Reflexiones ingenuas: transformación revolucionaria del Estado

Muy interesante la propuesta del Presidente Obrero: Nicolás Maduro en cuanto a la necesidad y urgencia de hacer cambios  revolucionarios en el estado.

Maduro anunció que a están definidos los planes para abordar el proceso de transformación del estado a través de una agenda, la cual se iniciará con una revisión a fondo de la pertinencia, funcionamiento, procesos, productos y rendimiento  de los ministerios  y entes oficiales (institutos autónomos, fundaciones, empresas del estado y mixtas, etc.)

"Estamos trabajando tres elementos claves. Arrancando con fuerza el tema del “sacudón”, la Revolución dentro de la Revolución; la ofensiva de producción, abastecimiento y precios justos, en una nueva dinámica, en un nuevo tiempo; y en tercer lugar, la ofensiva social de fortalecimiento, ampliación y relanzamiento de las misiones", afirmó el Presidente Obrero.

Es importante, en mi opinión, tomar en consideración algunos aspectos que son fundamentales para la revolución del estado venezolano: En primer lugar es necesario estar consciente que el estado venezolano es un estado burgués. Como buen reproductor de las relaciones sociales de producción está diseñado, construido, conformado como aparato ideológico para mantener la sociedad capitalista, en consecuencia, es importante tener claro que cualquier transformación debe ser concebida como una etapa de transición hacia la construcción del estado socialista y su ulterior extinción como aparato ideológico represivo

La estructura del actual estado reproduce las relaciones de dominación internacionales, a través de los mecanismos jurídicos que garantizan la dependencia económica, cultural, social, política. Su diseño mantiene el funcionamiento burocrático, de ineficiencia, ineficacia, y de privilegio hacia los dueños del capital, tanto nacional como internacional, lo que genera grandes desigualdades y desequilibrios, afectando tanto a los usuarios  como a  los trabajadores, empleados y funcionarios que sufren los efectos nocivos de dicha caduca institución.

A pesar que desde la presidencia del Comandante Eterno Hugo Chávez y del actual Presidente Obrero Nicolás Maduro, se han elaborado y promulgado un conjunto de leyes destinadas a generar un cuerpo jurídico que abra la posibilidad de su transformación, el estado mantiene intacto su carácter de clase.

La división político-territorial es un ejemplo de la desigual organización del territorio nacional, de la misma manera que lo refleja la división de poderes, en las cuales se vive la contradicción de lo general y lo particular; lo nacional, regional y local (Gobierno Nacional-Gobernaciones-Alcaldías). Produciéndose así mismo el choque contradictorio entre las comunidades y  entes oficiales (gobernaciones-alcaldías-comunas-consejos comunales). Es importante abordar las desigualdades, desequilibrios y diferencias radicales entre los espacios ocupados por poblaciones con oportunidades y problemas resueltos (urbanizaciones, municipios con recursos, espacios urbanos planificados) con aquellas zonas con carencias de servicios (marginalidad, ausencia de oportunidades, difícil acceso, pobreza extrema). Igualmente el desigual desarrollo del territorio nacional producto del modelo rentístico petrolero y la concentración desigual de la riqueza. Es necesario revisar los ejes de desarrollo que el Cte. Chávez creo en su gobierno y proceder a su ejecución práctica, como política de estado, al igual que los ejes de desarrollo emanados de la nueva política exterior, con su fachada caribeña, andina, atlántica y amazónica.

En segundo lugar: ¿Hasta cuándo y por qué es necesario mantener instituciones heredadas de la Colonia dentro de la organización político-territorial, que muchas de ellas sólo sirven como “cajas chicas” de los políticos y los partidos políticos, lejos de cumplir con los objetivos para lo supuestamente están concebidas (alcaldías y concejos municipales)?. Opino que estas instituciones, así como otras que no se corresponden con un modelo socialista, deben desaparecer dando paso a nuevas estructuras que permitan alcanzar la justicia, seguridad, igualdad, felicidad social.

En tercer lugar es importante desmontar el carácter burocrático del aparato estatal. Así como reestructurar la dualidad de funciones y la desigualdad entre la visión y misión de algunos de sus entes, lo genera ineficiencia y despilfarro de los recursos.

La desconcentración y descentralización de funciones es una necesidad fundamental, pero debe estar acompañada con un proceso de creación de núcleos o módulos de servicios a lo largo de la geografía nacional para permitir a la población, de todos los estratos, niveles, ubicación y condición, el uso y disfrute de los beneficios que el estado debe garantizar como política de justicia y plena felicidad social.

Como cuarto aspecto, considero que la atención permanente a  la salud, educación, niños, niñas y jóvenes con compromisos, adultos mayores, personas en condición de discapacidad, niños en situación de riesgo, personas en condiciones de extrema pobreza o problemas de dependencia, drogadicción,  víctimas de la violencia familiar o sexual, debe ser vista como política de estado, creando las instituciones, otorgando los recursos y haciéndole un seguimiento, tanto a los programas como a la ejecución de los mismos, a través de la supervisión y corrección permanente y continua de los proyectos y logros.

En quinto término, la política de producción nacional debe ser otro aspecto importante, que viene acompañado de los mecanismos para generar tecnologías propias, transferencia de tecnología, fabricación, innovación, capacitación, producción, comercialización y consumo en el área automotriz, electricidad, agricultura, ganadería, medicinas, bélica, petróleo, cosméticos, alimentos, aseo personal, industria pesada, construcción, vialidad. Para tales efectos es importante la creación de mecanismos que permitan una nueva organización de la producción que rompa con el esquema capitalista dependiente y explotador. Una buena experiencia de ello lo constituye la escuela de la fábrica y el punto y círculo. Esta estrategia es importante evaluarla, fortalecerla y aplicarla ya que garantiza a las comunidades y a las fábricas la prosecución y efectividad en la producción y la incorporación de las comunidades en el proceso productivo.

La supervisión y evaluación permanente de las industrias del estado y/o mixtas para incorporar su producción al mercado nacional, a precios justos, debe ser prioridad en los actuales momentos. Pero también deben generarse mecanismos que permitan la incorporación de rubros referidos a las necesidades básicas de la población, a través de nuevas importaciones, pero que garanticen la continuidad del proceso, la trasferencia tecnológica y bajo costos, a fin de mantener en el tiempo su existencia. Esta parte es de  extrema urgencia.

Como sexto punto, de vital importancia, lo constituye lo referente a la formación política e ideológica de la población. Es importante crear una nueva ética y una nueva moral en la población. Es necesario sustituir los valores propios del capitalismo por una ética socialista basada en la justicia social, la igualdad, la solidaridad, la responsabilidad personal y compartida para romper con el esquema consumista, egoísta, y explotador del capitalismo. Para ello debe constituirse como política de estado un proceso continuo de educación en valores socialistas, que funcione en todas las instituciones, escuelas, liceos, universidades, ministerios, fundaciones, fábricas, institutos autónomos. Para ello debe diseñarse el currículo a ser desarrollado, así como los procedimientos, estrategias. Se debe crear un organismo que se encargue del proceso de formación y que haga reclutamiento, revisión permanente, así como evaluar los logros obtenidos. La formación ideológica y política es la garantía de la prosecución y existencia del proceso revolucionario y por ende debe estar presente en todos los espacios públicos y privados a fin de lograr un cambio en la conducta y concepción de la vida de la población en su conjunto.

Séptimo, otro aspecto fundamental lo constituye la visibilización, rescate y producción de una cultura nacional endógena, estudiando los valores históricos de nuestra nacionalidad, héroes, acontecimientos, importancia, proyección, valores culturales, tradiciones, folclore. Esto permitiría romper los mecanismos de transculturación, dependencia cultural, reconocernos como pueblo con un pasado y presente construido por su propia gente.

Es importante considerar la formación castrense de la población. Entre los contenidos a impartirse estarán, además de la formación para el combate en caso de guerra asimétrica o convencional, el manejo de armamento, estrategias y tácticas de combate, contrainteligencia, inteligencia, comunicaciones, primeros auxilios, manejo de equipos de defensa y ataque. De tal forma que en caso de una contingencia de este tipo, el pueblo serviría de apoyo a las FANB, tanto en el combate, como en  la atención a heridos,  rescate y salvamento.

Creo que es importante crear las políticas de estado, mantenerlas en el tiempo a través de una planificación vertical y horizontal, evaluarlas y supervisarlas, y no cambiarlas de acuerdo al equipo de gobierno que esté encargado de las instituciones del gobierno, ya que esto debilita al proceso y lo hace frágil ante los ataques de la derecha y el imperio.

 

Considero que un documento fundamental que debe ser la guía y orientación para la revolución del estado, lo constituye el Plan de la Patria. Ese documento permite una visión del todo y de las partes, identificando debilidades, evidenciando contradicciones, para diseñar las estructuras que permitan construir un estado con una clara visión socialista,  con futuro y de profundo contenido revolucionario y orientador hacia la transformación de una sociedad plenamente humana.

Humildemente.

carrodcas@gmail.com

 



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Carlos M. Rodríguez C.

Estudió en la UCV. Docente jubilado

 carrodcas@gmail.com

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