Mujeres indígenas, feminismo y políticas

Rechazando las estructuraciones que se han  hecho en el mundo, de una gran significancia tácita de la mujer, que invita a analizar con una profunda reflexión; sin caer en el campo de la susceptibilidades y ni en buscar razones que justifiquen ninguna posición negativa; propia de posiciones de contrarios. Y sin considerar posiciones religiosas que pueda argumentarse y que muchas veces no tienen fundamentos en la realidad sensible. E incentivado en una posición de sinergias, al considerar, el hombre y la mujer, como parte y Dios como El Todo.

En Latinoamérica y El Caribe, al tratar de inferir, en restaurar el feminismo como categoría cultural, interpretando el rol de las mujeres de los pueblos originarios; es  determinante por la naturaleza de los hechos. Fundamentados en la armonía entre el hombre y la mujer, sin autonomía de género y ni de sexo. No existen argumentaciones serias, que afirman: que la inequidad entre género, se entrecruzaban con la inseguridad étnicas. Las colonizaciones, por el interés de aniquilar a los pueblos originarios, que se les oponían en el despegar del camino; eliminaron cualquier vestigio del legado, con la finalidad de no dejar evidencias, que les comprometerían en el futuro.

Las mujeres indígenas, al estar desamparadas; fueron sometidas a abusos sistemáticos de la colonización europea. Forzadas, a pernotar en las ciudades; fueron arrancada del habitad natural y se adaptaron, en un afán de resistencias. Y otras, se aislaron, al tratar de proteger, algo del legado. El nuevo rol, fue impactado por elementos transcultirizadores, elevando el nivel de conciencia y ser las portadoras ontológicas, de la razón de ser del venezolano. Donde se puede inferir, que el dolor y la ignominia, motivaron a mejorar el nivel de voluntad psíquica; permitiendo, que siglos después, se sublevaran contra la bota insolente del invasor.

Durante las guerras de Independencia, también sufrieron las bajas de los hombres. Y se enfrentaron a conservar la familia, con el rol de padre y madre. Las efervescencias políticas, por ansias de poder del natural, también impactaron la psiques de las mujeres venezolanas, desarrollando capacidades de conducción familiar. Que por muchos factores de incomprensión, motivaron a generar, lo que se le denomina en pleno Siglo XXI, la violencia de genero por los consecuentes conflictos de liderazgo familiar. Y más, cuando el hombre era un elemento extraño.

La Venezuela del Siglo XX, fue impactada negativamente por la tendencia de darle, mayor importancia a lo correctivo en desmedro de lo preventivo. Donde en el algún momento de la historia, los políticos de la época, tomaron conciencia, que las mujeres venezolanas constituían entre límites de bordes, que rondaba en el 50%. Motivó, a que se empezaran a decretar leyes de igualdad de género, para luchar contra la violencia y la inequidad. Sin preparar a la población, de lo trascendente de las decisiones, siguieron dándole más importancia a los efectos, en desmedro de las causas.

Haciendo énfasis, en el refrán: en rio revuelto, ganancias de pescadores. Muchos políticos, al darse cuenta de las posibilidades de más votos, generaron con las mujeres efervescencias políticas, que se han hechos más significantes en el proceso revolucionarios; como elementos sociales. Creándose situaciones confusas, o cuando se producen cambios o desavenencias a nivel familiar, pero sacando beneficios electorales. Una Sociedad, altamente impactadas por el significante atractivo comercial que se ha hecho de la mujer, ha permitido, manipular las imágenes; para convencer a una multitud, de acceder a lo que quieren, en desmedro de lo que les convienen.

Enumerar las consecuencias, no tiene ningún elementos que sirvan como asideros, para buscar soluciones sobre la violencia de género; porque todos los conocen y ha sido sometido con muchas frecuencias y defendidos con vehemencias. Hay que enfrentar las causas, con discusiones positivas que permitan soluciones racionales, que disminuyan no solo la violencia de género, sino también, otras variables correlacionadas. Una de las causas, a mi entender, es que las mujeres indígenas constituyen el 10% de la población Latinoamericana y del Caribe y no pueden impactar en la profundidad ontológica  y complementarse, con la profundidad epistemológica.

Es menester desarrollar tácticas y estrategias, para disminuir la violencia de género, ya que  es imposible pensar en eliminarla; por el efecto error en todas las realizaciones humanas. Como táctica, rescatar en la familia, el rol del hombre y la mujer; como un logro socialista, de consideraciones humanas. Una completa comunión en los elementos comunes; en forma equilibrada.  Las estrategias, tienen que ser desarrolladas en las diferencias, en forma ponderadas. Por ejemplo, si los dos trabajan: con diferencias de sueldos y de tiempo; con espíritu de tolerancias, desarrollar un modelaje, para fortalecer los lazos familiares y otros, con ayudas en instituciones públicas conciliadoras.

En el seno familiar, al analizar lo antes expuestos, se hace la pregunta: ¿Por qué está tan desasistidas? La repuesta se hace evidente, cuando se escuchan a muchas líderes feminista y lo que en el fondo se observa: una competencia desleal de género; porque evitan la presencia, con el que hay que dialogar y lo que se expresa, es las ansias de poder con pretensiones hegemónicas. Mientras tantos, los hijos a merced de los confusos y contradictorios frente a las luchas, pruebas y vicisitudes por la vida.



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Basilio Lezama


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