Pudieran estar sorprendidos por la forma como titulo esta artículo, pero compartiendo en una fiesta familiar, me ha llegado un mensaje y una reflexión, y como muchas de las que me surgen, me quiero permitir compartir con todas y todos ustedes.
De entrada, quiero ser muy claro con esto. Me considero un soldado y un militante disciplinado de nuestra Revolución Bolivariana, y hago pleno uso de mi libertad de conciencia. Un buen compañero y amigo, y si lee estas líneas, aunque no lo mencione por su nombre y apellido, sabré inmediatamente que me estoy refiriendo de él, nos dejo una enseñanza de que hay que tener un discurso y acciones con algunos cuadros revolucionarios que estén al frente de instituciones que les toque dirigirlas en un momento determinado; un discurso y unas acciones con sus sustitutos pero que igual militen y simpaticen con nuestra causa revolucionaria, y un tercer escenario, el que no deseamos, pero que pudiera darse, un discurso y unas acciones en el supuesto, negado para nosotros, pero supuesto al fin, de que perdiéramos el Gobierno, y haya que realizar acciones tendentes a recuperarlo.
No es mi intención, y lo reitero y que quede bien claro, despotricar ni desmeritar la gestión de la compañera y Almiranta en Jefa, Carmen Meléndez Rivas. Es meritorio por ser militar en situación de actividad, y de paso la primera mujer que asume la cartera de Interior, Justicia y Paz, y es un logro de la Revolución Bolivariana. Creo que ha hecho un esfuerzo importante y sería mezquino no reconocerlo. Pero en la Revolución Bolivariana, pudiéramos aplicar lo que señala aquel refrán popular: "La voz del pueblo, es la voz de Dios".
Sin duda, estamos pasando por momentos muy duros, difíciles y complejos, que requieren cohesión de los cuadros y cuadras de nuestra Revolución. Pero hemos podido constatar como en los últimos meses, las operaciones psicológicas, los rumores, y escaramuzas muy peligrosas se han puesto a la orden del día. La derecha se ha propuesto en este año 2015, dar al traste con la Revolución Bolivariana, y están activando toda una campaña de terror psicológico en nuestra población.
Pues bien, no voy a explayarme de tantas cosas que están ocurriendo a nuestro alrededor, incluso de aquellas que pueden estar ocurriendo paralelamente al momento en que escribo estas líneas, pero si quiero destacar lo siguiente. Me parece muy interesante que en esta coyuntura que las masas, aplicando lo que mi amigo y hermano, Víctor Méndez sarcásticamente siempre dice: "Gracias a Chávez, ahora tenemos teléfonos inteligentes manejados por gente bruta", aprendieron a manejarse en redes sociales, y es por ello que ha empezado a posicionarse la etiqueta o hasta #RodriguezTorresDeVuelta , y es por ello que titule mi artículo así.
Miguel Rodríguez Torres es Mayor General de nuestro Ejército Bolivariano nacido en Caracas un 21 de enero de 1964. Tiene especialidad en Infantería y dentro de ella, en Operaciones Especiales, paracaidista militar con post grado en Gerencia Logística, Finanzas, Negociación y Resolución de Conflictos, además que es Doctor en Ciencias Administrativas y Gerenciales. Fue Ministro del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz del Gobierno del Presidente Nicolás Maduro Moros, desde el 19 de abril de 2013 hasta el 24 de octubre de 2014.
Su familia fue siempre una familia de clase media, y sus primeros años de vida transcurrieron en Los Chaguaramos. Su papá es originario de Santa Bárbara del Zulia, y su madre de Trujillo. Después de Los Chaguaramos, Miguel Rodríguez vivió y estudió en Caricuao, su primaria la curso entre el Colegio San Martín de Porres, la Escuela Cuatricentenaria, el Liceo Ramón Díaz Sánchez y el Liceo Francisco Fajardo.
En 1980, a los 16 años de edad, ingresó a la Academia Militar de Venezuela, como integrante de la promoción "Juan Gómez", iniciando su carrera militar la cual de acuerdo a su expediente, fue exitosa y muy disciplinada, tanto que alcanzó a graduarse en el noveno lugar de los 109 integrantes de su promoción. Su especialidad es la infantería, y dentro de ella, en las Operaciones Especiales, por eso durante sus primeros años de carrera se desempeño en unidades de cazadores, en Comando de fuerzas especiales y paracaidista, siendo estas últimas en las que desarrollo mayor experiencia. Fue oficial de la Guardia de Honor Presidencial y profesor de la Escuela de Infantería.
Rodríguez participó en la rebelión militar del 4 febrero de 1992. Llevó al Batallón José Leonardo Chirinos para la toma de resguardo de la Casona, la casa presidencial. Durante el asalto, fueron asesinados: Gerson Gregorio Castañeda, 26 años, agente de la DISIP adscrito a la División de Patrullaje Vehicular; Edicto Rafael Cermeño, Agente de la DISIP; Jesús Rafael Oramas, 30 años, agente de la DISIP, adscrito a la División de Patrullaje Motorizado; Jesús Aponte Reina, 21 años, agente de la Policía Municipal de Sucre, quien murió al recibir un impacto de Mortero.
Una vez fracasada esta rebelión, fue detenido inicialmente en los calabozos de la DIM, y posteriormente trasladado al Cuartel San Carlos donde pasó 2 años y un mes de su vida. El presidente Rafael Caldera otorgó una amnistía a todos los participantes en los alzamientos el 92 y por ello Rodríguez obtuvo la libertad.
Luego de salir de la cárcel, por negociaciones que hace para aquel entonces el teniente coronel Hugo Chávez , regresó Rodríguez Torres al ejército dado que se negó rotundamente a negociar su libertad por la baja, cosa que él mismo cuenta que le produjo muchas persecuciones y ocho encarcelamientos antes de las elecciones del año 1998. Sin embargo, al salir de la cárcel le ordenan hacer el curso avanzado de Infantería, y pese a la persecución y la mala intención de sus instructores y alcanzó de nuevo el primer lugar en el curso, luego de eso lo envían a servir en la frontera, cercano al río Catatumbo, así pasa el tiempo entre el año 94 y 98.
Una vez que gana la presidencia Hugo Chávez , el mismo día de las elecciones, es llamado por "El Comandante" para integrarse a su equipo de trabajo, y es cuando se inicia su carrera en el área de inteligencia, lo preparan en Operaciones Clandestinas y lo envían a la DISIP, en ese momento dirigía Jesús Urdaneta Hernández, quien no sabía que Chávez había preparado a Rodríguez Torres antes de enviarlo a la DISIP. En el año 2000, sale Rodríguez Torres a hacer el curso de Estado Mayor, donde alcanza de nuevo el primer lugar en el curso, y estando en la Escuela Superior nunca perdió el contacto y control con unidades de inteligencia. Luego del Golpe de Estado del 11 de abril del 2002, lo llama el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Chávez para que asuma la Dirección General de la DISIP, cargo en el que se inicia con la dificultad de que tal institución había sido totalmente abandonada por sus jefes directos y un grupo importante de esos funcionarios se encontraban en actitud de insubordinación logrando superar estas dificultades.
Superando las dificultades hace una primera reestructuración de la DISIP, en ese cargo le corresponde afrontar tiempos muy difíciles, afrontando situaciones como: el [[Paro petrolero de 2002-2003 la embajada de España y el Consulado de Colombia. Además de un caso por el que fueron sentenciados, en 2005, tres militares venezolanos y 27 colombianos acusados de "rebelión militar'', señalados de integrar un supuesto grupo de paramilitares. El grupo fue detenido en mayo de 2004 a las afueras de Caracas, el Gobierno los acusó de planificar un complot que incluía el asesinato del mandatario nacional. variadas conspiraciones contra el Presidente Hugo Chávez, nacionales e internacionales. En este periodo le correspondió detectar, develar e investigar casos muy complejos, en los que tuvo resonados éxitos. A pesar de esto, siempre se mantuvo en un muy bajo perfil mediático, como corresponde a un jefe de inteligencia.
El 2 de junio de 2010 inició una fase más profunda de reestructuración de la DISIP, que pasó a llamarse Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN).
Y ni hablar del excelente desempeño que tuvo al frente del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz. La implementación del Patrullaje Inteligente, el Plan Patria Segura, la creación del 911, la implementación del Plan de Desarme Voluntario, su excelente programa semanal transmitido por Radiorama Stereo, sus ruedas de prensa donde develaba los planes conspirativos de la derecha, son parte de su carta de presentación de un hombre, que además de soldado de Chávez, es un gerente y verdadero servidor de nuestro pueblo, doy fe de ello.
Un hombre que combina los conocimientos de gerencia, de la mano firme de un militar, con la justicia, con la sensibilidad y el carisma de un hombre de pueblo. Un hombre muy bien visto no sólo por civiles, sino por buena parte del sector militar, incluso de algunos sectores de oposición. No lo había hecho anteriormente, pero luego de su sustitución por parte del Presidente Nicolás Maduro, se ha sentido un vacío muy grande en todos los órdenes.
Además de ello, luego de que Miguel Rodríguez Torres pasó a la situación de Reserva Activa, decidió inscribirse como militante del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Es decir, Miguel Rodríguez Torres, además de buen gerente, es un cuadro político sólido de nuestra Revolución Bolivariana, caracterizado por sobre todas las cosas por su lealtad a los principios de la Revolución Bolivariana.
Si pudiéramos resumir toda su impecable hoja de vida, sería que buena parte de la estabilidad en nuestro país, primero con Hugo Chávez y ahora con Nicolás Maduro, se la debemos a este hombre trabajador, modesto, firme, leal, humilde. Y que demostró que en los momentos más difíciles, fue uno de los pilares y de la columna de la estabilidad política, económica, social de esta Patria bolivariana.
Las remociones de un ministro o colaborador inmediato del Presidente de la República puede hacerse en cualquier momento, y es por ello que no debe haber apego a los cargos, sino voluntad de servir a un pueblo. Pero entiendo que entre los motivos de la salida de Rodríguez Torres al frente de la cartera que hasta casi tres meses dirigió, fue por los sucesos claros ocurridos en el Edificio Manfredir en Caracas, y de querer hacer una Revolución Policial a profundidad, pero vemos con tristeza como luego de esos sucesos, la directiva del CICPC y demás cuerpos policiales sigue intacta, que estos "colectivos" han seguido realizando hechos irregulares, que nadie entra ni nadie sale, y mucha gente siente temor de denunciar estos hechos. Además de ello, me surgen interrogantes: ¿Por qué los colectivos que pidieron una "reestructuración policial", luego de la salida de Rodríguez Torres, no declararon más y prácticamente desaparecieron por arte de magia? ¿Eran realmente colectivos o piezas de un plan para deshacerse de Rodríguez Torres?, y si fuera afirmativa esta interrogante, me pregunto: ¿Será que la salida de Rodríguez Torres es producto de una conspiración? ¿Habrán actores internos en la misma? ¿Y si hay actores internos en dicha trama conspirativa, serán los mismos que estarían dispuestos a entregar "la cabeza" de Nicolás Maduro? Solo dejo ahí esas interrogantes.
Sin duda una Revolución no puede depender de un solo hombre o una sola mujer, el Presidente Nicolás Maduro tiene completa libertad para designar o remover sus ministros, sus ministras , colaboradores y colaboradoras más cercanos, y que dentro de los cargos hoy estamos, y mañana no estamos. Pero, en las coyunturas difíciles de nuestra Revolución Bolivariana, la vanguardia de la misma debe ser asumida por los mejores cuadros y cuadras de nuestra Revolución. Y si este pueblo está pidiendo el retorno de Miguel Rodríguez Torres, el Presidente Nicolás Maduro debería por lo menos considerar esta posibilidad, ya que Chávez también dijo que Maduro debe gobernar obedeciendo y junto al pueblo siempre.
Antes de culminar, solo quiero dejar en claro que esta es una opinión muy personal mía, que en nada compromete a este compañero ni a ningún otro.
