Victoria final o capitalismo salvaje

La legendaria revolucionaria Rosa Luxemburgo, dijo que en la historia el socialismo lo asumió como objetivo político el primer movimiento popular y para su concretización se ha encargado la historia misma de develar  la acción social y combativa de los hombres y las mujeres con un sentido consciente, de introducir en éstos un pensamiento metódico y, por tanto, una voluntad libre, liberada de la alienación, tras desenredar las contradicciones del depredador y criminal capitalismo salvaje. Esto es, el materialismo histórico con su dialéctica y la fuerza inexorable del devenir.

Federico Engels señaló que la victoria definitiva del proletariado socialista constituye un salto que hace pasar a la humanidad del reino animal al reino de la libertad. Pero este mismo “salto” no es ajeno a las leyes rígidas de la historia, está ligado a los millares de escalones precedentes de la evolución, una evolución bien dolorosa y bien lenta. Y este salto no podría ser dado sí del conjunto de las premisas materiales acumuladas por la evolución, no surgiese la chispa de la voluntad consciente de la gran masa popular.

La victoria del socialismo no caerá del cielo como algo fatal; esta victoria no podrá ser alcanzada más que gracias a una larga serie de enfrentamientos entre las fuerzas viejas y las fuerzas nuevas, choques en el curso de los cuales el proletariado hace su aprendizaje bajo la dirección del proceso revolucionario e intenta tomar en su mano su propio destino, de apoderarse del timón de la vida de la sociedad; de juguete pasivo de la historia, intenta convertirse en su lúcido piloto.

También dijo Engels “la sociedad burguesa está situada ante un dilema: o pasa al socialismo o cae en la barbarie”. Luego, Luxemburgo, diría: “socialismo o barbarie”. Estas frases la hemos repetidos sin presentir la terrible gravedad que ellas envuelven. El triunfo del capitalismo salvaje lleva en sí mismo la anulación del género humano. Un sistema que se apoya en la constante apelación del egoísmo y los instintos más primarios de las personas.

El capitalismo salvaje está visible por todas partes. Sus planes de dominación van precedidos por enormes sumas de dinero asignadas a las tareas de mentir y desinformar, para ello cuenta con la total complicidad de la oligarquía, la burguesía, la derecha intelectual y los medios de comunicación social privados. Son expertos en divulgar los errores y las contradicciones.

La Patria de Bolívar y de Chávez está demostrando que puede resistir, así como Cuba, Ecuador, Nicaragua, Bolivia, es decir como los pueblos progresistas, portadores de los principios más sagrados de la sociedad humana. Se reclaman acciones contundentes, porque de lo contrario el imperio destruirá la civilización y la propia especie.

Ban Ki-moon, secretario general de Naciones Unidas, declaró: “Si no se toman medidas urgentes para combatir los cambios climáticos pueden llevar a la violencia y a disturbios en masa a todo el planeta. El cambio climático intensificará las sequías, inundaciones y otros desastres naturales. La escasez de agua afectará a cientos de millones de personas. La malnutrición va a arrasar con gran parte de los países en desarrollo”.

Estados Unidos, con apenas el 5% de la población mundial, consume alrededor del 25% de la energía fósil y es el mayor emisor de gases contaminantes del mundo, y no suscribió ni siquiera el Protocolo de Kyoto. El premio nobel de la paz, Barack Obama reconoció que “la amenaza contra el planeta es seria y creciente”; el problema es que todo lo que afirma está en contradicción con lo que Estados Unidos viene haciendo desde hace 150 años. Ha creado cientos de bases militares instaladas en decenas de países de todos los continentes, sus portaaviones y sus flotas navales, sus miles de armas nucleares, sus guerras de conquista, su complejo militar industrial y su comercio de armas, son incompatibles con la supervivencia de nuestra especie. En fin, que Dios nos agarre confesados, si nosotros los revolucionarios no actuamos decididamente para la consecución de la victoria final y la conclusión del capitalismo salvaje.

¡¡¡Viviremos y venceremos!!!

 



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Alberto Vargas

Abogado y periodista, egresado de la UCV, con posgrado en Derecho Tributario y Derecho Penal. Profesor universitario en la cátedra de Derechos Humanos

 albertovargas30@gmail.com

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