareció avivar el fuego.

Pero el presidente Maduro mismo habló al inicio de deslealtades, en alusión inequívoca a Giordani, dando origen se desatase una andanada de improperios de lado y lado que incluyó lo de quinta columnas y alacranes.

Los acusadores de Giordani le endilgan la responsabilidad de los problemas económicos que menciona, lo que en verdad es cierto, pero nos lleva a un razonamiento lógico, elemental y justo como que tanto o más que él hubo otros responsables. Aunque ese no es el fondo del asunto ni lo que interesa dilucidar ahora, sino los problemas mismos que hay que precisar, abordar y resolver por las dificultades que representan.

Pero no se puede dejar pasar por lo que significa el festejo de Merril Lynch, la asesora de inversionistas en EEUU, por la destitución de Giordani, y el de la derecha venezolana, como lo envuelto en las reiteradas expresiones de Jorge Roig, presidente de Fedecámaras, según las cuales “algunos ministros están anclados en el pasado, en una ideología atrasada”, por lo que espera que “al liberarse de esas influencias vendrán cambios importantes”. La influencia de la cual habla es obviamente la que representa Giordani.

El mismo personaje, agregó como muestra de su pensamiento, según él muy novedoso, “lo ideal es tener un tipo de cambio único, libre y competitivo; mejor que tres tipos de cambio”. Asunto éste último por cierto, del cual que sepamos, no ha hablado Giordani sino el ministro Rafael Ramírez, lo cual expresa de manera elocuente las aspiraciones de Fedecámaras y que para el presidente de este organismo, Giordani y el actual jefe de los asuntos económicos del gobierno, son la misma cosa; es decir, expresiones de “una ideología atrasada”.

Pero mientras tanto, pese a que el presidente llamó a pasar la página, lo que para algunos compatriotas debe significar llamar a Giordani, escucharle, hablar con él como se merece y hasta suspender la sanción anunciada contra Héctor Navarro, el debate sigue caldeado.

Algunos continúan imprudentemente hablando de deslealtades, lo que implica calificar de esa manera a todo aquel que deja asomar una crítica. Otros como el ministro Héctor Rodríguez, al hablar en un acto público de “lealtad al presidente Maduro”, deja entrever que hay desleales y sugiere subliminalmente a quién le escucha indagar y precisar quiénes son los desleales.

Pero del otro lado, se vuelve sobre aquello del “nido de alacranes” que mencionó el general Müller Rojas y sobre el cual, según éste, estaba sentado el presidente Chávez.

En este sentido, Nícmer Evans, en un entrevista publicada en el diario El Tiempo de Puerto La Cruz el domingo próximo pasado, firmada por Igor Molina, dijo que “ese nido de alacranes”, es el responsable del desfalco de “22 mil millones dólares”, asunto que denunció Giordani. Pero agregó Evans, que después de haber cometido aquel asalto contra el interés nacional, aprovechándose de la enfermedad del presidente Chávez, ahora creyendo al presidente Maduro debilitado han intentado volver por sus fueros.

Lo lamentable es que Evans, así como el gobierno no hace mención a la lista de quienes traficaron con las divisas y sus presuntos cómplices desde adentro, tampoco señala quiénes conforman ese “nido de alacranes”, lo que parecieran ser procederes igualmente imprudentes porque echan muchas sombras.

Como también es impertinente que, alguna gente, creyéndose en la obligación de defender a ultranza políticas y acciones u omisiones gubernamentales que deben discutirse para aclarar convenientemente y corregir para que el bienestar advenga y la paz se imponga, salen a calificar de “quinta columnas” a todo aquel que, dentro del chavismo, haga observaciones en un cualquier sentido.


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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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