En 1998, durante la campaña electoral, rumbo a la victoria de la Revolución Bolivariana del 6 de Diciembre de aquel año, en los masivos actos populares que levantó el huracán Hugo Chávez por toda la inmensidad patria, lo escuche decirnos como pueblouna y otra vez“Ustedes llevan en la sangre y en el alma la herencia y el coraje de los libertadores de todo este continente y yo los convoco a refundar la República mediante una Asamblea Constituyente originaria”. Ese era el momento de mayor emoción colectiva del pueblo congregado frente a su naciente líder, así lo sentí en cada mitin de aquella hermosa y vibrante jornada de liberación que fue la campaña de 1998 y que tuve el privilegio de presenciar a su lado.
Después de cada una de estas apasionantes concentraciones, yo reflexionaba sobre por qué el pueblo empobrecido, hambreado y explotado de aquel entonces, se emocionaba tanto con aquella frase, sin que mediara ninguna oferta populista a la que era sometido en cada carnaval electoral convocado por la democracia burguesa.
Años después, ya en el gobierno, le conté de mis reflexiones al Comandante y me preguntó que a cuál conclusión había llegado. Le respondí, es que Usted logró presionarun resorte que habíamos guardado en nuestra memoria colectiva e hizo que nos pusiéramos de pie y sacáramos el profundo orgullo de ser hijos de Bolívar, de Miranda, de Sucre, de Zamora, el orgullo de ser venezolanos y venezolanas y de nuestra grandeza libertaria.
Hoy cuando extrañamos tanto su entrañable presencia, recordamos el sacrificio de nuestro Comandante Chávez para sacarnos de la indigna oscuridad donde nos habían sumergido y tenemos que ponernos la mano en el corazón para no permitir que su esfuerzo y el de tantos y tantas no se pierda. Sigamos de pie, sintámonos cada díaorgullosos y orgullosas de lo que hemos logrado y no permitamos que nos degeneren a la condición de un bachaco. No somos un pueblo de contrabandistas, corruptos, narcotraficantes ni bachaqueros, somos un pueblo de libertadores, somos los venezolanos y venezolanas. Somos Bolivarianos ¡Que es decir mucho, carajo!