Los perturbadores endógenos de la gestión gubernamental de la revolución bolivariana de Venezuela, parecen estar abrevando en una fuente de agua turbia o simplemente mirando ejemplos y referencias ajenas a la cosmogonía la historia y la cultura de nuestro pueblo. Cuando el gran maestro Simón Rodríguez impulsaba a nuestros hermanos parteros de nuevas naciones independientes, a crear republicanos, sí queríamos construir Republicas y, remataba diciéndonos que no teníamos que copiar modelos o procedimientos, sino, que debíamos ser originales y crear antes de estar copiando. Pareciera, que esas experiencias y consejos de nuestros propios héroes, forjadores de nuestra Patria hoy no nos interesan, sino que estamos empeñados en seguir con disciplina animal todo lo que muchos “pensadores” quieren que sigamos, cómo mansos corderos. No pretendemos ignorar las ideas de los grandes teóricos del socialismo, Marx, Engels, Gramci, Mao Tse Tung, Che Guevara y tantos otros. Lo que queremos expresar es que tenemos una revolución que ha sido creada, desde la matriz experimental de nuestras luchas para sacudirnos a la bota imperial que siempre nos ha acosado, primero la española junto a otras fuerzas europeas no tan imperiales, pero igualmente exterminadoras, desplazadoras, segregadoras de nuestros pueblos y depredadoras de nuestros haberes. Es esa reivindicación, la meta que debemos conquistar, a partir de una actitud honesta y leal con nuestra Cosmogonía, y con sentido de resarcimiento por las agresiones recibidas sin ninguna justificación y eso según nuestros Libertadores pasa por acreditarnos una merecida Justicia social a partir de una observancia, respetuosa a nuestra Cosmovisión y Cosmogonia originaria, que deben ser nuestras referencias históricas y culturales.
Los camaradas, que están como desubicados, denigrando del Gobierno revolucionario, sin detenerse a ofrecer sus valiosos conocimientos y experticias para hacer la Patria suficientemente digna y buena, que imparta justicia social a nuestro pueblo. También están exigiendo al Gobierno, que elimine las colas, que baje los precios, que les den facilidades para gastar divisas comprando y paseando por los paraísos exógenos del consumismo y el boato, sin detenerse a pensar en los hermanos quienes durante mucho tiempo, han estado excluidos del buen vivir. Pero, que por el contrario han aportado toda la fuerza laboral, sin participar de los beneficios que produce su esfuerzo necesario para producir la plusvalía, que los hegemónicos poderosos de siempre se apropian, o sea, otra cara de la abyecta esclavitud.
No se dan cuenta estos camaradas, que están haciendo lo que la posición espera que suceda: Que ese pueblo caotizado y problematizado, presione haciendo uso de su descontento para producir la caída de la revolución. No se dan cuenta, que aquí mismo en Centroamérica tenemos un ejemplo reciente, que fue la tragedia vivida por el pueblo nicaragüense, cuando la revolución sandinista perdió el poder y todos las importantes conquistas logradas para ese digno pueblo, precisamente en las urnas electorales, una poder que había ganado a sangre y fuego. Favorablemente ese pueblo aprendió la lección pero a costa de grandes sufrimientos, pero necesitó 16 años de calamidades y retroceso a épocas antes de la revoluciona sandinista.
Nosotros podemos ahorrarnos esa triste experiencia, si hacemos causa común con nuestro gobierno revolucionario, no pedimos que se alcahueteen los errores y fallas, sino que juntos pueblo y gobierno actuemos por el bien inestimable de la Patria y, no, nos coloquemos del lado del enemigo que quiere retrotraernos a etapas superadas o en vía de ello. Nosotros somos diferentes, somos el pueblo más honesto, generoso, solidario y civilista del planeta. No debemos ser tan egoístas e individualistas, que lleguemos a ser propiciadores del sufrimiento de nuestros hermanos. Porque probablemente no tengamos que esperar 16 años sino 50 o 100 años, pero de guerra sangrienta.
Otro ejemplo es Chile, donde a principios de la década de los 70, aplicando el mismo plan que ahora perpetran contra Venezuela, el imperio y asociados de la época, entre ellos el primer Gobierno de Rafael Caldera consiguió derrocar la revolución pacífica y socialista del Presidente Salvador Allende, incluso, acabaron con la vida de Allende. Pero, ese país no ha vuelto a conquistar un sistema de Gobierno, que reivindique al pueblo y retorne a la época de justicia social, que tuvo la oportunidad de vivir durante ese corto tiempo. Es aquí donde encaja ese axioma: “Solo el pueblo, salva al pueblo”.
Ese pueblo salvador, debe estar consustanciado con su gobierno revolucionario y su Líder. Pero un líder auténtico, honesto que viva y sienta la patria, con humanidad, con un amor de altos principios y valores, que aplique sus potencialidades para dar felicidad a su pueblo, pero que asuma sus limitaciones y errores si los tuviere y, que corrija con responsabilidad donde haya que hacerlo, con hidalguía. Ese ejemplo define, a nuestro Líder Presidente y Comandante en Jefe Nicolás Maduro y, es nuestro deber, el de todos los camaradas, quienes nos consideramos revolucionarios, bolivarianos, antiimperialistas, socialistas y profundamente chavistas, coadyuvar para el éxito de nuestra revolución. Quien no quiera hacerlo, está en su derecho y se le respeta, pero salgase de la cobertura de la revolución y cobíjese en la posición. Recordemos, que nuestra CNRBV, nos provee de herramientas e instrumentos legales, para ejercer el poder junto a las autoridades, que nosotros el pueblo, nos demos con toda justicia. No desperdiciemos los poderes que con tanto esfuerzo nos hemos dado, Lo contrario es insensatez, rayando en la traición.
Oponernos a nuestra revolución so pretexto de ejercer un rol de “críticos”, cuando deberíamos ser actuantes heroicos proactivos en favor de la causa revolucionaria, no solo nos convertiría en destructores de los sueños de la mayoría de los venezolanos. Sino que, estaríamos traicionando las esperanzas de los dignos pueblos hermanos, que han sido liderados, por no menos dignos Líderes latinoamericanos, unos quienes aún están con nosotros y otros quienes ya rindieron sus vidas en haras de la Libertad e Independencia de sus pueblos y, que hoy siguen siendo motivadores de sus pueblos con su generoso ejemplo, como Daniel Ortega, Néstor Kirchner, Hugo Chávez, Cristina Fernández, Evo Morales, Dilma Rousseff, Rafael Correa, Lula da Silva, José Pepe Mujica, Fernando Lugo, Tabaré Vásquez, entre otros.
Estos Líderes son pueblo y, es por ello, que han logrado salvar a sus pueblos. Porque no son afectados ni dirigidos por las potencias, ni las empresas transnacionales, ni las oligarquías criollas, solo hacen caso al pueblo, por ello es que es una constante en su desempeño, el respeto a los derechos humanos, la inversión social, la justa distribución de la renta y los haberse de esas patrias entre sus ciudadanos. La complementariedad, el bien común, la solidaridad con los demás pueblos, sean proclives a la revolución o no, o sea, sin discriminación.
¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOBERANA Y SOCIALISTA!
¡CHÁVEZ VIVE!
¡LA PATRIA SIGUE!
¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!