Algunos compañeros, me refiero a aquellos de buena fe, escriben en Aporrea quejándose de las críticas al gobierno del Presidente Maduro.
A ellos, a quienes denominare con afecto “CRITICOS DE LA CRITICA “quiero dirigirme con este artículo.
Empecemos por ubicarnos ideológicamente, quiero suponer que todos compartimos y tenemos en común, el ideal humanista del Socialismo, aquel que centra su interés en el ser humano, y en todo lo que este necesita.
Partiendo del derecho a la igualdad económica, alimento, vivienda, salud y educación, libertad de pensamiento y derecho a participar en la vida política, en cuya actividad encontremos la solución a esas necesidades materiales y espirituales del Ser Humano.
Si no fuese así, estos compañeros estarían seguramente desinteresados políticamente o militando en la MUD, aliados a la oligarquía y a sectores de la clase media alta venezolana.
He observado que las preocupaciones, de los que se inquietan por las críticas, que se vuelcan sobre el gobierno de Maduro, se concentran según dicen, entre el temor de minar el prestigio del gobierno ante su pueblo, dándole armas a la oposición para atacarlo, y la oportunidad en el tiempo de tales críticas.
Lo que no surge, de esos artículos, es un análisis detallado, del asunto que le fue criticado al Gobierno, y del camino que según ellos, se debería tomar, para resolver tales asuntos.
Estos críticos, me hacen recordar a esas madres, capaces de defender a su hijo, así le haya roto la cabeza, a un vecino por divertirse .Lo que menos les preocupa, es saber porque y como, sucedió el incidente. Solo que su hijo no aparezca como culpable.
Esa liviandad es, aunque no les agraden compañeros, una “debilidad ideológica” propia de los reformadores y conciliadores, que son los que como Ustedes, integran las Clases Medias.
La mentalidad de un Clase Media, está constituida por valores que exhibe como ideales progresistas, solo para exhibirlos, pero la verdad es que le asusta la posibilidad, de que tales ideales, se conviertan en realidad y pase a pertenecer, a clases no privilegiadas.
Y como tal, son incapaces de llevar a fondo, la lucha por los derechos de las clases explotadas, porque sienten que llevarlo a fondo, sería poner en riesgo lo que ya tienen, una economía familiar que los sustenta.
Cosa que no les ocurre a las clases trabajadoras y pobres, que no tienen nada que conservar.
Por eso no les preocupa, a nuestros “críticos de la crítica “que el Gobierno de Maduro, no lleve a fondo la revolución socialista y concilie con la oligarquía.
Ellos saben que si la clase trabajadora, alcanzara la hegemonía social, eso supondría la eliminación del sistema, que permite su privilegiada posición, su Clase Media a la que pertenecen, seria arrastrada a la escala inferior, en la que sitúan ideológicamente a la clase subalterna.
Esa es la realidad, les gusta ser progresistas, porque queda bien ser progresista, ellos incluso no son egoístas, piensan en un mundo ideal donde los pobres tampoco estén muy mal. Pero que no toque sus privilegios alcanzados. Y no le molesta demasiado compartir la vida con las elites burguesas y porque están convencidos, que no se puede cambiar el orden existente.
Por eso, lo que les preocupa a nuestros “críticos de la crítica” no es que el gobierno pierda prestigio ante el pueblo, sino que el pueblo se dé cuenta, que los burócratas que manejan la nave del estado, no van a profundizar jamás el socialismo, y decida exigirles el cumplimiento del mandato del Comandante.
Cuando el Comandante Chávez, encabezo al Revolución Bolivariana, no existía en Venezuela una clase obrera, mayoritaria y consciente de su papel y solo lo acompañaron, en la dirección y en los puestos de la Burocracia estatal, los sectores más progresista de la Clase Media.
El Comandante con su impronta, su impulso y su decisión, lamentablemente ya no está. Pero esa clase media se enquisto, en los puestos de la burocracia. Hoy enriquecida por la renta petrolera, integra la mayoría de los funcionarios del Gobierno.
El otro tema está referido a la noción de tiempo, es seguro que nuestros “críticos de la crítica” tienen tiempo.
En sus casas todo está provisto y su futuro bastante asegurado, entonces para que apurarse, se lo pueden conceder al gobierno para ensayar métodos. La clase trabajadora tiene el apuro de la pobreza, de lo que les falta cada día para sobrevivir.
Los pasos a dar por la Revolución Bolivariana al socialismo, son en dirección a eliminar el poder de la burguesía, no a compartirlo.
Por eso, no es la clase media, la que puede conducir desde el gobierno, a la Venezuela Bolivariana, en la profundización del Socialismo.
Cuando se le pide al compañero Maduro, que escuche las críticas y que se autocritique, habría que darle el ejemplo de un jugador de ajedrez.
Que piensa, analiza y se autocritica cada uno de sus movimientos, antes de hacer una jugada. El sabe que si su rival enfrente es peligroso, esa jugada puede poner en peligro, toda la partida o ser la última, antes del jaque mate.
Por eso la autocrítica, es la base de un ajedrecista exitoso.
Y de un político socialista, responsable ante su pueblo.