Quienes pretenden quebrar a un país no merecen gobernarlo

Las doce uvas del odio viejo


1 .–Lástima que no exista, de verdad, una coordinadora democrática. Al menos, habría con quien discutir o dialogar.

Pero los devaluados partidos e individuos allí congregados, no pueden decidir nada. La agenda, lo declaró el presidente de AD en víspera del “paro”, se las cambia e impone un grupúsculo plutocrático que luego, como en abril, los desechará.

2.–Imposible ganar batallas con la política del “yo no fui”. Dan un golpe y lo llaman “vacío de poder”. Sabotean Pdvsa y denominan ese crimen “paro cívico”.

Hacen preso al Presidente y dicen que fue una “custodia”. Los autodenominados meritócratas vociferan que el abandono sincronizado y concertado del trabajo, fue por decisión “individual”. No asumen la menor responsabilidad.

Eso tiene un nombre.

3.–Dice la tonadita del “tío” que un Presidente necesita apoyo popular. Tiene toda la razón.

Suba a los cerros, maestro, recorra los barrios, tome el autobús y oiga la voz del pueblo de Dios en marcha. Escúchela.

4.–Quieren contarse pero no en un referéndum revocatorio y constitucional, pues por más que inventan encuestas, los números no les dan.

5.–Los fundadores de los viejos partidos deben estar avergonzados al ver a sus sucesores postrados ante Fedecámaras y el poder mediático. Ni siquiera guardan las formas. Partidos nariceados y arreados como borregos. Para eso quedaron.

6.–No pegan una porque se inventan enemigos inexistentes.

Hablan de un dictador que no tiene perseguidos ni presos políticos, quien además, ha sometido los grandes asuntos nacionales a consulta popular (ocho procesos electorales). Dicen luchar por una “Venezuela libre” en el país más libre de América Latina, donde se llega incluso al libertinaje golpista y saboteador.

Decretan el 2003 “año de la libertad” cuando no hay una sola garantía suspendida. Devienen así en hazmerreír internacional.

Lean la prensa extranjera.

7.–Lo último de Carlos Ortega fue convocar a una “gran megamarcha”.

Eso se lo escribió Dávila o Elías. Falta que Fernández llame a “una pequeña minimarcha”.

Es de vital urgencia que abran las escuelas para que niños y jóvenes no sigan oyendo a esta gente.

8.–Derrocada la carmonada, los “meritócratas” de Pdvsa confesaron compungidos que ahora sabían de la existencia de gente que se acostaba sin comer o lo hacía con Perrarina. Lo olvidaron bien rápido, pero millones de ojos siguen mirando desde arriba.

Y no olvidan.

9.–Si Ortega, los dos Fernández, los “meritócratas” y los de esa entelequia llamada coordinadora, hubiesen oído lo que de ellos decía la gente que en Navidad y año nuevo hacía cola con una bombona de gas al hombro, estarían repensando su sabotaje.

Esas son las masas de las que, según ellos, “se encargará el Ejército”. ¿Cuál ejército, si sus familiares estaban allí, en las colas?
10.–Las uvas del odio de saboteadores y golpistas no impidieron la alegría de Navidad ni el abrazo de año nuevo.

11.–Lo que le asestaron a la patria con el cobarde eufemismo de “paro cívico” fue una puñalada trapera.

12.–Quienes pretenden quebrar a un país no merecen gobernarlo.

Lo dijo The New York Times. Si no oyen la voz del pueblo, oigan entonces la del amo.



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Earle Herrera

Profesor de Comunicación Social en la UCV y diputado a la Asamblea Nacional por el PSUV. Destacado como cuentista y poeta. Galardonado en cuatro ocasiones con el Premio Nacional de Periodismo, así como el Premio Municipal de Literatura del Distrito Federal (mención Poesía) y el Premio Conac de Narrativa. Conductor del programa de TV "El Kisoco Veráz".

 earlejh@hotmail.com

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