¿Será que vale la pena toda la discusión que se está dando en Venezuela alrededor de la contratación de Chino y Nacho por parte de la Alcaldía de Caracas? ¿No estaremos desgastándonos en un exceso de atención a esos pendejos? ¿En lo político ellos tienen opinión propia o no pasan de ser las marionetas? Y si son marionetas ¿Quién es el marionetero? ¿Por qué perder el tiempo con los payasos y no ir por el dueño del circo?
Es noticia reciente la campaña internacional de descrédito contra Venezuela, emprendida por un grupo de artistas de habla hispana. A lo largo y ancho del continente se fueron se pronunciaron contra las “atrocidades cometidas por la dictadura venezolana”. Denunciaron, con lágrimas a punto de brotarles, la violación de derechos humanos, la existencia de presos políticos, las restricciones a la libertad de expresión y cuanta pendejada se les ocurrió. Ni una sola prueba presentaron de sus denuncias. Justificaron su discurso con el manoseado argumentos del amor por la paz, la libertad y la democracia.
No tuvieron problema alguno estos “paladines de la justicia” para hacer una cayapa contra Venezuela y su gobierno, pero hay que ver como guardan un vergonzoso silencio con lo que ocurre en Honduras, en Siria, en Palestina y México.
¿Por qué ese silencio cómplice? ¿Por qué no aprovechan su fama y sus escenarios para denunciar por ejemplo el genocidio que ocurre en México? ¿Será que se les agotó el espíritu justiciero y solidario?
Para protestar contra la forma como asesinan en México a muchachos cuyo sueño más caro era enseñar niños y tener un país mejor no necesitan pruebas, es un hecho público y notorio. No necesitan documentar ninguna denuncia sobre la forma como el gobierno Mexicano ha sido penetrado por la corrupción, el narcotráfico y las mafias del sicariato; eso lo sabe hasta el gato… pero guardan silencio.
¿Por qué guardan silencio? ¿Por qué no asumen (y ahora con evidencias claras) el mismo papel que asumieron contra Venezuela? ¿A veces sí y a veces no? ¿Es que no les importa la vida de los niños palestinos o la de los estudiantes mexicanos?
En la respuesta a esas preguntas está la demostración de que Chino, Nacho, Alejandro Sanz, Paulina Rubio, Carlos Baute, Willie Colón, Rubén Blades, Juanes, María Conchita Alonso y tantos otros no son más que marionetas y un buen ejemplo de lo que significa carecer de dignidad.
Qué carajo les va a importar a esos pendejos lo que ocurre en cualquier parte del mundo. Su única preocupación es la fama y el dinero y en muchos otros casos la droga y el sexo. Para la inmensa mayoría de ellos, la vida segada de miles y los derechos humanos violados por doquier son cosas sin importancia.
Pero y entonces, dirá usted ¿Por qué si se pronuncian contra Venezuela? ¿Por qué tantos? y ¿Por qué tan frecuentemente?
La respuesta es: Porque son marionetas que hablan mal o bien de un gobierno, país o persona según los designios de quien les paga.
Todos estos artistas tienen características similares: Son incultos; hablan español; les interesa la fama y los dólares y su mayor aspiración es acceder o mantenerse con popularidad en el mercado de habla hispana norteamericano.
De ese mercado la puerta es Miami y sobre él tienen un férreo control Emilio Estefan y su mujer. Sin el apoyo de ellos nadie se mueve o triunfa en el ambiente musical “Mayamero”. Atreverse a soñar con un Granmy, sin el aval de la parejita, es por lo menos una pendejada. ¿Se da cuenta, amigo lector, quién es el marionetero?
Artistas famosos como Ricky Martin, Shakira, Madonna (que tuvo residencia en Miami en los noventa), Marc Anthony, Jennifer Lopez, Alejandro Fernández y otros recurrieron a los Stefan para tener acceso a los dólares de ese mercado ya mencionado. Sin embargo, son muchísimos más los que no han podido levantar cabeza porque así los Stefan lo decidieron.
¿Van entendiendo por dónde van los tiros? Por algo a Emilio le llaman El Padrino
Ahora, esto de apoyar a unos y hundir a otros es algo frecuente en el mundo del espectáculo. Allí se tiene que ser homosexual, bisexual, heterosexual, drogadicto y más para complacer a quienes tienen el poder o no se triunfa. El problema es que los Estefan le adicionan un ingrediente… el de la política.
Resulta que la duce e inocente parejita es enemiga de la Revolución Cubana y por supuesto, de cualquier gobierno aliado de esta. Por siempre han estado vinculados a terroristas como Posada Carriles, Orlando Bosh, Huber matos y otros de igual calaña. No hay manifestación ni campaña contra el gobierno cubano que no cuente con el respaldo y el aporte económico de los Stefan.
En resumen y para dar respuesta a la pregunta del epígrafe, “artistas” como los mencionados son cantantes, estúpidos y marionetas a los que los Stefan manejan a su antojo y los ponen a decir lo que les interesa. Carecen no sólo de dignidad sino de voluntad propia. O se pronuncian en el sentido que les exigen o se acabó su carrera. Por supuesto, el guardar silencio ante hechos abominables como los ya mencionados, si eso exigen los marioneteros, también tiene que ser parte de su “buen comportamiento”