Me voy a permitir a través de estas líneas, seguir el ejemplo de nuestro Comandante, y de hacerme responsable de mis hechos y de mis actitudes. No soy periodista, ni comunicador social, pero cuando uno comete errores, debe tener uno la voluntad de asumirlo y de hacerse responsable.

Escribí mi artículo titulado, ¿El Por Qué la Federación Médica Venezolana y el Colegio de Odontólogos le tienen miedo a la Misión Barrio Adentro y Sonrisa? Donde señalé al adeco de Douglas León Natera como uno de los principales saboteadores de esa misión, inspirado en mi visita a la Comuna Rogelio Castillo Gamarra, por Palo Verde, en la entrada de Josè Felix Ribas, en Petare, y me referí al Odontólogo Pablo Quintero Villamizar, actual Presidente del Colegio de Odontólogos de Venezuela.

En fecha de ayer 11 de octubre, recibí un correo de la compañera Aramita Padrino de Gómez, donde el compañero y camarada Pablo Quintero, ejerció su derecho de réplica. Y el cual lo leí con mucho detenimiento. Pienso que los términos empleados en la misma fueron muy respetuosos, y por la fraternidad que caracteriza a los verdaderos camaradas, y por el respeto que se desprenden de esas líneas, es que me permito responderlas.

En primer lugar, y aceptando que me falto profundizar en informaciones, traté de manera desconsiderada al compañero Pablo Quintero y al gremio que dignamente representa. Cometí un error, y enseguida conseguí la forma de cómo comunicarme con el camarada Pablo, al cual le ofrecí mis más sinceras y sentidas disculpas, ya que me equivoqué, y nunca ha sido mi intención mal poner desde el punto de vista personal a los camaradas o revolucionarios, que teniendo luchas en otras trincheras, no por ello son menos importantes.

Me comunique con Pablo vía mensaje de texto, expresándole que le ofrecía mis disculpas a él y a su trayectoria revolucionaria, y que mis arpeciaciones respecto a Douglas León Natera si las mantengo en su totalidad.


Errar es de humanos y rectificar es de sabios. Lo aprendimos de Chávez, quien asumió la responsabilidad del 4 de febrero de 1992, y cuando erraba, rectificaba de inmediato. Por eso, lo hago en estas líneas, y lo que me obliga a ser más cuidadoso en próximas opiniones. Donde le reitere mis respetos.


Agradezco la gentileza del compañero Pablo en sus respuestas. Y espero más temprano que tarde poder honrar la gentil invitación que me hiciera a visitar el Colegio de Odontólogos de Venezuela, uno de los pocos gremios profesionales en manos de la Revolución.


En uno de mis artículos lo expresé. Los analistas no somos infalibles y podemos cometer errores. La fraternidad y el respeto revolucionarios nos imponen a hacerlo en caso de que nuestras opiniones puedan afectar de manera desproporcionada y hasta inmerecida a algunos compatriotas que, sin estar en nuestras mismas trincheras, no por eso son menos revolucionarios y menos importantes que nosotros.


Estimado Pablo, y discúlpame si te tuteo camarada. Quise expresar públicamente las disculpas que te exprese por la vía antes mencionada, como un gesto sincero de resarcir, en caso de habértelo ocasionado, algún daño o algún inconveniente. Muchas gracias por la gentil respuesta, mis respetos y de mi parte estaré a tus gratas órdenes.

Gracias a Aramita Padrino y aporrea no solo por hacerme saber de esta réplica, sino la posibilidad que este mensaje pueda ser publicado en nuestro portal y que llegue al compatriota y compañero Pablo Quintero.


¡Bolívar y Chávez Viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!

¡Hasta la Victoria Siempre!

¡Independencia y Patria Socialista!

¡Viviremos y Venceremos!