El debate sobre el Presupuesto Nacional 2015-2016 debe ser nacional y no de “primus inter pares”. La pretensión mediática que trata de imponer un “diálogo de primos inter pares”, de cúpulas, tal como lo plantea la oposición, sobre temas que son de interés nacional no son aceptables en la Venezuela de hoy. La oposición perdió la oportunidad de mantener la exclusividad del diálogo cuando dio una patada a la mesa que abrió el Presidente Nicolás Maduro. El Presupuesto Nacional 2015 debe ser debatido y democratizado con toda la sociedad venezolana y no debe circunscribirse solamente a los espacios de la Asamblea Nacional, el contexto internacional de descenso en los precios del petróleo así lo exige y es necesario prepararse para un escenario de dificultades.
El presupuesto nacional 2014 se elaboró en base a 60$ por barril de petróleo, sin embargo por la vía de los créditos adicionales y los diversos Fondos se administra el excedente, que hoy promedia unos 95$ el barril de la cesta venezolana. Las probabilidades de recibir estos excedentes durante el ejercicio fiscal 2015 para su redistribución en el Presupuesto Nacional son remotas hasta ahora, tomando en cuenta que continúa la caída del precio del crudo actual que ronda los 75$ por barril.
Ante este panorama nada halagador es necesario que el pueblo venezolano se empodere de la temática del Presupuesto Nacional exigiendo información sobre la ordenación, elaboración y ejecución presupuestaria, es decir sobre cómo ha sido elaborado y distribuido ese presupuesto, de manera que este instrumento de gestión pública garantice los derechos sociales de los venezolanos y venezolanas y también la inversión productiva, debiendo además incorporarse activa y protagónicamente en el ejercicio de la contraloría social del mismo.
Los revolucionarios estamos obligados a establecer políticas de ahorro en el gasto público y la ordenación del mismo, hay que ahorrar en el 2015. La administración pública debe ahorrar ante una posible difícil situación que se avecina y antes que finalice el año, debemos discutir nacionalmente sobre una revolución tributaria, debemos revisar la eliminación del IVA para la cesta básica y sustituir ese monto que le ingresa al presupuesto, pechando al sector que más tiene, en especial al sector de los seguros y el bancario.
El diálogo debe dejar de ser una pretensión de la derecha entre unos pocos sectores de la oposición y del gobierno. En estos momentos las condiciones son otras, el diálogo fue abortado por los sectores de la oposición que participaron en el mismo al incorporar agendas individuales y nada constitucionales, al propiciar las guarimbas y la salida, aupando la violencia.
Pocos creen que el precio del petróleo se recupere, incluso con la llegada del invierno, el estancamiento de la economía mundial y la sobreoferta en el mercado de hidrocarburos, son suficientes elementos para prepararnos para un escenario de dificultades.