De verdad que la situación de algunos aspectos en el país se torna crítica y alarmante. Es posible que ante una epidemia como el Chikungunya desparezcan los medicamentos para su tratamiento y el gobierno no establezca prioridades ante tal circunstancia. En el Zulia los casos y muertes (como consecuencia colateral de la enfermedad) no contabilizadas es realmente sorprendente, más de un 50 % de los casos no son atendidos en centros de salud, por tanto, esa estadística se pierde. Las muertes de pacientes con Chikungunya que padecían enfermedades de alto riesgo son bastante elevadas, pero no son tomados en cuenta pues el fallecimiento se le contabiliza a la enfermedad crónica: hipertensión, diabetes, cáncer, insuficiencia renal, entre otras. El gobierno se ha hecho de la vista gorda y no ha implementado un plan de emergencia para contrarrestar esta enfermedad que se expande por todo el territorio nacional. Una revolución tiene que garantizar la salud de sus ciudadanos ¿qué espera el gobierno para hacerle frente a este flagelo?
El problema de la falta de medicamentos es aterrador, pues quienes más sufren son los pacientes con enfermedades críticas. Un ejemplo son los enfermos renales, en el caso de mi madre para ubicar Eritropoyetina y Ketosteril era realmente un calvario, peregrinaje por las farmacias e instituciones médicas, muchas veces el tratamiento se interrumpía por no lograrse conseguir a tiempo, se pueden imaginar las consecuencias de eso. Cuántos miles en el país no sufrieron y sufren las consecuencias de este desabastecimiento de medicinas. Cuántos como mi madre padecieron los efectos del Chikungunya y la escasez (inducida o no) para terminar rindiéndose a la enfermedad, pero luego el informe médico establece como causa de muerte "paro respiratorio" u otra circunstancia derivada de la enfermedad crónica.
Entre tantas tragedias, mi madre murió sin poder disfrutar de su pensión, pues desde hace más de 5 años introdujo sus papeles para solicitar ese beneficio y nunca llegó. Debe ser porque nunca recurrimos a los gestores o corruptos del IVSS que se ofrecen por doquier en el país para tramitar con celeridad todo lo concerniente con la pensión por vejez. Volvemos a preguntar ¿Cuántos miles de venezolanos murieron sin disfrutar su pensión? ¿Cuántos se encuentran en espera de ella y nunca les llega?
Ante las tragedias de una Revolución que ha perdido su rumbo entre tanta corrupción, burocracia y clientelismo solo nos queda mantener nuestra lucha por un mundo mejor, pues la revolución no es solo un recurso discursivo de los políticos de oficio en el gobierno para mantener sus cuotas de poder. La revolución es práctica social, bienestar, justicia e igualdad.
Rescatemos la Revolución de la esperanza, del Buen Vivir que soñó Chávez.
El autor es: Docente/investigador. Universidad del Zulia. Licenciatura en Antropología
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