El mensaje del Pte. Obrero Nicolás Maduro ha sido suficientemente claro…al menos así lo percibí. Ha declarado la guerra frontal a las pretensiones de la derecha (exógena y endógena) de revertir el proceso revolucionario bolivariano.
Para tales efectos se decidió a forzar la barra. La detención del Alcalde Metropolitano Antonio Ledezma constituye un acertado golpe a la derecha, ya que pone al descubierto, no sólo la decisión de afrontar al imperio y sus secuaces de una vez por todas, sino también las posibles implicaciones de infiltrados en el gobierno que estén actuando dentro y fuera de las instituciones del estado.
Y pone también en la mesa de discusión las debilidades o fortalezas de los sistemas de inteligencia y contrainteligencia del gobierno, su capacidad para organizar al pueblo en contra de las posibles acciones golpistas (guarimbas, sabotajes, actos violentos, etc.) así como la activación de una respuesta efectiva en caso de un ataque o amenaza, tanto externa como interna, al territorio nacional.
También asoma el tema del PSUV como vanguardia organizativa del pueblo, su papel como brazo político de la revolución, motor movilizador del pueblo a través de su estructura política-organizativa y las pugnas internas así como las posiciones disidentes, pero que tienen efectos divisionistas, y por ende, de resquebrajamiento de la revolución (unos abiertamente, otros solapadamente), al igual que otros factores revolucionarios, tales como el GPP, partidos, colectivos, personalidades o tendencias que apoyan, o supuestamente apoyan, a la revolución.
De ahí que su increpación a los trabajadores acerca de las acciones a seguir en caso de la concreción del golpe, nos muestra la postura del Presidente Obrero de romper la brecha entre el gobierno y el pueblo, brecha que se ha ido construyendo, ampliando y consolidando por la burocracia, la corrupción, la ineficiencia, la inoperancia y la incapacidad del Estado para darle respuestas a las necesidades perentorias del pueblo.
Y nos expresó su decisión a resistir hasta las últimas consecuencias ante un golpe de estado, una invasión o cualquier acción que ponga en peligro su seguridad personal, la de su familia, la revolución y el pueblo. Es decir mantenerse hasta el final si es el caso.
Aplaudo su coraje y su valentía. Y lo estratégico de su acción al golpear al enemigo interno más importante, el Alcalde Ledezma, ya que él es el factor más poderoso por su ubicación estratégica y política, con lo cual divide al sector opositor más radical.
Mantenemos la debilidad en cuanto a lo difícil que resulta derrotar la guerra económica, por lo intrincado y poderoso del enemigo; a la guerra mediática por las mismas razones, pero las cartas están echadas.
Veremos quienes de los que se autoproclaman revolucionarios hasta la muerte cierran filas con Maduro y la revolución, o quienes siguen cacaraqueando, vacilando, conspirando, hablando paja.
Los que quieran patria deben tomar su trinchera y preparar las armas teóricas y prácticas del socialismo y la revolución. No es poco por lo que se lucha, se trata de la Patria, de la libertad, de nuestros hijos, de la humanidad
Rememoremos la frase de Bolívar: ¡Cuando el Clarín de la Patria llama, hasta el llanto de la Madre calla! Simón Bolívar
Patria, socialismo o muerte. Venceremos
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