Uno de los elementos importantes que hay que señalar de Sidney Gottlieb, es que era tartamudo desde su niñez, además de sufrir de un déficit atencional, pero se animo a estudiar química en el California Institute Tecnology y después de terminar su Phd se graduó.
Cuando se unió a la CIA, uno de sus primeros trabajos fue de miembro del Equipo de Servicios Tècnicos (Technical Services Staff o TSS) llegando a ser eventualmente jefe de la Divisiòn Quìmica desde el cual fue responsable de la Operación MK Ultra para manipulación de fuentes (seres humanos vivos) con sicoanálisis, hipnosis y alucinógenos.
Richard Bissell, jefe del Directorate for Plans, una organización formada para conducir operaciones encubiertas anticomunistas alrededor del mundo, hizo gran uso de las habilidades de Gottlieb. El Directorate for Plans fue el responsable de las llamadas Black Operations de la CIA.
Este tipo de Black Operations involucraba un conjunto de acciones encubiertas que generaron políticas que más tarde se conocerían como Acciones Ejecutivas. Líderes como Patrice Lumumba, Fidel Castro, Abdul Karim Quasim y Salvador Allende fueron objeto de dichas acciones.
En marzo de 1960, el presidente estadounidense Dwight Eisenhower aprobó un plan de la CIA para derrocar a Fidel Castro. Gottlieb empezó con proposiciones destinadas a minar la confianza que sentía el pueblo cubano por los Castro. Los planes incluían echar un spray de alucinógenos en un estudio de televisión cuando fuera a hablar a todo el país, además de contaminar sus zapatos con Talio para que quedara calvo y sin barba.
Richard Bissell eventualmente se decidió a formar un complot para asesinar a Castro. Gottlieb fue creativo a la hora de intentar asesinar a Fidel inventando varias ideas tales como: embeber el tabaco que Castro fumaba de los puros con venenos tan potente como el curare de nuestros aborígenes. Otro esquema era usar caracoles con explosivo los que se colocarían en la zona en la que Castro buceaba. Gottlieb también quiso implantar una granada de gas venenoso en los bolsillos de Castro. Todo esto también fue usado de forma no exitosa contra el general Abdul Karim Quasim de Irak, así como los intentos de asesinato usando al esbirro de la CIA, Saddam Hussein, quien llegó a disparar a boca de jarro al general. Fue la única manera. Posteriormente, Saddam se les volteó.
Gottlieb fue asignado también a la tarea de asesinar al líder congolés Patrice Lumumba. Esto incluía un agente letal biológico que iba a ser agregado al tubo de pasta dentífrica de Lumumba. Le causaría brucelosis, ántrax, viruela, tuberculosis y encefalitis equina. A la hora de inventar, Gottlieb no escatimaba esfuerzos. Estos experimentos en aquella oportunidad fallaron y Lumumba fue asesinado por soldados leales a Moise Tshombe, quien lidero a la CIA en ese país, y quien es actual socio de negocios de George H.W. Bush y el Grupo Carlyle, Frank Carlucci lo que fue denunciado en la película de HBO “Lumumba”.
En 1967 Gottlieb fue nombrado Director del Equipo de Servicios Técnicos estando en ese puesto hasta 1972. Desde ahí destruyo más del 80% de los archivos comprometedores de la CIA. La mayor parte lo incriminaban a él .
En 1975,Frank Church y su Select Commitee on Intelligence Activities empezó a investigar el trabajo de la CIA y descubrió la existencia de las Black Operations y las acciones ejecutivas. Las denuncias contra los trabajos de Gottlieb resultó en muchas demandas contra la CIA. Gottlieb dirigió clínicas siquiátricas en Montreal en las que usando técnicas CIA hacia trabajos privados y experimentos de toda clase, los cuales pagaba muy bien dentro de los cuales se encontraba borrar la memoria de esposas o herederos para declararlos interdictos. Trabajaba junto al siquiatra Donald Ewen Cameron.
Este siquiatra, se leyó la obra de Frederick Winslow Taylor, pinero de la “gestión científica del trabajo” y defensor de la ingeniería humana, a los fines de no solo lograr la manipulación de la mente de sus pacientes, sino incluso reacciones fisiológicas en sus cuerpos. En Albany, el doctor Cameron empezó una serie de estudios genéticos, bioquímicos, interculturales y neurológicos diseñados para identificar los procesos electroquímicos del cerebro. Nada más y nada menos. Por eso Gottlieb se apoyó mucho de los trabajos de Ewen Cameron.
En 1953, Gottlieb comisionó a William Buckley para que a través del avión espía U2 buscara pruebas fotográficas de que, en la remota inmensidad de Siberia, los rusos habían instalado una base de guerra biológica, cerca de la ciudad de Novorsibirsk. Pasarían muchos años antes de que la CIA descubriera su nombre, Centro de Investigación de Virología y Biotecnología, y que su investigación poseía un acrónimo tan esóterico para los profanos del Mk Ultra: Biopreparat. En Siberia trabajaban para él en el desarrollo del ántrax, apto para armas y otros biodispositivos letales 32.000 científicos y técnicos.
A lo largo de todo el verano de 1955, los aviones espía U2 siguieron aportando al doctor Gottlieb más pruebas de que la Unión Soviética estaba ampliando su capacidad para la guerra biológica. El complejo original, rodeado de bosques de alerces y abedules, cerca de Novosibirsk, en Siberia, había crecido rápidamente hasta incluir una docena más de enclaves que , según los analistas fotográficos, probaban claramente que los edificios envueltos en humo estaban dedicados a la producción en masa de virus y rickettsias.
Este panorama apocalíptico había llevado a otra ampliación de Fort Detrick. Su calificación oficial de “fuerte” (Fort), la había obtenido el 3 de febrero de 1956, coincidiendo con su decimotercer año de existencia. Se fundaron decenas de nuevos laboratorios y se contrató a centenares de científicos y técnicos para que trabajaran en ellos. El doctor Gottlieb era ya miembro de alto rango de un imperio secreto orgulloso, expansionista y en muchos sentidos soberano. Respondía ante pocos y tenía un presupuesto de millones de doalres. Además de sus otros cometidos, el doctor Gottlieb se propuso en convertirse en ayudante especialista del Departamento de Asuntos Científicos del subdirector de la CIA, con lo que asumiría toda la responsabilidad de los requisitos técnicos para las operaciones de asesinato. Se convertiría en el científico que decidiría el arma biológica elegida para matar o incapacitar a quienes la CIA señalara.
En un principio había ordenado a Frank Olson que hiciera acopio de agentes biológicos apropiados para matar o incapacitar sin levantar ninguna sospecha. Lo ideal era que los gérmenes a utilizar fueran originarios de la zona donde se usarían: la viruela de Africa, el ántrax en Asia, la brucelosis de Europa. Después de su muerte, en 1999, continuaron las investigaciones sobre los microbios de Gottlieb que él había iniciado.
Por razones de tiempo y espacio lo dejaremos hasta aquí por hoy, pero esto pica y se extiende.