Es posible que muchos crean que ver la lucha de clases en el contrabando es una exageración, y realmente, no lo es. La lucha de clases está en todas las actividades de la sociedad, y de manera muy especial en lo económico, sin caer en el economisismo de creer que lo económico lo es todo, aunque si es la infraestructura que sustenta la sociedad, sus valores, cultura, ideología, etc., aunque de un modo dialéctico, no mecánico, es decir, como expresión de, y no como reflejo mecánico de. El capitalismo es un sistema fundado en la explotación de las clases mayoritarias (obreros, campesinos, profesionales, estudiantes, intelectuales, etc.) por las clases minoritarias (oligarcas, terratenientes, burgueses). Esa explotación se basa en buscar siempre la máxima ganancia, es decir, buscar ganar más cada vez invirtiendo menos. Es así como, a su vez, dentro de esas clases minoritarias se erigen cada vez estratos más minoritarios, como la oligarquía financiera, cuyo negocio es ganar dinero especulando con el dinero de los demás, que crea burbujas, vende bonos o papeles pagaderos a futuro, etc.. En Venezuela esa oligarquía encontró una tarea fácil, enriquecerse de la renta petrolera, y buena parte de ella, dedicándose a importar, así no tienen que fabricar nada, ni montar industrias, basta con importar bienes ya hechos. Pero el capitalismo es un sistema global que querámoslo o no, domina todo el planeta, pues las pocas excepciones, de países como el nuestro, que trata de iniciar la construcción de una sociedad, con el pueblo, la mayoría como su centro, el Alfa y Omega de su acción, no se desenvuelve libremente, estamos rodeados, ningún país puede ser completamente autosuficiente o vivir completamente aislado. Vivimos en un mundo necesariamente interrelacionado, con el objeto de compartir avances de la ciencia en salud, tecnologías de producción de bienes, de intercomunicación, de avances en salud, etc..

Ahora bien, ese mundo globalizado por el capitalismo, que ha generado una oligarquía mundial, con afán de dominio global, no va a quedarse de brazos cruzados mientras en un país se trata de iniciar la construcción de una sociedad post-capitalista, que le de un mal ejemplo al resto del mundo, y le muestre que si es posible un mundo mejor y más humano. Es así como la misma revolución soviética se vio asediada por los ejércitos de países contrarrevolucionarios o Cuba sometida a infame bloqueo. No nos bloquean porque necesitan nuestro petróleo. Venezuela se ve asediada por una guerra económica que es expresión de la lucha de clases. La ley de tierra y demás leyes habilitantes, desataron la furia de la oligarquía, el golpe militar y el sabotaje petrolero del 2002. Pero como ya no tienen militares o burócratas para reeditar esas intentonas, ahora la Ley de Precios Justos, y el fracaso de las guarimbas, sólo les ha dejado la guerra económica como forma de tratar de lograr lo que llaman “la salida”. Necesario es aclarar, que tanto el llamado contrabando de extracción (hacia fuera del país), como el interno hacia los informales o mercado negro (negocios que pagan un mayor precio), son lo mismo, “guerra económica” “contrabando contra el pueblo”. Es una forma de bloqueo suave. Ese capitalismo que está en los demás países y el que tenemos en nuestro interior, le tienen la guerra declarada al pueblo. Es una guerra o lucha de clases, que no se puede resolver por vía de negociaciones. Las clases dominantes jamás se rinden y el pueblo tampoco. Ellos ven como única solución abandonar el inicio de la transición al Socialismo y conformarnos con el capitalismo excluyente de las mayorías, creador de las más bárbaras desigualdades, que condena a sectores humildes a comer perra harina, a morir sin salud y a vivir sin dignidad. Así al vivir en pleno capitalismo, los precios se irían a las nubes y ya no habría contrabando.., aunque seguiría la guerra económica pero supuestamente velada, porque hambre, falta de salud, educación, viviendas dignas, son más que violencia contra el pueblo, son guerra contra lo humano. Para nosotros, sólo con la Participación Protagónica del pueblo organizado, sólo iniciando la construcción de una sociedad verdaderamente humana, los pueblos avanzarán; como decía el viejo Marx; en la toma del Cielo por Asalto.

Es así como el sistema, el capital, aún no teniendo una mente propia, es como si la tuviera, pues al haber creado una cultura del enriquecimiento fácil, crea las condiciones para el contrabando en todas sus manifestaciones, el sálvese quien pueda, son la manifestación del individualismo que caracteriza al capitalismo, es el sálvese quien pueda cómo pueda. Tenemos entonces, que la causa del contrabando, al menos hacia el exterior, reside en que en Venezuela se eligió un gobierno que subsidia el alto costo de la vida, mientras en el exterior predomina el llamado capitalismo salvaje, y las mafias de los países vecinos tratan de aprovecharse de este gobierno, y enriquecerse a nuestra costa, cuando fueron ellos los que eligieron gobiernos oligarcas, además de que dicho contrabando les sirve para impulsar una lucha de clases internacional contra el mal ejemplo de un gobierno al servicio de las mayorías. Cuyo objetivo no es la máxima ganancia de la burguesía, sin que les importe nada ni nadie. Y de esa manera, luchan contra el naciente proceso de transición. El contrabando tanto interno como hacia afuera, es clara e inequívoca expresión de la lucha de clases, es violencia y no suave contra las mayorías, contra el pueblo.

Los sectores avanzados del pueblo, y en especial su vanguardia organizada, los Consejos Comunales, las UBCHes, los partidos del proceso, deben tener esto bien claro y difundirlo concientizando a los más amplios sectores, de qué se trata (lucha de clases del capital contra lo humano, el futuro, contra un mundo mejor), para que estén claritos y no se dejen manipular por la guerra ideológica que acompaña la guerra económica, y actúen en consecuencia, ejerzan contraloría social cuando vean que llegan productos hasta a los mercal o PDVAL u otro negocio, y sólo venden la mitad de lo que llegó, que hagan valer sus derechos y no permitan que eso pase, que vigilen el negocio, llamen a la guardia del pueblo, policía nacional, u otro organismo, y no se muevan hasta que se venda todo al pueblo.

Como parte de la concientización de la militancia de las organizaciones, es necesario que en se unifique la terminología, llamando lucha de clases a la lucha de clases, así se unifica la lucha, y no se pierde de vista de qué se trata, evitándose confusión, que si representante de precios justos, que si de la mesa contra la especulación, que si de las máquinas biométricas, etc., todo un enjambre que se presta a la confusión del fondo del asunto, viéndose como fenómenos no necesariamente vinculados en su esencia a la lucha de clases, motor de la historia para avanzar en la construcción de la transición al socialismo. Hay que llamar al pan, pan, al vino, vino, y a la lucha de clases, lucha de clases. Que nadie se confunda, los enemigos no son unas personas, son las clases que detentan el capital, es el capitalismo.

En lo internacional, en este ámbito, hay que seguir impulsando y ampliando el Alba, la Unasur, el MercoSur, y toda lucha de los pueblos contra el capitalismo. En la actualidad, ser revolucionario es luchar por un mundo multipolar, es apoyar a todos los pueblos que luchan contra el en antihumano capital, y es luchar por reformar las estructuras del poder imperial, como el Consejo de Seguridad de la ONU, impávido ante el genocidio del pueblo Palestino, el Pueblo Sirio, el Libio, y todos los pueblos del mundo, es luchar por la reforma del Consejo de Seguridad, impulsando lo posible “por ahora” como que, en toda resolución aprobada por dos tercios de las naciones en la Asamblea General, no puede existir veto. Eso sería el inicio de un organismo democrático, y el inicio del fin de la hipocresía de los poderosos.