Dejando por un momento a un lado la "peligrosa amenaza" que representa para la paz y seguridad de nuestra América y en especial para Venezuela el decreto con sabor a declaración de guerra que firmó el presidente de los EEUU Obama, me atreví a declarar que ese costosísimo error de cálculo del imperio había sido una bendición de dios, seguramente influenciado por uno de sus discípulos más conversadores, incisivos e inteligentes Hugo Chávez, pues desde entonces en el pueblo revivió un fervor patrio digno de su estirpe de guerrero antiimperialista, hijos de Guaicaipuro, José Leonardo Chirinos, Bolívar, Sucre, Zamora, Cipriano Castro, Ali Primera y Hugo Chávez Frías. Ese decreto logró desconectar al "pueblo de a pie" del sometimiento psicológico de la guerra económica que nos agobia y permitió sembrar conciencia de que el enemigo no es la revolución Bolivariana como nos forzaban a creer las interminables colas y la desaparición de productos sensibles en el uso cotidiano junto a una mezcla de estrategias mediáticas nacionales e internacionales.

Hoy está más claro que el imperio se las está jugando todas por acabar con nuestro sueño de construir una patria libre, soberana y de igualdad en la diversidad. Se despejan las dudas de que los sectores oligárquicos son fichas en el ajedrez del imperio por lo que están metidos hasta los tuétanos en la conspiración económica desapareciendo los productos, contrabandeando, saqueando los ingresos petroleros al robarse las divisas y colocar a todos sus medios en esta estrategia macabra.

Lamentablemente, a pesar de la intensa contraofensiva mediática y diplomática desarrollada por el gobierno revolucionario del camarada Maduro, que ha arrinconado temporalmente a la derecha nacional e internacional y que ha hecho recular el verbo ofensivo del pentágono y la oposición lacaya, no se ha aprovechado esta muestra debilidad de la derecha y esta demostración de unidad y patriotismo de las fuerzas revolucionarias para intensificar el contraataque revolucionario contra la guerra económica, al contrario, en este sentido hemos bajado la guardia al no cambiar ninguna de las estrategias de nuestra ofensiva económica.

Nunca derrotaremos al enemigo dándole tregua cuando está más golpeado a menos que queramos que se recupere para que siga "jodiendonos", es cierto que estamos intentando darle "hasta con el tobo" al imperio asesino, pero los que día a día nos están haciendo un gran daño con la guerra económica estás curando sus heridas y desarrollando nuevas estrategias para arrebatarle el poder al pueblo por cualquier vía sea violenta, suave o electoral. Por ello no podemos esperar que baje más el fervor patrio y la difícil rutina diaria de colas, escasez, especulación, alto costo de la vida, junto a los ingredientes mediáticos para que afecten nuestra autoestima y nos vuelvan a entubar en la macabra espiral de desesperación, decepción y dudas sobre las virtudes de el gobierno revolucionario porque otra oportunidad como esta no es fácil de conseguir.

El pueblo pobre está claro que el enemigo no descansa por arrebatarle la oportunidad de construir un país mejor y que esto solo es posible en revolución, que los enormes beneficios obtenidos hasta ahora son insignificantes comparado con lo que podemos alcanzar y que un gobierno de derecha solo nos alejaría al menos 100 años de la consecución de este maravilloso sueño pero las grandes mayorías afectadas por la arrechera que da tener que hacer cola por pañales, desodorante, jabón, máquinas de afeitar, leche y pare usted de contar, o el tener que pagar con sobreprecio demás del 300% estos productos, junto con la falta de respuestas claras de hacia donde vamos en materia cambiaria, de corrupción, de producción pueden terminar haciendo que ese pueblo mire expectante la derrota del proceso revolucionario cansado de "sufrir" esta agonía. Sin comparaciones podemos recordar que el pueblo con mayores beneficios de Africa no defendió a Kadafi ni los beneficios alcanzados en revolución y que el pueblo de Nicaragua votó en contra de la revolución sandinista hastiado de la guerra y no porque no creyera en Daniel Ortega.

Lejos de pretender ser un experto en guerra de cuarta generación me atrevo a formular algunas estrategias que deberíamos emprender en lo inmediato para derrotar al golpe económico avanzando hacia la izquierda con los pies puestos en la tierra, sin pretender volar y avanzar más de lo que podemos sostener, pero con el corazón puesto en la utopia de una sociedad de iguales.

La guerra económica de la derecha ha sido efectiva por muchos factores, entre ellos, el trabajo intenso de la CIA y la corporaciones que dominan el mundo, nuestro poco avance en el desarrollo de una economía productiva capitalista y mucho menos socialista, nuestra alta dependencia de los petrodólares, nuestras profundas debilidades para frenar el contrabando de extracción, el "robo" de nuestras divisas asignadas para importaciones y la ineficiencia para frenar el machaqueo. En este sentido resulta urgente:

1. Reforzar la unidad de los pueblos en las distintas instancias creadas o reforzadas por el comandante supremo. En este aspecto el presidente Maduro tiene aprobada la materia solo no debe descuidarla.

2. Impulsar una revolución productiva intensificando el financiamiento y el control estatal en los rubros de mayor incidencia en la economía del pueblo explotando al máximo las capacidades instaladas. Exigir llevar al tope de las capacidades de producción, incrementando los turnos de trabajo, forzando la producción de rubros básicos limitando otros de interés económico solo para el empresariado como es el caso del arroz "saborizado" de la leche "Semi descremada" y "Deslactosada" , la harina para cachapas o harinas "especiales" que solo sirven para burlar los controles de precio. En otras palabras darle lo que requieran los empresarios burgueses para producir lo que el pueblo necesita pero garantizando que todo sea en su beneficio y no para enriquecer aun más al empresario. Al mismo tiempo reactivar a fondo todas las empresas "socialistas" para que produzcan al máximo y toda la mano de obra que esté ociosa ponerlas a producir en las empresas con capacidades no explotadas. Poner a producir todas las tierras expropiadas y expropiar las que realmente puedan ser aprovechadas por la clase campesina organizada y empoderada con el conocimiento suficiente para que el esfuerzo no se pierda.

3. Atacar el contrabando sin miedo. El contrabando solo es posible gracias a las grandes mafias civico- militar que se enriquecen con ella mientras le hacen "daño" a la revolución. He aquí un punto vital, el presidente debe tener fe en el legado del comandante y atreverse a enfrentar a los militares que permiten el contrabando, de nada sirve "hacerse el loco con esas "lacras" que como ratas serán las primeras que abandonarán el barco de la revolución cuando sientan que se hunde. Confíe en que los militares "patriotas" verdaderos hijos de Chávez y Bolívar no permitirán que los "sancionados" desestabilicen al gobierno. Los civiles empezaran a caer cuando caigan los primeros peces gordos militares.

4. Incrementar los controles anteriores y previos en la asignación de divisas para garantizar que no se "roben" un dólar más. Junto a esta medida y para generar confianza en el pueblo y "terror" a los corruptos es vital que se actúe de una vez por todas contra las mafias que dilapidaron por años los dólares administrados por CADIVI, que caiga preso mucho más que el "chinito de recadi", que se publique la lista de "empresarios" que se robaron nuestros recursos y los funcionarios que permitieron ese defalco. Como saber si los que están recibiendo los dólares hoy y quienes los otorgan no son los mismos y nos seguirán expoliando. Presidente hace rato que nos ofreció la lista y todavía no conocemos ni un nombre, sabemos que es complicado pero es más complicado explicarle al pueblo de a pie como es que debemos seguir teniendo fe en la revolución. Nos deja desarmados ante el ataque de la derecha.

5. Revisar nuestras relaciones comerciales con nuestros vecinos, especialmente con Colombia para exigirles que ataquen frontalmente el comercio ilegal o nos veremos obligados a "detener" el comercio legal. El gobierno de Colombia juega un papel importante en la fijación de los precios especulativos del dólar al permitir que casas de cambio irregulares operen libremente en su territorio negociando nuestra moneda al precio que deseen sin tener en cuenta la tasa de cambio oficial, ilegalizando esta práctica Uribista- Paramilitar disminuiría enormemente la presión y podríamos avanzar en la fijación de una tasa de cambio única con los respectivos ajustes para no perjudicar al pueblo pobre.

6. Dictar una ley por decreto que permita sancionar ejemplarmente el Bachaqueo, limitando el precio de cualquier producto "revendido" o usado al precio justo en que fue comprado más un ajuste por inflación y que en todo caso nunca sea mayor al precio actual. El que violente esta ley debe ser sancionado con multas cuantiosas o cárcel y la reincidencia debe pagarla con penas de prisión considerables. De esta manera, con el solo hecho de que un fiscal debidamente autorizado detecte a un bachaquero "revendiendo" en la calle, en su casa, en la bodega, por Internet este sea sancionado oportunamente. Si bien es cierto que los grandes culpables no bachaquean, también es cierto que detener esta práctica es moralmente indispensable para poder garantizar la elevación de la conciencia del pueblo para poder construir una sociedad socialista. Permitir el machaqueo es aceptar la explotación del hombre por el hombre y la inmoralidad como medio de "convivencia social". Esto aplicaría a todos los productos negociables, desde una harina hasta un carro

Iniciemos de una vez la segunda campaña admirable y dejemos de "perfumar la mierda", salgamos de ella cuéstenos lo que nos cueste o muy pronto la "mierda se apoderará de nosotros y perderemos la guerra económica.

Ver aportes como los de Luis Brito García (http://www.aporrea.org/contraloria/a202013.html) y Carlos Lanz (http://www.aporrea.org/ideologia/a203502.html).