Si, compañeros no podemos dividirnos en el PSUV, aunque razones no falten para ello, tampoco podemos aceptar que a nuestras críticas a errores cometidos por el gobierno e instituciones, sin creernos ni sabios o infalibles, se hagan los funcionarios responsables de oídos sordos en las altas esferas, con la misma retahíla de siempre "compatriota hay que seguir la línea" cuento chino este, no se nos permite alzar nuestras voces y opinar o criticar diferente a la línea en le PSUV, precisamente hay está la revolución en saber escuchar. dialogar y criticarnos, todos los revolucionarios de distintas tendencias. en programas mediáticos de compatriotas de izquierda como ZK, se señala de derechista, traidor y agentes de una de esas tantas compañías, por defender el proceso frente al enemigo de tu a tu latiéndole en la cueva.
Hay que aprender a oír, a escuchar y sin duda a permitir que hablen y opinen por los medios a los compañeros que aúpanos este proceso desde los tiempos de Hugo Chávez. Sobre todo en estos momentos tan críticos, en que hay que sumar y no restar, ya que el restar sería un suicidio, y no creo que nuestros dirigentes del PSUV quieran hacer dentro del partido un Harakiri colectivo. Menos ahora que existen tantos frentes de peligro para el proceso, unos abiertos por nuestros enemigos que apuestan a todo, hasta de ir de la mano con terroristas como Varito Uribe "El señor de las Sombras", el narco número 82 de la lista de la compañía. Llegando al asesinato de honestos dirigentes del PSUV, como Otaiza y Robert Serra. Otros menos notorios, pero muy importantes como han sido dirigentes obreros, campesinos o indígenas asesinados, por reclamar sus tierras, justicia o defender sus derechos.
Otros frentes surgen por equivocaciones cometidos por el gobierno y su tren de ministros, errores lamentables o garrafales que en estos momentos con la baja del barril de petróleo, cuesta demasiado trabajo corregir, fallas estas de la que se han aprovechado las derechas, para tomar oxígeno, enriquecerse más con los dólares baratos que les continúa dando el gobierno, a empresarios de la usura, culpables en gran parte de la inflación de los precios y el malestar del pueblo, por la escasez disfrazada al esconder los productos subsidiados por nuestro gobierno para contrabandearlos a Colombia o revenderlos en las calles con los buhoneros a un alto precio.
El capitalista no tiene Dios ni patria sólo cree en el dólar.
Errores como han sido las devaluaciones despiadadas de nuestra moneda, algunas de ellas, hechas en vida de nuestro comandante presidente. Otras sin razón aparente o sin preguntarnos y consultarnos a nosotros como pueblo la opinión de estas tan erradas y costosas decisiones, que hicieron que el pueblo que nos acompaña hoy, sea más pobre, con menos poder adquisitivo pese a los aumentos de salarios escalonados, los cuales se come el comerciante usurero y la inflación siempre galopante. El Bolívar Fuerte, ya da pena llamarlo así.
Como humanos no somos perfectos, pero tampoco debemos ser pendejos, y hablo en plural pues nuestros dirigentes, fueron elegidos para gobernar, en puestos de decisión y mando, por el pueblo chavista. Muchos se creen que tienen a papa Dios agarrado por la chiva, como dice un refrán popular, y nada es menos cierto que eso, en los actuales momentos. Si, compañeros no podemos dividirnos en el PSUV, aunque razones no falten para ello.